Daga Voladora: ¡°Al pueblo me llev¨¦ los instrumentos. Pens¨¦ que la naturaleza iba a influirme, pero soy una urbanita de mierda¡±

Durante mucho tiempo he sido muy subterr¨¢nea y de ah¨ª el t¨ªtulo Los manantiales, porque con este trabajo salgo a la superficie y he tenido la intenci¨®n de dar un paso m¨¢s con un sello discogr¨¢fico que hiciera de altavoz ¡°, explica Cristina Plaza, quien lleva toda la vida haciendo m¨²sica, en su ¨²ltima etapa bajo el seud¨®nimo de Daga Voladora. ¡°En el colegio¡± recuerda, ¡°era una de mis asignaturas favoritas. En mi casa, siempre se escuchaba m¨²sica a todo trapo. ?La quinta, de Mahler, a unos vol¨²menes! Luego estaba mi hermano mayor, que estudiaba clarinete y me torturaba con sus escalas...¡±.

Antes de Daga, Plaza fue Gran Aparato El¨¦ctrico, un cuarto de Los Eterno y la mitad de Clovis, estas dos ¨²ltimas formaciones junto a su pareja, el tambi¨¦n m¨²sico Fino Oyonarte, conocido por ser parte de Los Enemigos y responsable, adem¨¢s, de la mezcla final de este ¨²ltimo disco de Daga Voladora. ¡°Me gusta hacer las cosas a mi manera por mucho que esto, a veces, me limite¡±. Es la trayectoria de Plaza un camino trazado de manera orgullosamente personal. ¡°Siempre me he tomado muy en serio mis canciones. Hay grupos que no son constantes y yo los amo igual. No soy una persona constante. No siempre he tenido la fuerza para sentarme y ponerme. Voy a mi bola. Para alguien como yo, hacer canciones es por amor al oficio¡±. Y a pesar de los intervalos, las canciones de Plaza siempre son reconocibles. Quiz¨¢s porque Daga Voladora es ¨²nica.

Los manantiales (Lovemonk) fue esbozado en el campo, pero se materializ¨® en plena urbe. ¡°Al pueblo me llev¨¦ los instrumentos y me puse a improvisar. Pens¨¦ que la naturaleza iba a influirme, pero soy una urbanita de mierda. Todo sali¨® cuando estaba en un s¨®tano con humedades y con un martillo pil¨®n taladr¨¢ndome el o¨ªdo¡±. Un ¨¢lbum en el que hay ecos de Stereolab, Galaxie 500, Lou Reed, Silver Apples o Nirvana¡­ ¡°Los manantiales viene de que yo trato de replicar la m¨²sica que escucho y me gusta sin ning¨²n pudor. ?Por qu¨¦ negar de d¨®nde bebe una?¡±. En este disco, Plaza juega. A vidas imaginadas (Quise ser), a un posible musical (Cristin¨®polis) o a femme fatale (Me pasar¨¢ contigo). Por el camino, Steinbeck, Kerouac, Gary Snyder, alguna frase robada a Virginia Woolf o a Sonic Youth¡­ Semejante capricho musical, que lo ser¨¢ tambi¨¦n para el oyente por su precisi¨®n y elegancia, se remata con la portada de Javier de Juan y dise?o de Beatriz Lobo. Un lujo.