Por qu¨¦ Camila ha elegido para la coronaci¨®n al mismo hombre que transform¨® la imagen de Lady Di
Bruce Olfield creci¨® entre instituciones y hogares de acogida y mont¨® su marca gracias a un cr¨¦dito de una organizaci¨®n ben¨¦fica. Conoci¨® a Diana de Gales en un acto ben¨¦fico y desde entonces es el elegido por los ¡®royals¡¯ cuando necesitan conectar con los gustos del pueblo.
Si las filtraciones desde el palacio de Buckingham no juegan al despiste, Bruce Oldfield ser¨¢ el encargado de vestir a Camila para la coronaci¨®n de Carlos III de Inglaterra. El modisto brit¨¢nico se presenta como un candidato s¨®lido para la ocasi¨®n, que puede salir airoso en un encargo tan poco com¨²n. Fue el dise?ador de cabecera de Lady Di durante toda una d¨¦cada y Camilla lo ha mantenido a su lado en su camino pedregoso hasta convertirse en reina consorte. ¡°A Diana le aport¨¦ glamur y a Camila, confianza en s¨ª misma¡±, ha declarado ¨¦l sobre su trabajo para estas dos mujeres, tan diferentes y al mismo tiempo con vidas tan enredadas entre s¨ª.
Lo interesante de Oldfield es que viene de un entorno diametralmente opuesto al de las mujeres que viste. De madre irlandesa y padre jamaicano, Oldfield nunca tuvo contacto con sus padres biol¨®gicos y creci¨® en hogares de acogida del norte de Inglaterra. Aprendi¨® a coser con su madre adoptiva Violet Masters, que era modista. A los 13 a?os, y con una precoz pasi¨®n por la ropa, dej¨® la casa de Masters para ingresar en un centro. Curs¨® sus estudios en la prestigiosa escuela de moda Central Saint Martins, y su colecci¨®n de graduaci¨®n fue comprada en su totalidad por Bianca Jagger. Con un cr¨¦dito de la organizaci¨®n de ayuda a la infancia Barnardo¡¯s mont¨® su propia marca, tambi¨¦n a trav¨¦s de esta instituci¨®n conoci¨® a Diana de Gales.
M¨¢s de cuarenta a?os despu¨¦s, Oldfield sigue siendo conocido por sus dise?os a medida para Lady Di. Cuando Oldfield se cruz¨® con ella en los a?os 80, Diana era una joven t¨ªmida que se vest¨ªa al estilo sloane, una suerte de estilo pijo ingl¨¦s de entonces que lo mismo val¨ªa para pasear al perro que como para ir a tomar el t¨¦ en el barrio de Chelsea. Este era el uniforme que daba por bueno la familia real brit¨¢nica, que por entonces viv¨ªa en un no parar de cacer¨ªas, rutas a caballo y caminatas por la campi?a. Oldfield quit¨® a Lady Diana el rollo ultra local y la transform¨® en toda una ¡®celebrity¡¯ moderna. Los cardigans y las prendas floreadas dieron paso a una serie de impactantes vestidos plisados y ce?idos en la cintura, en tonos plata, rojo y negro absoluto, un color hasta entonces poco visto en la realeza m¨¢s all¨¢ del luto. Con estos dise?os, Diana se reinvent¨® en una mujer sofisticada, con el poder¨ªo de alto voltaje que ped¨ªa la ¨¦poca.
¡°Oldfield fue el responsable de elevar el look de Diana y convertirla en un icono global?, opina Daniel Peters, fundador de Fashion Minority Report, una organizaci¨®n que apoya la diversidad y el avance de personas y comunidades infrarrepresentadas en la industria de la moda. ¡°Se trataba de una colaboraci¨®n improbable porque Oldfield era una persona de etnicidad dual que creci¨® en acogida, no se esperaba que fuera a vestir a una princesa.¡±
Fueron precisamente los dise?os para Lady Di los que capturaron la imaginaci¨®n de la estilista Jeanie Annan-Lewin, como tambi¨¦n les sucedi¨® a tantas otras ni?as brit¨¢nicas: ¡°De peque?as ve¨ªa a Diana como un ¨¢ngel, y esos vestidos me parecieron maravillosos: favorecedores, bien cortados, s¨²per glamurosos. Lo cierto es que mi inter¨¦s por la moda de la realeza acab¨® ah¨ª¡±, admite. La asociaci¨®n con la princesa de Gales fue tan estrecha, que cuando ella cambi¨® de vida y dej¨® de llevar sus modelos, el dise?ador sufri¨® un par¨®n en sus encargos tan fuerte que tuvo que vender su piso para mantener a flote su negocio.
La decisi¨®n de Camila de contratar al dise?ador de Lady Di
La decisi¨®n de Camilla de acudir a un dise?ador tan identificado con la princesa del pueblo no ha pasado desapercibida en el Reino Unido. ?Podr¨ªa ser un intento de conjurar al menos una parte de la popularidad de la que disfrut¨® Diana? En el caso de Camila, confiar en Oldfield forma parte de un cambio quiz¨¢s menos vistoso, pero m¨¢s profundo que el de Lady Di. Camilla representa el arquetipo brit¨¢nico de se?ora de la alta sociedad a la que le parece vulgar preocuparse demasiado por su aspecto, o al menos que se note que le preocupa. En estos ambientes no se estila ir ¡®de peluquer¨ªa¡¯, o hacerse una manicura que sin duda se arruinar¨¢ en cuanto atienda su precioso jard¨ªn. La ropa se suele elegir duradera, de tejidos de calidad y con dise?o sin mucho aquel.
Estos c¨®digos, perfectamente asimilados por un min¨²sculo sector de la sociedad brit¨¢nica, no calan entre la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. Y si Camila quer¨ªa ganarse el favor de las masas, esto ten¨ªa que cambiar. Poco a poco empez¨® a peinarse y a permitirse toques de coqueter¨ªa. Aqu¨ª es donde entra el ¡®ojo¡¯ de Oldfield. Para la futura reina consorte el modisto confeccion¨® vestidos que acompa?an la figura sin exageraciones, e introdujo detalles de pedrer¨ªa, bordados y encaje en su vestuario. Camila de repente se ve¨ªa m¨¢s pulida. Su progresivo cambio de imagen, combinado con la reputaci¨®n de sentido del humor y calidez que tiene entre los fot¨®grafos y miembros de la prensa, termin¨® creando una conexi¨®n con el gran p¨²blico. Para Peters, Oldfield es una apuesta segura en un complicado entorno: ¡°A Camila, que se convertir¨¢ en reina en un mundo sujeto al constante escrutinio, Oldfield le ha aportado una elegancia refinada y sutil. ?l te entiende a nivel individual y te eleva, te hace destacar, pero no de manera exagerada. Como dise?ador tiene una seguridad silenciosa, y respeto por sus clientes. Adem¨¢s, entiende perfectamente el objetivo, entiende lo que es ser una personalidad p¨²blica y para grandes ocasiones crear¨¢ algo de lo que todo el mundo hablar¨¢ de manera positiva.¡±
Una historia como la de Oldfield muestra que hasta los ambientes m¨¢s enrarecidos se benefician de una mirada diferente. Aunque actualmente se busque priorizar la diversidad, a una persona con una procedencia social similar le costar¨ªa tener su misma trayectoria profesional. Jeanie Annan-Lewin as¨ª lo cree: ?Hoy es muy dif¨ªcil entrar en una escuela como Central Saint Martins sin medios. En Londres el precio medio de una habitaci¨®n en alquiler es 1000 libras, por lo que estudiar en esta ciudad sin ayuda familiar es complicado.¡± Para Peters, las dificultades van m¨¢s all¨¢ de lo puramente econ¨®mico: ¡°Se ven muy pocos casos como el de Oldfield, o el de Alexander McQueen, que vendi¨® toda su colecci¨®n de graduaci¨®n a la boutique Browns. Los presupuestos son muy ajustados para todos. Montar una colecci¨®n, aunque sea de estudiante, cuesta mucho dinero. Pero adem¨¢s existe mucha competencia, es complicado destacar entre tanto ruido. Mi opini¨®n es que las marcas deber¨ªan buscar talento fuera de las escuelas m¨¢s famosas. No tendr¨ªamos que empujar a todos los dise?adores a los centros con m¨¢s renombre, con toda la presi¨®n financiera que supone.¡±
Sus dise?os fueron cambiando con los a?os y Oldfield abandon¨® los drapeados y toques disco para centrarse en un lujo comedido y alejado de las tendencias. Mujeres con estilos tan diferentes como Rania de Jordania, Kim Kardashian, Rihanna o Taylor Swift han recurrido a Oldfield cuando han querido vestir con aplomo. ¡°La clave es que Oldfield entiende perfectamente los conceptos de hechura y forma, que son la clave para confeccionar prendas impecables, que se vean caras¡±, opina Annan-Lewin. ?l mismo ha reconocido que su punto fuerte es saber instintivamente c¨®mo realzar el cuerpo de cada mujer, y dar a sus clientas ¡®la dignidad que buscan con cada vestido.¡¯ Pero en su trayectoria no todo han sido salones y damas de la alta sociedad. En los 90 fue el responsable de la equipaci¨®n del club de f¨²tbol Norwich City; y en 2008 renov¨® los uniformes de McDonalds en el Reino Unido con la intenci¨®n de que los trabajadores se sintieran bien llev¨¢ndolos, y los plante¨® en colores grises y marrones oscuros para camuflar las manchas de grasa.
Fund¨® una l¨ªnea de pret-a-porter en 1975, pero en la actualidad Oldfield opera exclusivamente con encargos a medida, a la manera de las casas de alta costura tradicionales. ¡°Oldfield ofrece m¨¢s que un vestido. Tiene una conexi¨®n personal con las mujeres a las que viste, y siempre habla de ellas de manera afectuosa¡±, razona Peters. ¡°No sabemos mucho sobre ¨¦l, es una persona que valora mucho su privacidad. Pero adem¨¢s creo que no habla a menudo con la prensa porque todo lo hace con extrema consideraci¨®n y no quiere revelar nada sobre sus poderosas clientas. Entiendo que recaud¨® 500 millones de libras para Barnardo¡¯s, destinados a ayudar a ni?os con experiencias similares a la suya, pero es tambi¨¦n muy reservado sobre sus obras ben¨¦ficas.¡±
Oldfield actualmente pertenece al orden establecido brit¨¢nico, pero no participa de manera activa en la industria de la moda. Como dise?ador, no saca colecciones, ni organiza desfiles. El mismo se ha definido como ¡°no muy fashion¡±, y confiesa que los insiders de la moda le aterrorizan. En varias ocasiones ha dejado claro que rechaza el concepto de la moda como espect¨¢culo y ha criticado abiertamente eventos como la gala del Met, describiendo a las celebridades invitadas como ?aspirantes a drag queens?. Su rumoreado apoyo al partido conservador brit¨¢nico tampoco le hace ganar amistades en ambientes creativos.
Quiz¨¢ su nombre no est¨¦ asociado con la faceta cool de la moda brit¨¢nica, pero sin duda ha sido testigo de excepci¨®n de toda una ¨¦poca, y protagonista de cambios sociales del pa¨ªs. Su hueco en la historia de la moda lo tiene m¨¢s que ganado.
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