Pelucas: el resurgir glorioso (gracias a las ¡®celebrities¡¯) de un accesorio denostado
De tab¨² a tendencia. La naturalidad con la que artistas e influencers han empezado a reconocer su uso, tanto por salud como por placer est¨¦tico, ha derivado en un abrazo definitivo a este complemento capilar que toma protagonismo en internet y sobre la pasarela.
Beth Ditto (Gossip) quit¨¢ndose la peluca en plena actuaci¨®n ante el p¨²blico del Mad Cool a la voz de ¡°?Me estoy asando viva!¡±. Y Cardi B haciendo lo propio en el Wireless Festival de Londres, yendo un paso m¨¢s all¨¢ y tir¨¢ndola al p¨²blico para despu¨¦s recurrir a Instagram con un post?pidi¨¦ndola de vuelta: ?Me dej¨¦ llevar?. Estos dos recientes wig reveals (el gesto de quitarse la peluca dram¨¢ticamente y dejarse al descubierto) confirman algo m¨¢s que una tendencia que ya se intu¨ªa. Las pelucas se llevan y su uso toma nuevos significados. Cada vez tienen menos que ver con esconder, alej¨¢ndose del tab¨² de una funci¨®n ligada a disimular problemas capilares o tipos de cabello estigmatizados como el afro, y lleg¨¢ndose a convertir en un accesorio m¨¢s a tener en cuenta en las rutinas de belleza y hasta en nuevo s¨ªmbolo de estatus.
La etiqueta ¡®#wig¡® (peluca) recoge m¨¢s?de 5 millones y medio de resultados en Instagram. En YouTube se despliegan infinidad de tutoriales al introducir la misma b¨²squeda, en ellos se explica c¨®mo colocarlas, fabricarlas o customizarlas. Y estad¨ªsticas como la de Statista que aseguran que para 2023 el negocio de pelucas y extensiones estar¨¢ valorado en 10.000 millones de d¨®lares (casi 9.000 millones de euros) confirman el fen¨®meno.
Su origen se remonta a los egipcios, pero las pelucas han llegado a nuestro imaginario m¨¢s reciente por varias v¨ªas. A trav¨¦s de las mujeres negras, que las han llevado durante siglos, as¨ª como las extensiones o turbantes con los que han cubierto su cabello oprimidas porque se consideraba que deb¨ªan ¡°preservar la moral p¨²blica¡± no ense?¨¢ndolo. Persistiendo el estigma de que el pelo afro es menos profesional, que a¨²n desde medios y publicidad se manipula para que luzca m¨¢s euroc¨¦ntrico. A trav¨¦s de artistas, como Cher, Lady Gaga, Katy Perry o muchas drag queens, que las han usado como elementos expresivos ic¨®nicos en sus actuaciones. Las hemos visto (sin saberlo) a actrices y actores sobre la alfombra roja y eventos, creando falsas expectativas sobre una imagen que no es real. Y tambi¨¦n con ese mismo af¨¢n de no hacer evidente que se llevan puestas, las han llevado personas con alopecia o enfermedades cuyos tratamientos, como la quimioterapia, les han hecho perder pelo. Pero la conversaci¨®n ha cambiado y ahora, como demuestran los datos mencionados, se habla de pelucas sin pudor, con orgullo y consider¨¢ndola m¨¢s como una opci¨®n cotidiana.
Keira Knightley cont¨® p¨²blicamente su experiencia llev¨¢ndolas durante cinco a?os mientras sanaba su pelo despu¨¦s de someterlo a tantos cambios y tratamientos por su profesi¨®n. En Espa?a, la actriz Najwa Nimri tambi¨¦n ha hablado abiertamente sobre el uso que hace a menudo de ellas. En una entrevista en S Moda explic¨® que sufri¨® tricotemnoman¨ªa, ¡°obsesi¨®n por rasurarse el pelo¡±, y que a menudo tira de pelucas para eventos y para construir sus personajes. Todas estos gestos han contribuido a normalizarlas, pero ?qui¨¦n las ha puesto de moda?
Kylie Jenner cree que ella misma. La peque?a del clan de las Kardashian as¨ª lo dijo en una entrevista con Marie Claire: ¡°Lo de las pelucas lo empec¨¦ yo¡±, haciendo referencia a la primera de todas sus apariciones con pelucas coloridas en la que llev¨® una color azul aguamarina dise?ada por Tokyo Styles, su estilista capilar que ahora las hace tambi¨¦n para artistas como Cardi B, valorada en 3.000 d¨®lares. Aunque es cierto que Kylie ha hecho de las pelucas de colores parte de su identidad, extendi¨¦ndolas tambi¨¦n a sus hermanas Kim y Khloe, su afirmaci¨®n fue criticada y ha sido tachada como gesto negativo tratando de apropiarse de una costumbre cultural de las mujeres negras.
Otros como Shay Ashual, uno de los creadores de pelucas m¨¢s cotizados, creen que el m¨¦rito es de Beyonc¨¦. ?Ella hizo que se aceptara el hecho de usar pelucas abiertamente, y cre¨® la demanda de pelucas de encaje frontal entre consumidores particulares, que antes se usaban sobre todo en cine y teatro. Las compa?¨ªas fabricantes de pelucas vieron esto como una oportunidad para sumarse al juego y llegar al mainstream¡±, contaba a Vogue UK. Pero Queen B tampoco se ha librado de cr¨ªticas por parte de las defensoras del pelo afro al natural, que entienden como hip¨®crita que en canciones como Reformation la artista hable de abrazar su ¡°baby hair¡± y sus ¡°rizos afro¡± pero que lo haga con peluca como ocurri¨® en la Superbowl 2016,? desaprovechando una ocasi¨®n hist¨®rica para darle aut¨¦ntica visibilidad. Seg¨²n ella misma reconoci¨® ese a?o tiene una colecci¨®n de m¨¢s de 30 y el valor total de ellas, seg¨²n especulan medios y expertos, podr¨ªa rondar el mill¨®n de d¨®lares.
M¨¢s en la l¨ªnea del estilo de las de Kylie Jenner se manifiesta la tendencia en Instagram. Entre la diversi¨®n y la idea de aparecer en cada post con una imagen completamente nueva (diferente estilismo, maquillaje y color y corte de pelo) que se antoja tan propia de la era de la inmediatez digital y de la lucha por el ¡®me gusta¡¯. Basta con sumergirse en la etiqueta ¡®#wigs¡® para observar los colores cambiantes: desde tonos pastel, blancos que necesitar¨ªan una decoloraci¨®n imposible, pelo efecto unicornio o colores s¨®lidos tipo ne¨®n como los que usa la youtuber e instagramer Amanda Eising (m¨¢s de un mill¨®n de seguidores), cl¨®nica a Kylie Jenner. ?El efecto de celebridades como las Kardashians, que usan pelucas abiertamente, se ha traducido en un aumento en los consumidores que quieren llevarlas?por diversi¨®n, para cambiar su apariencia para un evento o simplemente para una noche de fiesta?, resum¨ªan desde HotHair, distribuidor de pelucas y accesorios capilares, a The Guardian.
En Espa?a la tendencia no est¨¢ tan extendida pero cuenta con otra defensora famosa que quiere seguir el ejemplo estadounidense. La cantante Soraya Arnelas ha reconocido en varias entrevistas y tambi¨¦n a trav¨¦s de sus redes que tiene una colecci¨®n de m¨¢s de 25 ejemplares. ?Me sigue sorprendiendo que a la inmensa mayor¨ªa de la gente le resulte raro usar pelucas.?Nuestras artistas de toda la vida las han usado, las americanas que siempre usamos como ejemplo las usan cada d¨ªa. Pero si las usamos las espa?olas¡?Las pelucas nos ahorran tiempo y dinero, adem¨¢s hacemos que aquellos que desgraciadamente las usan por motivos de salud lo vean m¨¢s normalizado?, explicaba con una publicaci¨®n promocional de una firma de pelucas y extensiones espa?ola.
No es solo es una cuesti¨®n de influencers. Las pelucas tambi¨¦n est¨¢n teniendo su momento sobre las pasarelas. Como cuenta Leah Harper en un art¨ªculo sobre esta inesperada tendencia veraniega en The Guardian, en la semana de la moda londinense, las colecciones de la SS19 de Paria Farzaneh, de Asai para Fashion East o de Andreas Kronthaler para Vivienne Westwood?y la de SS20 de?Martine Rose ya lo anticipaban. Pelucas coloridas, homog¨¦neas y oscuras o postizos sobre pelo natural fueron parte de las propuestas que acompa?abas a las prendas.
El furor tambi¨¦n se ha extendido a tiendas como Urban Outfitters, que ha agotado dos modelos de corte bob en rosa y morado y en los grandes almacenes Selfridges, donde seg¨²n Harper, HotHair ha puesto un punto de venta en el venden productos tanto de pelo natural como sint¨¦tico con precios que oscilan entre ¡°115 y 995 libras¡± (precio habitual en otras plataformas de venta online como Wigs.com o Voguewigs, la marca de Caitlyn Jenner). Aunque en internet hay tutoriales con trucos para modificar modelos baratos a la venta en Amazon, donde s¨ª se pueden encontrar algunas piezas sint¨¦ticas de menor calidad alrededor de los 50 u 80 euros, el rango medio de precios sigue siendo elevado y no a la altura de todos los bolsillos que se quieran dar el capricho, lo que las acaba convirtiendo en un s¨ªmbolo de estatus. ?Se consolidar¨¢n las pelucas como nuevo objeto de deseo predilecto de los adictos a la belleza?
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