Tendencias solo aptas para j¨®venes y delgadas: ?est¨¢ la moda regresando a la dictadura de la talla cero?
Puede que casi todas las firmas hablen, antes o despu¨¦s de diversidad, pero lo cierto es que los estilos que la mayor¨ªa proponen sobre la pasarela solo puede llevarlos una minor¨ªa. ?Qu¨¦ hay de real en el discurso de las tallas diversas? ?Por qu¨¦ precisamente ahora la pasarela vuelve a esa est¨¦tica de la que se quiso alejar durante los ¨²ltimos a?os?
En su informe para esta temporada de primavera-verano, Tagwalk, la web que funciona como buscador de desfiles y tendencias y cruza datos de todas las pasarelas del mundo, identifica de manera obvia la vuelta a las prendas ajustadas, al ense?ar distintas partes del cuerpo y a las transparencias m¨¢s literales. Entre los diez estilos m¨¢s recurrentes en los m¨¢s de seiscientos desfiles indexados por la plataforma, se encuentra la mminifalda (tercero), el cuerpo al descubierto (cuarto), el bodycon (octavo), el uso del sujetador como camiseta (noveno) y hasta el retorno del cors¨¦ (d¨¦cimo). En el pr¨®ximo oto?o no cambiar¨¢ esta obsesi¨®n por revelar el cuerpo: los desfiles, presentados el pasado febrero, reiteran (m¨¢s, si cabe) el uso de la transparencias (un 53% m¨¢s respecto al oto?o anterior), o las prendas muy cortas repletas de aberturas (que suben un 40%). Es un hecho que la moda vuelve a obsesionarse con las nociones (cl¨¢sicas) de sensualidad que gobernaron la est¨¦tica de anta?o, un retroceso que tiene que ver con otro m¨¢s literal; la vuelta al estilo de los primeros a?os del siglo XXI, lo que se conoce como tendencia ¡®Y2K¡¯ y que se concreta en pantalones de cintura baj¨ªsima, microtops o faldas de estilo colegial, entre otras prendas. Lo cierto es que la moda no se ha desembarazado a¨²n de la ley t¨¢cita de los veinte a?os: casi siempre se vuelve a poner de moda lo que lo estaba hace dos d¨¦cadas, el problema es que en este caso lo que los medios propagaban como el estilo del momento llevaba consigo un buen pu?ado de prejuicios relativos al canon que, veinte a?os m¨¢s tarde, pens¨¢bamos que estaban en v¨ªas de superaci¨®n.
Los a?os del Y2K fueron inmediatamente posteriores a los del llamado ¡®heroin chic¡¯, ese estilo que a finales de la d¨¦cada de los noventa preconizaba una muy fingida naturalidad conseguida a base de rostros con ojeras y costillas prominentes. Entonces, hasta el gobierno de la era Clinton se manifest¨® en contra de una est¨¦tica que hac¨ªa propaganda de un estilo de vida insalubre como el ¨²nico ¡®elegante¡¯. Lo que sigui¨® no fue mucho mejor, al menos en t¨¦rminos psicosociales: la delgadez volv¨ªa a imponerse, eta vez amparada en una noci¨®n unilateral de sensualidad que ense?aba piel en cuerpos de medidas perfectas. Fueron los a?os de esplendor del desfile de Victoria?s Secret o del ¨¦xito de Abercrombie & Fitch, la ense?a norteamericana cuyo principal, y casi ¨²nico reclamo, era el personal de tienda con cuerpos esculturales y las campa?as publicitarias de modelos sin camiseta. Precisamente ahora est¨¢ a punto de estrenarse White Hot: The Rise?& Fall of Abercrombie & Fitch, el documental de Netflix que detalla la ca¨ªda de la firma para hablar, metaf¨®ricamente, del fin de la era de cuerpos blancos, j¨®venes y perfectos. Y precisamente ahora, Skims, la multimillonaria marca de ropa reductora de Kim Kardashian ha devuelto a la actualidad a los ¨¢ngeles de Victoria¡¯s secret uni¨¦ndolas para su ¨²ltima campa?a, que hasta ahora reflejaba cuerpos de tallas diversas.
En la ¨²ltima d¨¦cada, a medida que la opini¨®n p¨²blica denunciaba los estragos que causaba en los j¨®venes el limitante canon de belleza que propagaban las pasarelas, las grandes marcas intentaban abrirse a la diversidad. En los ¨²ltimos a?os, las modelos cuyas tallas van m¨¢s all¨¢ de la 36 se han ido abriendo paso en desfiles, portadas y campa?as, y muchas grandes marcas han ampliado su tallaje. Dolce & Gabbana fue de las primeras, en 2020, en ofertar prendas por encima de la 44 en algunos modelos. Despu¨¦s le han seguido ense?as como Versace y Ganni, pero siguen siendo excepciones.
El n¨²mero de modelos de tallas diversas que han desfilado en las principales pasarelas internacionales ha aumentado, pero ha ido oscilando en los ¨²ltimos tiempos. Seg¨²n el informe sobre diversidad que elabora cada temporada la web The Fashion Spot, esta primera ha habido un total de 81 apariciones de modelos con tallas superiores a las 36 en pasarelas (comparado con las 19 del pasado oto?o). La mayor¨ªa de ellas (un 77% en Nueva York, un 72% en Paris y un 100%) fueron, adem¨¢s, modelo de color. De hecho, la diversidad de raza y talla tiene nombres muy concretos en la moda actual: Paloma Elsesser, Precious Lee y Jill Korleve (esta ¨²ltima, la primera modelo plus-size en desfilar para Chanel en los ¨²ltimos diez a?os) copan el 90% de las apariciones. ?Diversidad real?
¡°Vestir a una o dos modelos famosas con ropa hecha solo para ellas es una forma de implicarse en la diversidad de un modo oportunista¡±, comentaba en Twitter la directora de la web Fashionista, Tyler McCall, a prop¨®sito de la ¨²ltima portada de la revista I-d, que retrata a Paloma Elsesser con el ya archifamoso conjunto de minifalda y microtop de Miu Miu. Incluso por mucho que las campa?as y las portadas encumbren a modelos y celebridades de tallas diversas, la realidad es que esta tendencia de prendas cortas, escotadas y ajustadas es, siendo realistas, apta para muy pocos. Y llega precisamente ahora, cuando los informes de tallan que un 32% de las adolescentes culpan a instagram de ¡°sentirse mal con su imagen¡± y el pasado oto?o se filtraba un informe de Facebook que detallaba los da?os en la salud mental que esta red social pod¨ªa causar en los usuarios m¨¢s j¨®venes.
Mientras tanto, el llamado mercado de las tallas grandes (lo de la nomenclatura es otro tema a tratar) no para de crecer: se estima que alcance los 700.000 millones de euros en 2027. Pero los canales de informaci¨®n habituales parecen no darles cabida. A excepci¨®n de ense?as como Esther Ma?as, la mayor parte de las marcas emergentes que tienen cierta visibilidad en redes fabrican, por motivos log¨ªsticos y econ¨®micos, prendas de talla 36 o talla 0, como suele traducirse en la m¨¦trica anglosajona. Un art¨ªculo reciente en la web Fashionista mencionaba algunas de las superventas actuales y advert¨ªa ¡°que solo est¨¢n familiarizados con ellas los usuarios de Tik Tok, es decir, los propios j¨®venes. Una paradoja que parece no haber llegado al sector m¨¢s mainstream. Como escrib¨ªa Vanessa Friedman en una cr¨®nica titulada ¡°La moda no es solo para los j¨®venes delgados¡± tras advertir que los viejos c¨¢nones regresaban a las pasarelas: ¡°puede que el negocio est¨¦ en ser reclamo para las nuevas generaciones, pero muchos est¨¢n tomando viejos caminos equivocados¡±.
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