Ni?os activistas, la otra infancia
Puede que les cueste el doble hacer o¨ªr su voz, pero eso no les frena. A veces, los l¨ªderes de la protesta son muy, muy peque?os. Y sus logros, muy grandes.
Seguramente ha sido la ponente m¨¢s joven en recibir una ovaci¨®n en la sede principal de la ONU. El pasado 12 de julio, Malala Yousafzai, una adolescente de 16 a?os lo suficientemente famosa como para ser conocida s¨®lo por su nombre de pila, se puso ante cientos de delegados y acept¨® los honores que le rindieron como parte del D¨ªa de Malala. Su caso es sobradamente conocido: a los 13 a?os, Yousafzai empez¨® a bloguear con seud¨®nimo en la web de la BBC contando la situaci¨®n en su pa¨ªs, en el que los talibanes impiden la escolarizaci¨®n de las ni?as. En octubre del a?o pasado, un terrorista ligado al grupo extremista TTP le dispar¨® repetidamente en el cr¨¢neo. Yousafzai logr¨® salvar la vida y se convirti¨® en un icono global. Personalidades de todo el mundo, desde Barack Obama a Madonna, le dieron su apoyo y Time la propuso como Persona del A?o. Hoy vive en Inglaterra, refugiada, y acude al colegio cada d¨ªa con un hiyab y el cl¨¢sico uniforme. Sin duda, su porte precozmente maduro y su corta edad contribuyeron a atraer a los medios occidentales. ?Seguir¨¢ siendo una voz en el tablero internacional cuando crezca?
Seg¨²n el psic¨®logo infantil y profesor de la Universidad Complutense Valent¨ªn Mart¨ªnez-Otero, probablemente s¨ª. ?Siempre que siga contando con el apoyo de su entorno. A menudo estos ni?os acreditan un acentuado desarrrollo en el plano intelectual, social, y ¨¦tico moral. No se amilanan y se crecen ante la adversidad?.
La transexual de 6 a?os llev¨® a su colegio a juicio y gan¨® el derecho a usar el ba?o de ni?as, el sexo con el que se identifica.
Cordon Press
El psic¨®logo, sin embargo, cree que no siempre es aconsejable que un ni?o se convierta en la cara p¨²blica de una causa pol¨ªtica. ?Eso corresponde a los adultos. De otro modo, la excesiva presi¨®n sobre la infancia, empujada hacia una falsa madurez, puede tener consecuencias negativas: estr¨¦s, ansiedad, depresi¨®n¡?.?
Se refiere al caso de Coy Mathis, la ni?a transexual de 6 a?os que llev¨® a juicio al estado de Colorado, en el que reside, por su derecho a utilizar el ba?o de ni?as de su colegio (Coy naci¨® con sexo masculino). El abogado de su familia, Michael Silverman ¨Cdel Transgender Legal Defense Fund, un despacho que lleva estos casos sin ¨¢nimo de lucro¨C, justifica la decisi¨®n de la familia Mathis de salir a la luz p¨²blica: ?La gente no tiene muchas oportunidades de ver a ni?os?transg¨¦nero. Al ver a Coy ¨Cque hizo toda una ronda de apariciones medi¨¢ticas¨C se encontraron con una ni?a normal y preciosa y con una familia que s¨®lo quer¨ªa que todos sus hijos fueran igualmente felices. Es importante poner una cara a estas batallas por los derechos civiles?. Silverman est¨¢ m¨¢s que satisfecho con el resultado, que dio la raz¨®n a los Mathis y est¨¢ sentando jurisprudencia en varios estados.?
No hay duda de que la cara de un ni?o multiplica el inter¨¦s de los medios y puede dar el empuj¨®n a una campa?a, la que sea. Lo sabe Martha Payne, la ni?a escocesa que el a?o pasado abri¨® un blog, Never Seconds, en el que posteaba fotos del muy poco apetecible men¨² de su escuela. Un tuit de apoyo del famoso chef Jamie Oliver encendi¨® la chispa y poco despu¨¦s la BBC y el Daily Telegraph estaban hablando de lo que pensaba esta cr¨ªa de 9 a?os. Se?alaban, entre otras cosas, que la dieta escocesa es la peor de Europa y que, de seguir as¨ª, dif¨ªcilmente mejorar¨ªa. El distrito de Argyll and Bute, al que pertenece el colegio de Payne, le oblig¨® a cerrar el blog, y eso aument¨® todav¨ªa m¨¢s su popularidad.
?Ese d¨ªa llor¨¦ porque era injusto, no hab¨ªa hecho nada malo?, cuenta Martha a S Moda. Un a?o m¨¢s tarde ha conseguido que mejore la nutrici¨®n escolar en la regi¨®n y ha recaudado fondos para un comedor infantil en Malaui. ?Pero a¨²n nos queda trabajo?, asegura.
Los ni?os de un colegio de San Rafael, California, consiguieron que la marca Crayola recicle los rotuladores que produce.
Gtres
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.