Raf Simons le gana la batalla a la nostalgia en Dior
El dise?ador belga presenta su primera colecci¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter para la maison francesa.
Raf Simons ha plantado este mediod¨ªa su primera semilla en Dior. La colecci¨®n de Alta Costura que present¨® el pasado julio y con la que se estren¨® en la maison no fue m¨¢s que un zalamero anteproyecto que nada tiene que ver con su debut en el listo para llevar de hoy. Aquello, visto con ojos de ahora, fue una cortina de humo. Esa materia de la que est¨¢ hecha la alfombra roja sobre la que han triunfado esos mismos dise?os. Un ejercicio de transici¨®n perfectamente calculado para contentar a aquellos que demandaban alguna perla del nuevo dise?ador sin perder la comba complaciente de su anterior director creativo. Bill Gaytten. Que aunque nunca dijo esta boca es m¨ªa ni revolucion¨® el gallinero, al menos, mantuvo entretenidos a los compradores.
Con su primera colecci¨®n de pr¨¨t-¨¤-porter para Dior, Raf Simons ha pasado la prueba de fuego con una estrategia de lo m¨¢s belicosa. Porque aunque ha iniciado el desfile en son de paz, con propuestas propias de un terreno neutral, enseguida ha subido el tono de su discurso arrojando, una tras otra, ofensivas en forma de looks. Los p¨¢rpados brillantes de sus modelos hac¨ªan presagiar la embestida. Un ataque que ha empezado con una serie de minivestidos abullonados e irisados que han dado paso a un despliegue de prendas con trampa, de doble faz, a rayas, en tonos candy y tejidos reflectantes, dejando fuera de juego a m¨¢s de uno. El bombardeo ha remitido hacia el final. Cuando los faldones midi con flores tornasoladas han hecho acto de presencia cerrando la comitiva.
Esta batalla, a su manera, parece que la ha ganado. Ahora solamente queda comprobar si la visi¨®n de Raf Simons encaja con la cuenta de resultados barajada para el a?o pr¨®ximo por el se?or Toledano.
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