Por qu¨¦ Virgil Abloh es el dise?ador m¨¢s influyente de la d¨¦cada
Cre¨® un lenguaje visual y comercial propio por el que hoy se rigen muchas firmas actuales. Virgil Abloh no fue un dise?ador, fue el gran agitador cultural que obr¨® el cambio en la industria.
?Cada vez que entro en mi estudio sigo preguntando: ?por qu¨¦ la ropa sigue siendo relevante??, escrib¨ªa hace poco Virgil Abloh en su perfil personal de Instagram. Hablaba de sus m¨¢s de doce colecciones anuales, entre su firma Off White, sus colaboraciones con marcas y su trabajo en la l¨ªnea masculina de Louis Vuitton. De su energ¨ªa inagotable para seguir produciendo, en distintos formatos y bajos distintos nombres, intentando dar respuesta a esa pregunta. El conglomerado de lujo LVMH acababa de comprar un 60% de Off White y de nombrarlo supervisor de sus nuevos proyectos, con voz y voto en un? total de 75 marcas de todo tipo. ?Ahora tengo un sitio en la mesa?, dec¨ªa. Nunca antes un dise?ador hab¨ªa crecido tanto y tan r¨¢pido. Nunca antes un creador afroamericano hab¨ªa logrado esa influencia global y, sobre todo, real, m¨¢s all¨¢ de los c¨ªrculos de la industria. Si Abloh lo consigui¨® fue, en buena parte, porque a diferencia de sus colegas de profesi¨®n, nunca dej¨® de cuestionarse esa relevancia cultural que pod¨ªa llegar a condensarse en cada prenda.
Por eso nunca le gust¨® considerarse dise?ador. Lo suyo era otra cosa. A veces se ve¨ªa a s¨ª mismo como un artista a lo Duchamp, destinado a cambiar las reglas del discurso; en otras ocasiones prefer¨ªa autodenominarse creativo en sentido amplio. Y lo cierto es que no brillaba por dar forma a dise?os imponentes o majestuosos, ni por trabajar una est¨¦tica revolucionaria. Nunca busc¨® eso. La mente preclara de Abloh lleg¨® en un momento, los primeros a?os de la pasada d¨¦cada, en que la moda no necesitaba creaciones majestuosas, sino algo mucho m¨¢s complicado: un nuevo lenguaje que la hiciera conectar con su presente. Si Virgil se convirti¨® en una revoluci¨®n fue precisamente por eso, por cambiar las reglas para que otros las siguieran. Como Coco Chanel cuando imagin¨® a una mujer activa due?a de su destino que no exist¨ªa en la sociedad de su ¨¦poca, como Marc Jacobs cuando uni¨® moda y arte en el sentido m¨¢s comercial de ambos t¨¦rminos, como Demna cuando decidi¨® mezclar siluetas deformes con distop¨ªa y entretenimiento. Saber dise?ar no est¨¢ al alcance de cualquiera, pero saber leer el ¡®zeitgeist¡¯ solo es posible para muy pocos.
Si Abloh supo, en parte, desentra?ar los engranajes del sistema de la moda para subvertirlos fue, precisamente, porque nunca dej¨® de ver la moda desde fuera. Formado en arquitectura e ingenier¨ªa civil, con poco m¨¢s de veinte a?os lleg¨® a Fendi junto a su gran partenaire creativo, Kanye West. Trabajaban como becarios, pero, como contaba Abloh en una entrevista ?para nosotros era una especie de pase a este mundo, una se?al de que hab¨ªamos llegado?. Un joven afroamericano sin apoyos econ¨®micos ni contactos influyentes en un ecosistema donde la clase, la raza y la tradici¨®n segu¨ªan marcando el ritmo. A Abloh le gustaba decir, cada vez que ten¨ªa ocasi¨®n, que todo lo hac¨ªa ?por la cultura?, resumiendo as¨ª su obsesi¨®n por conectar la calle con la pasarela, por abrir las miras de la industria. Por eso antes de lanzar Off White en 2013 ya era influyente, aunque su nombre estuviera en la sombra: junto a West y trabajando como director de arte para A$ap Rocky o Jay Z obr¨® una de las revoluciones m¨¢s influyentes del siglo XXI: hacer coincidir, por fin, cultura urbana con lujo, hip hop con moda. Abloh fue una de las mentes pensantes tras Watch the throne, el ¨¢lbum de Jay Z y Kanye West lanzado en 2011 que simboliz¨® este cambio de paradigma: prendas de Riccardo Tisci, una est¨¦tica que caminaba en la frontera entre el videoclip y el fashion film y una l¨ªnea de merchandising de lujo que sent¨® las bases comerciales de algo que hoy, de tan recurrente, nos pasa desapercibido: las numeros¨ªsimas colecciones c¨¢psulas entre m¨²sicos y dise?adores y, sobre todo, el auge de la camiseta, la sudadera y la zapatilla a objeto de culto exclusivo.
Por eso, cuando dos a?os m¨¢s tarde, Abloh lanzaba Off White (tras un par de a?os detr¨¢s de otra firma urbana de culto, Pyrex) quiso hacer de la marca una especie de laboratorio de ideas desde el que condensar ese concepto de la moda como expresi¨®n cultural en sentido amplio. Su incre¨ªble talento para lo comercial le hizo dar con una idea aparentemente sencilla en el resultado, pero realmente compleja en la ejecuci¨®n: influido por Magritte, jugaba a la metarreferencia del objeto de moda, convirtiendo un producto popular en un artefacto conceptual por el mero hecho de escribir, siempre entre comillas, la palabra que lo define. A veces con un tautol¨®gico ?vestido? impreso en un vestido, otras redundando en las convenciones (la palabra ?formality? en una corbata, por ejemplo) o desmontando prejuicios, como cuando fue a la gala del MET en 2018 con unas zapatillas en cuya suela pod¨ªa leerse ?alfombra roja?. De otro de sus artistas m¨¢s admirados, Duchamp, pidi¨® prestada la idea del ready made es decir, la uni¨®n de objetos muy dispares que dan forma a un nuevo producto con un nuevo significado: bridas, etiquetas y c¨®digos de barras en zapatillas y sudaderas, detalles aparentemente simples que pronto se convirtieron en una se?a de identidad inequ¨ªvoca. La idea de Off White era tan sencilla y visual que pudo ampliarse, en poco tiempo, a muebles de Ikea o botellas de Evian. Abloh hab¨ªa logrado lo que solo logran los artistas c¨¦lebres: que su firma revalorizara cualquier producto y lo convirtiera en ¨²nico.
Cuando en 2018 ascendi¨® a la direcci¨®n creativa de la l¨ªnea masculina de Louis Vuitton, convirti¨¦ndose en uno de los poqu¨ªsimos afroamericanos en liderar una ense?a de lujo, Abloh sigui¨® redundado en su obsesi¨®n por captar las expresiones culturales reales. Como explica Carlos Primo en este art¨ªculo de Icon: ?En su colecci¨®n de primavera ¨C verano 2022, Abloh desplegaba toda una teor¨ªa sobre el significado social del sampling aplicado a la moda, y sobre el modo en que la cultura ¨Cy el estilo¨C se construyen a partir de la cita, la remezcla y la inspiraci¨®n. Posiblemente, ah¨ª se encuentre uno de sus principales legados a la moda masculina del futuro: la fluidez conceptual?. Un creador que prefer¨ªa redefinir clich¨¦s o remezclar convenciones populares que trabajar en referencias rebuscadas. Su capacidad para engranar ideas preexistentes era tal que sol¨ªa decir que se necesitaba cambiar un 3% de un accesorio cl¨¢sico para convertirlo en moderno.? Nunca creaba en el vac¨ªo, siempre ten¨ªa la referencia justa para redefinir cualquier objeto, por mucho poso cultural que condensara; de una bolsa de viaje de Vuitton a una estanter¨ªa de Ikea. Cuando present¨® su primera colecci¨®n en la casa, en una pasarela te?ida con los colores del arco¨ªris y con prendas en su mayor¨ªa blancas (el color que condensa todos los colores) escribi¨® en su Instagram: ?T¨² tambi¨¦n puedes hacerlo?, refiri¨¦ndose a las nuevas generaciones de afroamericanos a los que ¨¦l estaba abriendo camino. Poco despu¨¦s creaba una beca, ¡®Post Modern¡¯, para apoyar a los creativos emergentes.
La f¨®rmula que ¨¦l mismo invent¨®, m¨¢s cercana al artefacto cultural que a la propia moda, le permiti¨® dise?ar, pinchar m¨²sica, hacer portadas de discos y colaborar de forma incesante con marcas de todo tipo sin quemarse, manteniendo esa aura de ?artista total? que a veces emerg¨ªa como una estrella del pop en sentido cl¨¢sico, otras como artista, algunas como activista y muchas, simplemente, como una especie de gur¨² de las nuevas generaciones. Prefer¨ªa pasar horas debatiendo en Clubhouse sobre el estado de la industria que dar entrevistas; era uno de esos dise?adores ubicuos que, sin embargo, sab¨ªan separar magistralmente al personaje de su vida privada (pocos sab¨ªan, hasta ahora, que estaba casado y ten¨ªa dos hijos). Uno de los ¨²ltimos proyectos de Abloh fue Figuras del discurso, una exposici¨®n itinerante que ahora puede verse en Qatar, y que resum¨ªa su trayectoria entrelazando m¨²sica, moda, arte y dise?o gr¨¢fico. Nunca un t¨ªtulo fue m¨¢s adecuado. Virgil Abloh no fue un dise?ador, fue el agente del cambio, el inventor de un nuevo idioma para la moda del presente.
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