El lado oscuro de la moda ¡®vintage¡¯: desde la carga simb¨®lica reaccionaria al freno a la creatividad
La segunda mano se posiciona como la estrategia sostenible m¨¢s popular. Con el consumo de moda de reventa en pleno auge, planteamos preguntas inc¨®modas pero necesarias.
Consumimos m¨¢s moda de segunda mano que nunca. La popularidad de plataformas de reventa como eBay, Vestiaire Collective, Depop o Vinted confirma que el estigma de comprar ropa usada ha desaparecido. Los nuevos productos digitales, como la extensi¨®n de Chrome Beni, hacen m¨¢s f¨¢cil el rastreo de alternativas a los dise?os de nueva confecci¨®n. Seg¨²n el informe de 2022 de Vestiaire Collective, se prev¨¦ que para 2025 la industria de moda crezca once veces m¨¢s r¨¢pido que la de ropa a estrenar. Las marcas, por su parte, no quieren soltar su porci¨®n del pastel y ya ponen en marcha sus propias iniciativas de reventa. Dr Martens se ha asociado con Depop para vender calzado usado y reelaborado, mientras que firmas de lujo como Valentino o Gucci ofrecen a sus clientes la posibilidad de venderles piezas de otras temporadas.?
En una ¨¦poca de inflaci¨®n por las nubes, y de creciente preocupaci¨®n sobre el cambio clim¨¢tico, la segunda mano ofrece la posibilidad de comprar moda asequible sin la culpabilidad medioambiental que provoca la de usar y tirar. No es descabellado decir que empieza a comerle terreno a la moda pronta: este verano eBay visti¨® a los concursantes del reality brit¨¢nico Love Island, un formato similar a La Isla de las Tentaciones, demostrando que hasta el look m¨¢s convencionalmente producido y rutilante puede lograrse con prendas de segunda mano. Hace unas semanas, la marca brit¨¢nica de fast fashion Pretty Little Thing lanz¨® su propia plataforma de marketplace. De acuerdo con los datos del Boston Consulting Group, la ropa usada representar¨¢ el 27% de nuestros armarios para 2023: es decir, para ya. Es un avance en t¨¦rminos de circularidad, pero en pleno Second Hand September surgen?voces que se preguntan si el auge de la moda de reventa, est¨¢ promoviendo el consumo desbocado, y apuntala el sistema en lugar de transformarlo.
Con este boom, adem¨¢s surgen una serie de cuestiones que incluso los amantes m¨¢s ac¨¦rrimos de la moda de segunda mano se est¨¢n planteando. ?Se est¨¢ convirtiendo en la opci¨®n sostenible por defecto? ?Es greenwashing para las marcas? ?Su popularidad est¨¢ subiendo los precios de la moda usada impidiendo el acceso a comunidades desfavorecidas? ?Frena la creatividad e innovaci¨®n en la industria? ?Hay ocasiones en las que puede ser reaccionario llevar ropa vintage??
Faith Robinson, consultora, especialista en estrategia y experta en engagement en sostenibilidad, considera que, pese a todo, la moda de segunda mano tiene un gran impacto en t¨¦rminos medioambientales: ¡°Tenemos que asumir el hecho de que los amantes de la moda acuden a las plataformas de reventa con la intenci¨®n de comprar m¨¢s barato, y luego reciben un peque?o subid¨®n ecol¨®gico. La realidad es que revender la ropa y comprar ropa de segunda mano es una pr¨¢ctica muy sostenible: lo m¨¢s importante es llevar la ropa el mayor n¨²mero de veces posible.¡±?
Como se?ala Robinson, las innovaciones en este campo a¨²n tienen un largo camino por recorrer, y por ahora, la moda de reventa se presenta como una opci¨®n f¨¢cil y popular: ¡°No necesitamos enfrentar diferentes soluciones. Algunos profesionales tienen que dedicar su energ¨ªa a innovar con fibras, otros a mejorar el reciclaje, otros a facilitar la reventa. Para la mayor parte de los ciudadanos es m¨¢s f¨¢cil vender la ropa que no se ponen que reciclar los tejidos. No contamos con un servicio de reciclaje textil. Adem¨¢s, es un proceso complicado. Un jersey de lana es relativamente f¨¢cil de reciclar, pero ?c¨®mo reutilizar una mezcla de algod¨®n y poli¨¦ster? ?Y c¨®mo separar todos los diferentes materiales que hay en las zapatillas?¡±
En la cuesti¨®n de si el foco en la moda vintage ralentiza la creatividad y la innovaci¨®n, el dise?ador de moda afincado en Londres Eudald Luis Batall¨¦ lo tiene claro: ¡°Como dise?ador, el auge del vintage me parece muy positivo. Gran parte de mi inspiraci¨®n proviene de estas prendas, que est¨¢n muy bien confeccionadas. A menudo consulto archivos de las marcas para las que trabajo.¡± El dise?ador, que lleva vistiendo vintage desde hace a?os, definitivamente ha percibido un cambio dr¨¢stico de percepci¨®n. Comprar ropa usada es hoy algo de lo que presumir, pero ese renovado prestigio tiene como consecuencia que los precios vayan en alza. ¡°Que las Kardashian o que otras famosas se pongan prendas vintage es una manera de que la gente que nunca antes hubiera llevado ropa de segunda mano se atreva a hacerlo. A pesar que suban los precios.¡±?
?Y qu¨¦ opina de los negocios que compran prendas por cantidades m¨ªnimas y las revenden, en un espacio gentrificado, por un amplio margen? ¡°Es su ojo, su tiempo, su inversi¨®n. A mi me parece bien, da visibilidad a la segunda mano. Hay personas que nunca comprar¨ªan la misma prenda si la vieran en un mercadillo. La ropa est¨¢ para ser llevada lo m¨¢s posible.¡±
En este punto llegamos al espinoso tema acerca de si, pese al beneficio medioambiental, llevar vintage en p¨²blico puede ser en ocasiones un error garrafal. Un ejemplo puede ser la visita oficial en marzo del duque y la duquesa de Cambridge a algunas antiguas colonias brit¨¢nicas del Caribe como Belice, Jamaica y las Bahamas. Durante el viaje se encontraron con protestas que buscaban la reparaci¨®n de da?os y las disculpas del gobierno brit¨¢nico por el colonialismo y esclavitud al que fueron sometidos estos pa¨ªses. Durante la visita los duques se dejaron ver en un antiguo Land Rover de los a?os 60, y Kate Middleton llev¨® varias piezas vintage. Esta imagen, aunque pretendiera lanzar un mensaje de seguridad, o de ahorro y sobriedad, terminaron proyectando una narrativa de continuidad y nostalgia. Todo lo contrario de lo que quer¨ªan ver los manifestantes.?
¡°La moda vintage lleva una enorme carga hist¨®rica y emocional, que se honra, o se entiende puede percibirse de forma negativa¡± opina Faith Robinson. ¡°Puede que haya personas que llevan ropa vintage con una historia que no entienden del todo, el caso de? alguien en un festival de m¨²sica con un tocado nativo americano. La moda en general acarrea el peso de la apropiaci¨®n, la opresi¨®n y la explotaci¨®n, por eso hay que estudiar historia cuando hablamos de moda sostenible. De hecho en el informe sobre cambio clim¨¢tico del IPCC se cita al colonialismo como una manera de explicar lo que est¨¢ pasando en nuestro planeta. Hablar de ello es un gran paso?. Otro ejemplo que podr¨ªa explicar este fen¨®meno es cuando se pusieron de moda las chaquetas verdes del ej¨¦rcito alem¨¢n con unas connotaciones militares que muchos de los que las llevaban no conoc¨ªan. Incluso El Mundo Today brome¨® con el fen¨®meno con una pieza titulada el ¡®Alemania llama a filas, sin previo aviso, a todos los que llevan chaquetas del Ej¨¦rcito alem¨¢n¡¯.
Son muchas preguntas, algo peliagudas y sin respuesta clara, pero que no est¨¢ de m¨¢s hacerse si aspiramos a un consumo de moda m¨¢s consciente. Como apuntan los expertos, para empezar lo importante es hablar de ello.
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