Tengo fiesta en la oficina y no s¨¦ qu¨¦ ponerme

La antesala a los festejos y festines familiares de la Navidad se juega los pr¨®ximos d¨ªas en restaurantes y lugares de trabajo de toda Espa?a: las t¨ªpicas cenas de empresa, muchas veces sustituidas por ¨¢gapes de mediod¨ªa o tentempi¨¦s informales en la misma oficina, est¨¢n al caer. Si en ediciones anteriores muchos han maldecido tener que rascarse el bolsillo con el amigo invisible y brindar con el jefe, este a?o hay que dar las gracias por poder compartir con ¨¦l platillos de croquetas, gambas al ajillo y champ¨¢n del malo.

El ¨²nico dolor de cabeza, que venga con el qu¨¦ ponerse. Porque no es lo mismo salir por ah¨ª con los amigos, que con los compa?eros de despacho. La clave est¨¢ en dar con el t¨¦rmino medio entre aquello que vestir¨ªamos en una juerga sin compromiso y el uniforme de asalariada, vamos, algo as¨ª como un c¨®ctel entre prendas laborales y elementos festivos que lo mismo pueden ser un accesorio, el maquillaje o los zapatos.

No te pases con el escote y el largo de la falda, o al contrario, exc¨¦dete. No te bajes de repente de los tacones, o ponte zancos y crece esos cent¨ªmetros que nadie te echa porque siempre te ven sentada. Su¨¦ltate el pelo si siempre llevas mo?o o rec¨®gete la melena si los hay que todav¨ªa no te han visto bien la cara. Ya sabes, haz justamente lo contrario de lo que sueles hacer cada d¨ªa y tendr¨¢s comidilla entre compa?eros hasta el pr¨®ximo a?o.