Pierre Cardin: ¡®La pol¨¦mica por mi rascacielos viene de los celos¡¯
Pietro Cardini, creador de la firma francesa Pierre Cardin, nos recibe en su residencia de Venecia donde hablamos del rascacielos que ha dise?ado y de sus 60 a?os de carrera.
Par¨ªs hizo a Pierre Cardin, pero fue en Venecia donde naci¨® Pietro Cardini, el gran creativo cuyo talento empresarial ha alumbrado uno de los m¨¢s poderosos imperios de la moda. Nos recibe en su residencia veneciana, un palacio cercano al puente Rialto. Es el fruto de seis d¨¦cadas de ¨¦xito profesional y en ¨¦l nos habla de su pasado y de su otro palacio, el que representa su futuro. El dise?ador proyecta erigir en su ciudad natal el 'Palais Lumi¨¦re' (Palacio de la luz), un rascacielos en forma de ramo de flores met¨¢lico de 250 metros de altura. Es el regalo que ofrece a sus ra¨ªces. ¡°Tengo un gran respeto por mis or¨ªgenes -dice a SModa-. Desde que empec¨¦ a trabajar siempre he pensado en franc¨¦s, pero en mi interior no he dejado de sentirme como un italiano. Ahora, con 90 a?os, intento volver a serlo¡°.
El jard¨ªn que ocupa la entrada de su casa est¨¢ coronado por una g¨®ndola de plexigl¨¢s llamada ¡°El pr¨ªncipe de Venecia¡°. Este regalo de su sobrino Rodrigo es el ¨²nico elemento que contrasta entre tapices y esculturas de otra ¨¦poca que decoran un lugar donde parece no haber pasado el tiempo. Justo al contrario que en su proyecto arquitect¨®nico. El Palais Lumi¨¦re, de apariencia espacial como algunos de las prendas que populariz¨® en la d¨¦cada de los 60, rompe la est¨¦tica de la ciudad de los canales. Cuenta con el benepl¨¢cito de las autoridades locales, pero otras voces m¨¢s cr¨ªticas temen que arruine la particularidad arquitect¨®nica que ha convertido a Venecia en ciudad Patrimonio de la Humanidad para la UNESCO.
El dise?ador Pierre Cardin.
Getty Images
Est¨¢ formado en la arquitectura, ?qu¨¦ le impidi¨® dedicarse a ello a tiempo completo?
No llegu¨¦ a diplomarme en arquitectura por culpa de la Segunda Guerra Mundial. Cuando era joven ten¨ªa muchas metas, pod¨ªa haber acabado siendo bailar¨ªn, cantante o actor. Hasta trabaj¨¦ con Jean Morreau.
Finalmente, se decant¨® por la moda.
En un rodaje conoc¨ª a Jean Cocteau y a partir de ah¨ª entr¨¦ en el universo Dior. Yo era demasiado joven como para hacerlo todo bien. Decid¨ª que prefer¨ªa hacer una cosa en condiciones en vez de todo a medias. No me contento con hacer las cosas bien, quiero hacerlas lo mejor posible.
Tambi¨¦n es due?o del m¨ªtico restaurante Maxim?s. Por ¨¦l han pasado cientos de personalidades ?Qui¨¦n se le ha resistido?
Un espa?ol, Ferr¨¢n Adri¨¢. Le invit¨¦ a que trabajara en el restaurante y lo rechaz¨®. Me dijo que no quer¨ªa marcharse de Barcelona. Lo respeto pero no lo entiendo. Mi forma de pensar es contraria. He querido hacerme un nombre mostrando lo que hago al mundo. En Jap¨®n, Australia, China o Canad¨¢.
Otro espa?ol que le dijo no fue Balenciaga.
Intent¨¦ trabajar para ¨¦l cuando era un veintea?ero. Admiraba su capacidad creativa, pero una de sus asistentes me rechaz¨® tres veces. Me dec¨ªa que no hab¨ªa sitio para m¨ª. A?os despu¨¦s, cuando ya hab¨ªa creado mi propia firma, coincid¨ª con ¨¦l en una fiesta. Le cont¨¦ lo que hab¨ªa ocurrido y me dijo: ?De haberlo sabido te hubiera contratado de inmediato?. Era demasiado tarde.
Y eso que cuando lo intent¨® a¨²n no le hab¨ªan expulsado temporalmente de la asociaci¨®n de alta costura parisina por crear la primera colecci¨®n? pr¨ºt-¨¤-porter para grandes almacenes.
Fue un esc¨¢ndalo hace 50 a?os. Me criticaron como nunca y mira ahora, todos lo hacen. As¨ª deb¨ªa ser, pero no quer¨ªan verlo.
?C¨®mo ve el futuro de la moda un visionario como usted?
Con la televisi¨®n e internet, la moda y la vida de ahora son virtuales. Todo marcha demasiado r¨¢pido y no se da tiempo a que la felicidad se asiente.
?Es por eso que no encuentra un heredero? ?Qu¨¦ cualidades ha de tener quien le suceda?
Ha de ser inteligente y trabajador. Alguien diplom¨¢tico, encantador cuando sea necesario y diligente cuando sus responsabilidades lo exijan.
Otra opci¨®n que contempla es la de vender su firma.
No necesito vender mi imperio, pero quiero hacerlo. Deseo que todo lo que he construido en este tiempo me sobreviva.
A la espera del s¨ª definitivo, acaba de colocar la primera piedra del Palais Lumi¨¦re, que es el gran proyecto con el que espera llegar a la eternidad. Por el momento, una exposici¨®n que forma parte de la Biennale de Arquitectura de Venecia mostrar¨¢ hasta noviembre el sue?o de Cardin.
Los tres edificios interconectados que forman este rascacielos y el complejo urban¨ªstico que lo rodea albergar¨ªan m¨¢s de 450 habitaciones de hotel, apartamentos de lujo, un centro comercial y un auditorio con 7.000 butacas. La sensibilidad en las formas quieren dar vida a lo que ¨¦l denomina como ¡°una escultura habitable¡°.
Y es que Cardin, a pesar de todo, siempre ha cre¨ªdo en la 'practicidad' del arte. Adem¨¢s de ser una creaci¨®n sostenible, capaz de generar su propia energ¨ªa, ser¨ªa un catalizador econ¨®mico para la ciudad. Generar¨ªa cerca de 3.000 puestos de trabajo durante sus cuatro a?os de construcci¨®n del edificio y otros tantos puestos permanentes una vez activo.
?Por qu¨¦ tanta reticencia al Palais Lumi¨¦re?
Es politiqueo. Cuando trabajo pienso en hacer el bien para la gente. Ya sea con la arquitectura, la gastronom¨ªa o la ropa. Solo lo critican la oposici¨®n y algunos arquitectos. En toda carrera art¨ªstica tu rival intenta tirar por tierra tus m¨¦ritos. Son celos, pasi¨®n mal entendida.
Ya ocurri¨® algo parecido cuando compr¨® el castillo franc¨¦s de Lacoste.
S¨ª. Y no lo entiendo. Organizo desde hace a?os un festival veraniego all¨ª. Solo quiero ofrecer cosas interesantes a la gente.
La pasi¨®n es necesaria en su profesi¨®n¡
A m¨ª me ha ayudado mucho. Mi secreto siempre ha sido el trabajo duro, pero porque esa era mi pasi¨®n. Aun cuando era joven el trabajo me hac¨ªa feliz. No supon¨ªa para m¨ª un sacrificio.
Podemos decir que otra de sus pasiones es la provocaci¨®n.
Me gusta la provocaci¨®n y ser ¨²nico. Necesito exponer mi propia forma de ser en todo lo que hago.
Ellos ladran mientras usted cabalga.
Ecco!
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