La delgadez extrema vuelve adue?arse de las pasarelas (como si la revoluci¨®n de las tallas no hubiera tenido lugar)
M¨¢s all¨¢ de las tendencias de estilo para la pr¨®xima primavera, este mes de desfiles ha dejado otra tendencia mucho m¨¢s alarmante: tras a?os reivindicando la diversidad corporal, la delgadez parece haber vuelto a las pasarelas
El pasado marzo, Bella Hadid relataba en una larga entrevista con la edici¨®n americana de Vogue c¨®mo durante la ¨²ltima d¨¦cada hab¨ªa luchado contra la ansiedad social y los trastornos en la alimentaci¨®n: ¡°En el instituto, com¨ªa tres frambuesas y una rama de apio en el almuerzo¡±, confesaba, ¡°ahora tengo una relaci¨®n m¨¢s sana con la comida, pero me cuesta mirarme al espejo?. Hace unos d¨ªas, varias cuentas de TikTok denunciaban una tendencia en la red social: un audio de la modelo (¡®Hola, soy Bella Hadid¡¯) serv¨ªa para hablar veladamente de ayuno o dietas restrictivas entre cientos de usuarios de la plataforma. La confesi¨®n de Bella hab¨ªa tenido el efecto contrario en muchos: se hab¨ªa convertido, a su pesar, en musa de aquellos que glorifican o aspiran a la delgadez.
Bella tambi¨¦n ha protagonizado la imagen m¨¢s compartida en esta semana de la moda. Desnuda e inm¨®vil, en el desfile de Coperni, dejaba que tres hombres le rociaran spray que se convierte en tejido, una escena que gener¨® cierta incomodidad en algunos espectadores, al tratarse de una mujer desnuda en una actitud casi inerte. Seg¨²n la plataforma de datos Launchmetrics, esa imagen ha logrado un impacto medi¨¢tico valorado nada menos que en 20 millones de d¨®lares.
Dos d¨ªas m¨¢s tarde, otra imagen mucho menos art¨ªstica volv¨ªa a llamar la atenci¨®n en las redes. Miu Miu redundaba en esa est¨¦tica de jers¨¦is y faldas cort¨ªsimas que le llev¨® a la ubicuidad hace una temporada, esta vez adaptada a la est¨¦tica monta?era. ¡°Estoy muy cansada. Estamos fingiendo que no estamos volviendo a glorificar la delgadez, pero no puedo seguir con esto?, se quejaba en Twitter la editora de moda Tyler McCall. Y a?ad¨ªa en su hilo un extracto de una entrevista que Miuccia Prada, directora art¨ªstica de la firma, concedi¨® a Women¡¯s wear Daily en 2018, argumentando que la diversidad de tallas en la pasarela le parec¨ªa ?pretenciosa? y que no se atrev¨ªa a abordar el tema de manera realista.
Y lo cierto es que Prada tiene raz¨®n, no en la pretenciosidad, pero s¨ª en el realismo: seg¨²n datos de la plataforma Tag Walk, 90 marcas incluyeron modelos con tallas superiores a la 36 frente a las 62 que lo hicieron la temporada pasada. A¨²n as¨ª, la sensaci¨®n generalizada tras un mes de desfiles es la que la delgadez casi extrema ha vuelto a adue?arse de las pasarelas, sobre todo teniendo en cuenta que, seg¨²n datos de la misma plataforma, el 92% de las marcas que desfilaron mostraron minifaldas y el 62% pantalones de tiro muy bajo. La tendencia Y2K, que encumbra el estilo sexy y muy juvenil de los primeros dos mil, ha hecho que la industria d¨¦ varios pasos atr¨¢s en lo que a diversidad corporal se refiere. Fue entonces, hace veinte a?os, cuando medio mundo comenz¨® a encumbrar a iconos de estilo, de Misha Barton a Nicole Ritchie o las hermanas Olsen, que en aquel momento batallaban con problemas alimenticios. No es que el Y2K est¨¦ hecho para chicas muy delgadas, es que la moda prefiere mostrarlo en estos cuerpos, obviando todo el enorme movimiento de diversidad corporal que lleva a?os presente en las redes, es decir, obviando la realidad.
El hecho de que m¨¢s marcas incluyan modelos de distintas tallas en sus desfiles no convierte a las pasarelas en m¨¢s diversas: principalmente porque esas modelos suelen ser solo dos con nombre propio, Paloma Elsesser y Jill Kortlaeve, que se han convertido en ubicuas por derecho propio, pero cuya fama ya es el ¨²nico criterio por el que ahora son elegidas para caminar. ?A veces soy la ¨²nica con mi tipo de cuerpo en un show y me tienen que hacer el dise?o espec¨ªficamente en mi talla, pero s¨¦ que muchas chicas se sentir¨¢n por fin representadas y que, a medio plazo, har¨¢n ropa de nuestra talla. Pero me estresa porque es incoherente, a veces verse rodeado de las modelos m¨¢s j¨®venes y m¨¢s delgadas?, contaba Elsesser en una entrevista. Basten los datos aportados hace unos d¨ªas por un estudio realizado por la edici¨®n brit¨¢nica de Glamour sobre lo sucedido en el ¨²ltimo mes de pasarelas: en Nueva York, 49 de las 4.400 modelos que participaron ten¨ªan tallas superiores a la 36; en Londres, 45 de 4.000; en Mil¨¢n, 15 de 2.400, y en Par¨ªs, 33 de 3.200, 20 de las cuales estaban en el desfile de la dise?adora belga Ester Manas, la ¨²nica que a d¨ªa de hoy muestra la diversidad corporal real, y no excepcional, sobre una pasarela.
En el desfile de Dolce & Gabbana hubo distintas tallas, pero la expectaci¨®n estaba volcada en su colaboraci¨®n con Kim Kardashian, que apareci¨® en la pasarela y en la rueda de prensa previa visiblemente m¨¢s delgada. La misma mujer que logr¨® imponer un nuevo canon est¨¦tico parece haber dejado de lado el orgullo por sus curvas e incluso haberse quitado los implantes de pecho y gl¨²teos. En un cap¨ªtulo de la nueva temporada de su reality familiar, Keeping up with the Kardashians, ella misma le cuenta a su hermana Khlo¨¦ que sus hermanas est¨¢n preocupadas por la repentina delgadez de esta ¨²ltima. ?Y me lo dice Kendall, ?la modelo??, responde Khlo¨¦ de forma sarc¨¢stica, quien ha hablado en numerosas entrevistas de su complejo por ser ?la hermana gorda?.
Kim, adem¨¢s, rescat¨® a los ¨¢ngeles de Victoria¡¯s Secret para protagonizar hace un par de meses la campa?a de su marca de ropa interior Skims que, por otro lado, suele abogar por la diversidad de cuerpos, pero no deja de resultar extra?o que tras dos a?os de ca¨ªda en picado de la marca de lencer¨ªa por fomentar c¨¢nones inalcanzables y relatos sexualizantes sea ella precisamente la encargada de volver a ponerlas en el punto de mira. Cuesta creer que hace ocho a?os los gobiernos tuvieran que empezar a legislar y tomar medidas sobre el ¨ªndice de masa corporal de las modelos. Y eso que en aquella ¨¦poca Instagram no era la herramienta de comunicaci¨®n que es hoy, y la que, seg¨²n los documentos filtrados de Facebook el pasado a?o, genera complejos corporales en un 40% de los j¨®venes al comprarse inevitablemente con algunas de las cuentas a las que siguen. Pero parece que las pasarelas siguen haciendo o¨ªdos sordos y lo que es peor, creyendo que la delgadez es tan aspiracional como un bolso de lujo.
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