La corbata de Kamala Harris es una enorme sonrisa y un collar de perlas

Es conocido que Mike Pence se adhiere a los preceptos del Manifiesto Modesto que recomienda no quedarse a solas y a puerta cerrada en una habitaci¨®n con una mujer. Ayer se qued¨® ¡°a solas¡± con Kamala Harris, aunque protegido tras unas mampara de plexigl¨¢s que, supuestamente, imped¨ªa que los virus circulasen entre ambos n¨²meros dos (como si el aire no circulase libremente por el resto de la habitaci¨®n), pero que no impidi¨® que los espectadores pudi¨¦semos ver la batalla de gestos que libraron los protagonistas con menos af¨¢n de protagonismo de esta campa?a electoral.

Solo unas horas antes, el Presidente de los Estados Unidos, cuya convalecencia ha facilitado un debate que de otra manera no hubiese ocurrido en estos t¨¦rminos, hac¨ªa una aparici¨®n sorpresa frente a la fachada de la Casa Blanca para emitir un comunicado que, salt¨¢ndose todas las convenciones de la comunicaci¨®n pol¨ªtica institucional, arrancaba con un sorprendente e irracional: ¡°Hola. Quiz¨¢ me reconozcan. Soy su presidente favorito, Donald Trump¡±. Esto, en Washington. Mientras tanto, en Salt Lake City, el vicepresidente y la segunda de Joe Biden intentaban salir al paso jugando a la racionalidad y al discurso ordenado, seg¨²n mandan los viejos c¨¢nones.

Y para argumentar frente a un contrincante circunspecto, Kamala Harris apareci¨® en el plat¨® televisivo, seg¨²n mandan los c¨¢nones, con ¡°la corbata¡± hist¨®rica de las mujeres en la pol¨ªtica estadounidense: el collar de perlas. Este forma parte de su imagen desde el a?o 1986, a?o en el que pos¨® en la orla de la Universidad de Howard luciendo uno de una sola hebra y unos pendientes, tambi¨¦n de perlas, similares a los que luci¨® anoche. Responde a motivos enraizados: en sus a?os universitarios form¨® parte de la hermandad Alpha Kappa Alpha, AKA, la primera hermandad con letras griegas de mujeres negras. A sus fundadoras se las conoce como las ?Veinte Perlas? y cada nueva miembro recibe una insignia especial decorada con 20 perlas al momento de la iniciaci¨®n. Pero no es solo eso: hay ciertos elementos est¨¦ticos que ayudan a generar una imagen de respetabilidad.

El traje con pantal¨®n, que tambi¨¦n forma parte habitual de su ropero y que esta semana glosaba Anabel V¨¢zquez a prop¨®sito de la est¨¦tica de las mujeres de El ala oeste de la Casa Blanca, es uno de ellos. El pelo es el siguiente: el de Kamala Harris, liso y sedoso, es otra de sus se?as de identidad.

Argumentaba hace dos a?os la activista feminista Chimamanda Ngzoi Adichie que si Michelle Obama hubiese aparecido durante la campa?a electoral con su pelo natural no hubiese ganado las elecciones. ¡±Es triste y parece superficial pero es la verdad. Michelle, y adoro a Michelle,encaja en todas las definiciones de respetabilidad negra mainstream, que dicen que tienes que alisarte el pelo. Hay una serie de presunciones sobre la est¨¦tica de las mujeres negras, pero en particular en Estados Unidos. Su pelo natural tiene asociados ciertos significados: si llevas rastas o rizos naturales parece ya que eres una Pantera Negra, o que das miedo o que est¨¢s ¡°enfadada¡±. Enfadada de una forma negativa, claro, porque, por supuesto, desde una perspectiva de g¨¦nero a las mujeres no se las deja enfadarse. Especialmente si eres negra. Una mujer negra enfadada es un enorme no¡±.? ?

Lo que nos lleva al tercer elemento de respetabilidad. La sonrisa.

Que en el debate fueron los gestos, las muecas y las ¡°caritas¡± el elemento de comunicaci¨®n esencial es algo en lo que coincid¨ªa anoche toda la prensa estadounidense. ¡°Harris, de forma muy consciente evit¨® en todo momento fruncir el ce?o o parecer contrariada¡±, apuntaba la analista Robin Givhan, del Washington Post.

Anoche Kamala Harris respondi¨® una y otra vez a los envites dial¨¦cticos de Pence y a sus peores ataques con una sonrisa . Cada vez que el vicepresidente la interrump¨ªa ella le miraba silenciosamente y con una enorme sonrisa le dec¨ªa: ¡°Se?or. Estoy hablando. Estoy. Hablando¡±.