?No existe el machista de buen coraz¨®n?: ?Es realmente ¡®Los Serrano¡¯ una serie apta para ni?os?
Desde que Prime Video la a?adi¨® a su cat¨¢logo, la ficci¨®n se ha convertido en un fen¨®meno humor¨ªstico entre los adolescentes. Con la ayuda de varias guionistas, analizamos el mensaje detr¨¢s de los celos o la sexualizaci¨®n femenina que reflejan sus tramas.
Hace ya casi quince a?os de aquella pesadilla en forma de serie que hab¨ªa so?ado Antonio Resines en su ¨²ltimo cap¨ªtulo y, aunque ya llevaba a?os reponi¨¦ndose en bucle en FDF por las ma?anas, no hab¨ªa tenido tanto impacto entre la nueva generaci¨®n de adolescentes hasta que Prime la incluy¨® en su cat¨¢logo recientemente.
Un estudio de audiencia emitido por Barlovento Comunicaci¨®n en noviembre de 2021 arroja datos curiosos: un 38,6 % de la audiencia de Los Serrano la forma gente del amplio rango de edad de los 24 a los 44. Sin embargo, un 14,1 % de espectadores tienen menos de 24, llegando incluyo a los 3 y 6 a?os de edad. Si bien la calificaci¨®n de edad que Telecinco establec¨ªa en su emisi¨®n original era de no recomendada para p¨²blicos menores de 13 a?os, viendo el ¨¦xito que la comedia ten¨ªa entre los m¨¢s j¨®venes, fue incluyendo progresivamente cada vez m¨¢s tramas juveniles e infantiles, atrayendo a los m¨¢s peque?os de la casa.
Los Serrano sigue triunfando en esa franja y en las plataformas de streaming como Mitele la definen como ¡°comedia familiar¡± por el hecho de incluir tramas y personajes que abordan la vida de menores de edad. A la guionista y cr¨ªtica de televisi¨®n Paloma Rando, le consta la popularidad de la serie entre los m¨¢s j¨®venes: ¡°Estoy enterada de su ¨¦xito, igual que el de Aqu¨ª no hay quien viva, algo que deber¨ªamos tener muy en cuenta los que nos dedicamos a escribir tele. Contra lo que algunos podr¨ªan pensar, la juventud ve m¨¢s Los Serrano que Euphoria¡±.
Quiz¨¢s cabe preguntarse entonces, al igual que se ha hecho recientemente con Euphoria,?si es realmente Los Serrano una serie apta para p¨²blicos j¨®venes y altamente permeables. Para aquellos lectores que no sepan de qu¨¦ trata esta serie, recordemos que el centro de la trama la conforman la vida de una familia que vive en el ficticio barrio madrile?o de Santa Justa. Diego Serrano (Antonio Resines), tabernero viudo, se casa en segundas nupcias con la profesora de instituto Luc¨ªa G¨®mez (Bel¨¦n Rueda). Ambos tienen hijos de sus parejas anteriores que, con el enlace, pasar¨¢n a ser hermanastros, antagonistas y, en alguna ocasi¨®n, amantes.
El trasunto humor¨ªstico es, seg¨²n la sinopsis que Prime Video ofrece, ¡°la guerra de sexos¡±. La plataforma de video bajo demanda define a los personajes femeninos de la serie como ¡°neur¨®ticas y sofisticadas¡±, mientras que a los masculinos los califica de ¡°sencillos, campechanos, cabezotas y un poco machistas¡±.?Si el machismo se pudiera medir, como se miden en la receta de un bizcocho los ingredientes, para Amazon este ser¨ªa como esa peque?a cantidad de levadura que hay que echarle a la mezcla. Sin embargo, no por ser apenas unos gramos, es menos relevante. Aquella es la que sube la masa y hace de un bizcocho lo que es. En Los Serrano, el machismo (aunque m¨ªnimo, el justito, para algunos) es la qu¨ªmica que hace que las tramas se inflen y se desborden y, con ellas, las carcajadas.
¡°Creo que Los Serrano, como la mayor¨ªa de las series, no tuvo detr¨¢s una agenda pol¨ªtica o reivindicativa. Se trataba de ser fieles a la realidad de los personajes, no de retratarla para juzgarla. Fiti pod¨ªa ser tu padre o tu vecino. Santiago tambi¨¦n. Reconocer en una serie un arquetipo que todos tenemos cerca no implica considerarlo moralmente aceptable¡±, comenta Paloma Rando, que reconoce que, aunque como espectadora la ¡°guerra de sexos¡± no es algo que le interese, ¡°su ¨¦xito avala su premisa. Si fuera marciano para los espectadores, no la ver¨ªan¡±.
Esta noci¨®n de que la ficci¨®n refleja lo que acontece en la realidad y por eso interesa, es un hecho. Por poner un ejemplo, todos estamos familiarizados con las campa?as contra la violencia de g¨¦nero que instan a la mujer a detectar los celos en su pareja y frenarlo de ra¨ªz. En Los Serrano, estos celos est¨¢n presentes. Diego Serrano, marido de Luc¨ªa, es un celoso empedernido, fruto de su inseguridad y su complejo de inferioridad hacia su mujer, que es mucho m¨¢s atractiva y m¨¢s culta que ¨¦l. Se podr¨ªa dedicar un art¨ªculo entero a analizar exclusivamente todos los cap¨ªtulos en los que Diego se cela de cualquier hombre que se acerca a su mujer: compa?eros, pintores, repartidores, exmaridos¡
Por lo general, saca sus retorcidas conclusiones escuchando detr¨¢s de las puertas (recurso muy utilizado por todos los personajes de Los Serrano) y llegando a mitad de conversaciones, lo que hace que se desencadenen malentendidos. Esto se ver¨ªa reflejado como cr¨ªtica al control en la pareja si no fuese porque en los desenlaces de esas tramas, Luc¨ªa siempre perdona sus ataques de celos trat¨¢ndole de forma cari?osa y disculp¨¢ndole porque ¡°es un buenazo¡±.
Pero Diego no es el ¨²nico personaje masculino celoso de la serie. Fiti (Antonio Molero), su hijo Ra¨²l (Alejo Sauras), Santi (Jes¨²s Bonilla) y hasta el a priori sensible Marcos (Fran Perea) experimentan episodios de inseguridad hacia sus parejas tach¨¢ndolas de ir provocando, ¡°pintarse como una puerta¡± o de acercarse m¨¢s de la cuenta a alguien del sexo opuesto. Esta caracter¨ªstica no es lo suficientemente importante, sin embargo, para definirles como neur¨®ticos. Ellas son las locas.?La guionista de cine y televisi¨®n Marina Vel¨¢zquez, nos cuenta que en su carrera ha experimentado este doble rasero: ¡°He tenido que suavizar, por llamarlo de alguna forma, el car¨¢cter de personajes femeninos porque si no me dec¨ªan que parec¨ªan locas¡±, confiesa. No ocurre as¨ª con los personajes masculinos, a los que se les pasa por alto much¨ªsimos m¨¢s comportamientos cuestionables.
Las tramas que incluyen a los protagonistas m¨¢s j¨®venes de la serie parecen remedar las de los adultos, imponi¨¦ndose una narrativa cosificadora sobre los personajes femeninos. El personaje de Yoli se caracteriza por estar gorda y recibir insultos al no ser lo suficientemente deseable para sus compa?eros. La actriz, Sara Brasal, comentaba hace poco en Estirando el chicle?que el bote de mentol para llorar era su mejor aliado para encarnar a su sufrido personaje. Con el tiempo, cuenta, aprendi¨® algo que muchos actores ans¨ªan: llorar sin ayuda externa. No hay mal que por bien no venga.
Por el contrario, el personaje de Tet¨¦,?la hija adolescente de la familia protagonista de Los Serrano,?se basa en estar ¡®buena¡¯ y ser una ¡®pija y una estirada¡¯. ?sta se ver¨¢ inmersa en una din¨¢mica de tira y afloja con su hermanastro Guille (V¨ªctor El¨ªas), que pasa del odio al amor en numerosas ocasiones por aquello de que ¡°los que se pelean se desean¡±.?La actriz que interpreta a Tet¨¦, Natalia S¨¢nchez, fue menor hasta el final de la serie. Las j¨®venes que ten¨ªamos su edad, vivimos paralelamente a ella su sexualizaci¨®n p¨²blica, el c¨®mo empezaba a comentarse su desarrollo f¨ªsico, igual que se comentaba el nuestro, pero a nivel nacional. Esa sexualizaci¨®n contin¨²a a d¨ªa de hoy, heredera de aquellas tramas, como se vio en 2014 cuando revistas del coraz¨®n y tuiteros publicaban unas fotos suyas haciendo topless en la playa. Decenas de personas intentaban hacer ingeniosas comparativas entra la Tet¨¦ ni?a y la Tet¨¦ mujer, que ten¨ªa las ¡®bufas¡¯ (as¨ª se nombraba a los pechos en Los Serrano) mucho mayores.
Pero la mirada de estos protomachistas en miniatura no se limita a juzgar a sus pares, sino tambi¨¦n a las profesoras. Le gastan pesadas bromas a la mojigata y virgen profesora de religi¨®n, Lourditas, interpretada por Goizalde N¨²?ez (porque la virginidad femenina debe ser ridiculizada, pero la promiscuidad tambi¨¦n);?babean por Celia,?una profesora latina y sexy que ha llegado a Santa Justa hace poco (Jaydy Michel); llaman a Candela (Nuria Gonz¨¢lez) ¡°la Urraca¡± por su prominente nariz¡
Por si el machismo naturalizado y disculpado fuera poco, la visi¨®n que se tiene en la serie sobre los homosexuales no es mucho m¨¢s sofisticada. En varias ocasiones se pone en entredicho la orientaci¨®n sexual de los protagonistas por actuar de forma supuestamente ¡°femenina¡± escuchando, cuidando o siendo cari?osos. Los hombres de la serie har¨¢n todo lo posible por parecer machos y no dejar lugar a malentendidos ni ¡°mariconadas¡±.
El ¨²nico personaje var¨®n que rompe con esta din¨¢mica de masculinidad t¨®xica es el psic¨®logo del instituto, Fernando (Ales Furundarena). Casualmente ¨¦ste es un personaje homosexual, que es al mismo tiempo buscado por sus buenos consejos psicol¨®gicos, pero ridiculizado e incomprendido por el resto de personajes masculinos que, en alguna ocasi¨®n, consideran que les est¨¢ tirando los tejos.
Mientras que esto para algunos puede parecer algo poco adecuado para una audiencia joven, existen muchas creadoras como Paloma Rando que consideran que no hay que buscar una ejemplaridad en los personajes de ficci¨®n: ¡°Creo que es peliagudo considerar que el hecho de que la serie la vean adolescentes implique que la conducta de los personajes se convierta en un referente para ellos¡±, explica Rando. ¡°Eso nos lleva a tener que hacer personajes santos. La santidad va contra el conflicto y las series viven de conflictos.¡±
Jelen Morales, guionista de sitcoms como 7 vidas, A¨ªda o Camera Caf¨¦,?argumenta en la misma l¨ªnea: ¡°Por regla general, un guionista nunca juzga a sus personajes. Yo creo que eran personajes en los que nos reconoc¨ªamos hace 20 a?os y por eso mismo nos re¨ªamos de ellos¡±. Morales considera que para crear personajes redondos y reales estos deben ser ¡°imperfectos y llenos de miserias como nosotros. Buscamos verles sufrir por ser como son y re¨ªrnos, porque todos somos unos pobres infelices¡±. Para conseguir esto, solo habr¨ªa una v¨ªa: ¡°La construcci¨®n de personajes complejos, que no sean planos ni idiotas solo porque no piensan como t¨²¡±.
Cuando Los Serrano estaba en la cresta de la ola, sus creadores supieron explotar el fen¨®meno fan como nadie. Revistas adolescentes como Loka o Bravo inclu¨ªan entrevistas y p¨®sters de sus protagonistas masculinos. De ah¨ª, sali¨® un grupo musical adolescente SJK, formado por todos los chicos y Tet¨¦. Yoli se quedo fuera. Su single m¨¢s conocido era la canci¨®n A toda mecha, que cualquier persona de mi generaci¨®n reconocer¨¢ y ser¨¢ capaz de tararear. Entre su refinad¨ªsima l¨ªrica se encuentra el verso: ¡°T¨² no te hagas la estrecha¡±.
A Marina Vel¨¢zquez, que ten¨ªa la misma edad que los protagonistas j¨®venes de la serie, esta frase le trae recuerdos desagradables: ¡°De adolescente no me preguntaba qu¨¦ era el machismo, ni siquiera sab¨ªa que eso exist¨ªa. Recuerdo que este tipo de canciones como la de SJK me parec¨ªan lo normal, lo que ten¨ªa que ser. Igual que las pel¨ªculas donde cosifican a las mujeres. Estos mensajes me daban a entender que mi comportamiento ten¨ªa que ir por ah¨ª, porque si no, ser¨ªa una desplazada, la rara. Ten¨ªas que ser as¨ª y punto. S¨ª que me hac¨ªa muchas preguntas sobre por qu¨¦ los chicos nos trataban as¨ª, por qu¨¦ no hab¨ªa ning¨²n respeto. Pero lo ten¨ªa tan interiorizado que no me saltaban las alarmas por ning¨²n lado. Se sufr¨ªa en silencio, era horrible¡±. Para Vel¨¢zquez, el an¨¢lisis feminista de este tipo de conductas le vino a trav¨¦s de la escritura: ¡°Fue cuando empec¨¦ a estudiar guion que me di cuenta de que algo no iba bien. La escritura me ayud¨® a entender¡±.
Por el contrario, Paloma Rando no se vio afectada por la representaci¨®n negativa de las mujeres en la serie: ¡°A m¨ª no me afect¨®. No tengo conciencia ni recuerdo de que nada que haya visto en la tele me haya afectado negativamente en ese sentido. Al contrario s¨ª, haber visto c¨®mo los personajes LGTB se iban integrando en las series al mismo tiempo que la sociedad iba acept¨¢ndolos es una de las cosas m¨¢s gratificantes que he visto en la ficci¨®n espa?ola reciente¡±.
Marina Vel¨¢zquez, que actualmente trabaja en Bamb¨² Producciones, resalta c¨®mo la cuesti¨®n no es dejar de retratar el machismo, sino dejar de justificarlo: ¡°Ahora tenemos series como, por ejemplo, Vota Juan, que utilizan estas actitudes machistas, hom¨®fobas y racistas para definir, que no justificar, el background del personaje o su arco en la temporada. El humor tiene que estar pegado a la realidad, a lo que le preocupa a la gente. Si nos preocupa el machismo o la corrupci¨®n, el humor es otro canal estupendo para se?alar y re¨ªrse precisamente de estas actitudes¡±. Jelen Morales opina que 20 a?os despu¨¦s ¡°la ficci¨®n no es la misma, como tampoco lo somos nosotros. Y dentro de 20 a?os miraremos hacia atr¨¢s y veremos c¨®mo lo que ahora nos parece muy transgresor y divertido, ya no nos lo parece tanto¡±.
Escribi¨® Cicer¨®n que existen dos clases de bromas: ¡°Una incivil, petulante, mal¨¦vola, obscena; otra elegante, cort¨¦s, ingeniosa y jovial¡±. Lo que no lleg¨® a explicar fue cu¨¢l es la diferencia entre una y otra.
Cuando se acaban las risas, permanece el subtexto, el mensaje. Y si un mensaje que aviva el fuego de la desigualdad se presenta bajo la apariencia deseable de ¨ªdolos adolescentes, puede terminar resultando indeleble en la mente de sus consumidores. Laura Le¨®n, guionista de series como Cu¨¦ntame c¨®mo pas¨®, Desaparecida y Fugitiva reflexiona sobre la importancia que tiene la ficci¨®n en los valores de una sociedad: ¡°Como dice Yadira Calvo, fil¨®loga costarricense, los mitos explican y justifican un estado de las cosas y ayudan a perpetuarlo y validarlo. En ese sentido, yo, como contadora de historias y, por tanto, hacedora de mitos a mi humilde manera, creo que tengo la responsabilidad de plantearme si con mi punto de vista estoy ayudando a perpetuar un sistema de valores injusto o, por el contrario, ayudo a subvertirlo. Porque nada es inocuo ideol¨®gicamente. De manera consciente o inconsciente, toda ficci¨®n tiene una funci¨®n que va m¨¢s all¨¢ de la de entretener. Transmite una cosmovisi¨®n que, en el caso de la ficci¨®n televisiva, llega al p¨²blico masivamente¡±. Por el contrario, Jelen Morales, le otorga otro tipo de importancia a la ficci¨®n: ¡°No creo que ¨¦sta pueda cambiar las injusticias sociales ni tenga por qu¨¦ hacerlo. Adem¨¢s, corres el riesgo de que te salga un panfleto¡±.
Pero el hecho de que a la mayor¨ªa de personas cr¨ªticas le rechinen?gags como los incluidos en Los Serrano, es un indicador de que el progreso es m¨¢s fuerte que la nostalgia. El cambio de paradigma en ficci¨®n ha ocurrido, en parte, por la proliferaci¨®n de ficciones creadas y producidas por mujeres en los ¨²ltimos a?os.
Por su parte, el guionista de Los Serrano, Emilio D¨ªez, dijo una vez en una entrevista para un medio digital que la serie representaba una especie de isla en este mar asfixiante de la ¡°correcci¨®n pol¨ªtica¡± en el que nos encontramos y que ¡°muestra un universo amable para los j¨®venes¡±. ?Amable para quienes? Quiz¨¢ para los Diegos, los Guilles, los Ra¨²les, que son los payasitos de la clase, los tipos graciosos. Algo brutos, pero entra?ables. Machistas de buen coraz¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.