Wanda Ferragamo: la ambiciosa zapatera que triunf¨® donde su marido no pudo llegar
Tras el fallecimiento de su marido, Salvatore, en 1960, se convirti¨® en la directora de la ense?a, un cargo que ostent¨® durante medio siglo. Ahora sus hijos reivindican el legado de Wanda, una de las primeras mujeres en convertir una marca de moda en un ¨¦xito global.
En sus cuarenta a?os de profesi¨®n, Salvatore Ferragamo dej¨® m¨¢s de 350 patentes de calzado. Apodado el ¡°zapatero de las estrellas¡± (no hab¨ªa una sola actriz del Hollywood dorado que no luciera sus modelos) decidi¨® cursar Anatom¨ªa en una universidad californiana antes de volver a Florencia, creando as¨ª la primera firma de calzado de lujo c¨®modo para mujeres. Pero muri¨® en 1960 sin ver c¨®mo esa ense?a pionera se convert¨ªa en un referente global, que hoy factura cerca de mil millones de euros anuales y posee l¨ªneas de pr¨ºt-¨¤-porter masculino y femenino, accesorios y hasta una fundaci¨®n que apoya a los j¨®venes artesanos. Salvatore cre¨® las patentes, pero fue su mujer, Wanda, la que levant¨® el negocio, creando una compa?¨ªa pr¨®spera, ahora en manos de sus hijos, por cuyas innovaciones en materia de m¨¢rketing y gesti¨®n recibi¨®, entre otros, la menci¨®n de honoris causa en econom¨ªa por la universidad de Nueva York, la cruz del m¨¦rito de la rep¨²blica italiana o la gran cruz de la orden del imperio brit¨¢nico. Si, por extra?o que pueda parecer, a d¨ªa de hoy hay pocas directoras ejecutivas en esta industria (solo un 13% seg¨²n el listado de Fortune de las 1000 empresas de moda m¨¢s pr¨®speras). Pero que esta mujer levantara y gestionara una ense?a como Ferragamo hace sesenta a?os era pr¨¢cticamente proeza.
¡°No era normal ver a una empresaria en aquellos a?os, pero tom¨® el mando porque pens¨® que no ten¨ªa otra opci¨®n. Sac¨® la fortaleza necesaria para aprender el negocio y cuidar de su familia. Y, en cuanto tom¨® el mando, se rode¨® del equipo de mi padre, que la apoy¨® desde el primer momento¡±, recuerda a este peri¨®dico Giovanna Gentile Ferragamo, actualmente miembro de la junta directiva de la compa?¨ªa y una de las seis hijas de Salvatore y Wanda. La pareja se conoci¨® en Bonito, una peque?a localidad en la regi¨®n de Campania que vio nacer ambos. Ella, la hija del alcalde, acudi¨® a una reuni¨®n institucional con el zapatero: ¡°Gracias por tu enorme contribuci¨®n a la elegancia femenina¡±, le dijo. Cinco meses despu¨¦s de aquel encuentro, se casaban en N¨¢poles y se instalaban en Florencia, donde la marca a¨²n tiene su sede. Ella ten¨ªa 18. ?l, 42. Dos d¨¦cadas m¨¢s tarde, Salvatore fallec¨ªa. ¡°Mi madre cumpli¨® de alg¨²n modo los sue?os de mi padre, sin presi¨®n, pero con determinaci¨®n¡±, rememora Leonardo Ferragamo, otro de sus hijos, y actualmente presidente de la compa?¨ªa y la persona a cargo de la Fundaci¨®n. ¡°Vivi¨® observando su trabajo, viajando con ¨¦l. Hab¨ªa absorbido mejor que nadie la cultura de la empresa¡±. Una cultura que, seg¨²n cuenta Leonardo ¡°ha estado basada en la humanidad, en entender las dificultades y los problemas de la gente. Siempre hemos cre¨ªdo que esa idea es el punto de partida para poder desarrollar cualquier cosa¡±.
Durante la direcci¨®n de Wanda, de 1960 a 2006 (despu¨¦s se convirti¨® en presidenta honor¨ªfica hasta su fallecimiento, en 2018) la ense?a expandi¨® el negocio hasta sobrepasar las quinientas tiendas propias y, pese a que su mayor baluarte fueron y contin¨²an siendo los zapatos, ampli¨® las l¨ªneas de producto hasta convertir Ferragamo en una firma de moda en sentido estricto, con presencia desde hace d¨¦cadas en la semana de la moda de Mil¨¢n. ¡°Supongo que para ella, como mujer, era m¨¢s f¨¢cil saber cu¨¢les eran las necesidades de las mujeres. Mi madre siempre tuvo una personalidad muy femenina, muy ligada al estilo de su tiempo¡±, rememora Giovanna, ¡°pero no dejaba de ser complicado ser una mujer en un mundo dominado por hombres. Sin embargo, ella nunca quiso adoptar una personalidad agresiva para hacerse respetar, todo lo contrario; lo consigui¨® siendo emp¨¢tica y respetuosa, incluso haciendo gala de una sensibilidad femenina¡±.
Wanda Ferragamo crio sola a sus seis hijos y todos, uno a uno, fueron haci¨¦ndose cargo de distintas labores en la empresa, del dise?o (a cargo de Fiamma, fallecida en 1998) a la gesti¨®n (hoy otro de sus hijos, Ferruccio, ocupa la presidencia honoraria) ¡°Siempre dec¨ªamos que era dos personas en una¡±, bromea Giovanna, ¡°estaba la madre que nos educaba e inculcaba valores y la mujer fuerte que se encargaba con su equipo de las finanzas y la distribuci¨®n. Era muy demandante; miraba cuidadosamente cada uno de los productos¡±. Leonardo Ferragamo la recuerda como una mujer ambiciosa ¡°en el buen sentido, porque solo con la ambici¨®n puede ser innovador¡±, dice, ¡°ella fue quien ense?¨® a ver en qu¨¦ se pod¨ªa convertir Salvatore Ferragamo¡±. La carrera de Wanda fue un h¨¢bil ejercicio de gesti¨®n empresarial, pero tambi¨¦n un acto de amor: antes del fallecimiento del fundador, la compa?¨ªa se llamaba Ferragamo, a secas; fue ella la que a?adi¨® el nombre de pila de su marido para honrar su legado. Y la que ense?¨® a perpetuar el negocio dentro de la familia.
Poco antes de su fallecimiento, en una entrevista con el diario Women¡¯s wear daily, Wanda afirmaba que, a sus m¨¢s de noventa a?os, no pod¨ªa dejar de ir a la oficina. ¡°Dicen que el trabajo entrena la mente y te ayuda a mantenerte joven, y hay mucho que hacer¡±, confesaba. Ahora, que se cumplen cien a?os de su nacimiento, la familia Ferragamo prepara un libro biogr¨¢fico de su matriarca y una exposici¨®n que honrar¨¢ su legado y el de todas las mujeres que trabajaron en la sombra para hacer florecer la cultura y la econom¨ªa italianas. ¡°Esa generaci¨®n de mujeres en los a?os de posguerra, que por supervivencia y orgullo supieron sacar adelante a la sociedad y ser un ejemplo para el resto¡±.
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