Lila Downs: ¡°Mi madre siempre me dec¨ªa que las mujeres no debemos nunca hablar mal de otra mujer¡±
Es una de las artistas que mejor ha sabido combinar presente y pasado. Historia de la canci¨®n mexicana, que en ning¨²n momento deja de lado los estilos m¨¢s actuales. La cantante visita Espa?a para dar una gira de conciertos. Charlamos con ella sobre todo lo que ha aprendido en 30 a?os de carrera
Destila fuerza y presencia. Su pelo negro, recogido cuidadosamente a base de unas estilizadas trenzas, hace las veces de una bella tiara. El rostro de Lila Downs (Oaxaca, 55 a?os), modelado por sus or¨ªgenes mixtecas y unos marcados rasgos, recuerda a los de una deidad de la antig¨¹edad prehisp¨¢nica. La cantante mexicana, que acaba de aterrizar de su Oaxaca natal, es una de las artistas que mejor ha sabido combinar presente y pasado. Historia de la canci¨®n mexicana, que en ning¨²n momento deja de lado lo que son los estilos m¨¢s actuales.
Feminista hasta la m¨¦dula, abanderada de los derechos ind¨ªgenas y de la tradici¨®n bien entendida, Downs llega a Espa?a para embarcarse en una gira que la ver¨¢ compartir escenario con artistas como Rodrigo Cuevas (ayer en La Laboral de Gij¨®n), Ara Malikian (d¨ªa 10 en Granada y 12 en Starlite Occident), Mulatu Astatke (14 en Pirineos Sur) y Muchachito Bombo Infierno (15 en Alma Pedralbes). Downs presenta el que es su ¨²ltimo trabajo, La S¨¢nchez, un homenaje que encapsula lo mejor de su obra, mirando fijamente a lo que ha sido y a lo que es. Y donde su madre siempre ha estado presente.
El t¨ªtulo La S¨¢nchez, de alg¨²n modo, remite a los or¨ªgenes maternos de Lila Downs. Su madre se llama Anita S¨¢nchez. Entiendo que es una forma de reivindicarla y de dar a conocer esa filiaci¨®n. ?Qui¨¦n es ella? Hab¨ªa le¨ªdo que fue una cantante de cabaret.
Bueno, ella dice que aquel lugar donde empez¨® era una cafeter¨ªa. Pero mi padre dec¨ªa que era una cantina. As¨ª que desde la ni?ez hab¨ªa esas dos versiones y siempre fueron muy libres en ese sentido.
?Su madre fue protectora?
Mi madre siempre me ha protegido. Creo que eso lo he visto mucho aqu¨ª tambi¨¦n. Las mujeres protegiendo y siendo como las que cobijan. La cruda realidad muchas veces. Y mi madre es un poco as¨ª, pero tambi¨¦n mi madre es un personaje, es una bi¨®loga natural. Siempre est¨¢ observando la naturaleza.
Vive con ustedes, en su casa de Oaxaca, y tiene 86 a?os.
Y ahora est¨¢ cuidando a mis hijos. S¨ª, se va manejando al rancho y ah¨ª observan los gusanos, los pollos y los guajolotes, porque tenemos algunos animalitos y los 16 perros que ella rescata. Es un personaje, mi madre es un personaje. Es una artista; hace objetos de barro, hace collages. Hace poco abrimos un restaurante en Oaxaca y ella decor¨® varios rincones.
Siempre me ense?¨® a observar con respeto a la mujer. Desde chiquita me dec¨ªa: ¡°Lila, me parece que las mujeres no debemos nunca hablar mal de otra mujer¡±. Y eso era revolucionario en mi ni?ez. Creo que eso contribuye mucho a que yo sea la artista que soy.
Ella fue casada a los 14 a?os, como era costumbre en las comunidades ind¨ªgenas de su generaci¨®n, pero no lo acept¨®.
A los meses se escap¨® y se fue descalza a la Ciudad de M¨¦xico, porque as¨ª era la costumbre de esa ¨¦poca. Estamos como a 14 horas de distancia en auto, as¨ª que fueron varios d¨ªas caminando hasta llegar. All¨ª trabaj¨® con una familia espa?ola, su primer trabajo. Eso influy¨® mucho en su visi¨®n y en c¨®mo me cri¨®.
Despu¨¦s se dedic¨® a cantar un poco y me contaba que lo hac¨ªa cuando se tomaba sus copas, porque no ten¨ªa el valor de hacerlo sobria. Me dec¨ªa con mucho cari?o y respeto: ¡°Te admiro porque no tienes miedo de subirte a cantar en un escenario¡±. Yo s¨ª lo ten¨ªa, pero encontr¨¦ a mi marido, mi c¨®mplice de la juventud, con quien entend¨ª la constancia de la m¨²sica y el zen. Ya lo ten¨ªa por naturaleza, pero no comprend¨ªa el concepto de hacerlo constantemente para crear y convertirme en otro ser a trav¨¦s de la m¨²sica.
?Qu¨¦ otras mujeres artistas la han marcado? Creo que figuras como Lucha Reyes, Lola Beltr¨¢n y Flor Silvestre, que aqu¨ª en Espa?a no son tan conocidas, fueron determinantes en la construcci¨®n de Lila Downs.
En efecto. La Lucha Reyes, no tanto en su manera de cantar, pero s¨ª como personaje, porque era una mujer que empez¨® a cantar en una ¨¦poca en la que predominaban los hombres. Adem¨¢s, empez¨® a cantar m¨²sica brav¨ªa y fue operista, algo que yo tambi¨¦n hice: estudi¨¦ ¨®pera y luego me convert¨ª en cantante popular.
Ella gir¨® por Europa como operista, pero despu¨¦s se volvi¨® un personaje m¨ªtico, portando el traje de China mexicana y siempre con el rebozo. Ella era de Jalisco, un estado muy fuerte en identidad. Eso me marc¨® para siempre. Adem¨¢s, me gustaba verla en cortos de sus pel¨ªculas donde se pon¨ªa al mismo nivel que los hombres. Yo dec¨ªa, eso me encanta. As¨ª que influy¨® mucho en m¨ª.
?Y Lola Beltr¨¢n?
A ella la admir¨¦ mucho desde la parte vocal y tambi¨¦n porque tengo un timbre grave que hered¨¦ de mi madre. Leonard Bernstein hizo toda una serie antropol¨®gica sobre c¨®mo heredamos la m¨²sica, los seres humanos y los primeros sonidos de nuestra vida. Mi madre tiene una voz grave y mi abuela tambi¨¦n hablaba con una voz grave. Es un poco inusual en M¨¦xico, ya que las mujeres suelen hablar m¨¢s agudo y con tonos m¨¢s suaves.
Las pel¨ªculas con Lola y con Flor Silvestre me encantaban. Ve¨ªa esas pel¨ªculas y dec¨ªa: ¡°Yo quiero estar en ese mundo, andar a caballo entre los magueyes y empezar una canci¨®n¡±. Era un romance con esas pel¨ªculas. Desafortunadamente, no tuve la oportunidad de conocerla. Pero luego Mercedes Sosa empez¨® a tomar un lugar muy importante en mi vida. Pude grabar con ella. Eso cambi¨® el rumbo de mi m¨²sica, porque me di cuenta de que puedes componer canciones con convicci¨®n, y eso lo cambia todo.
Se ha enfrentado a infinidad de estilos. Cumbias, rancheras, boleros, corridos. Y todo a un nivel estratosf¨¦rico. Entiendo que como antrop¨®loga este tipo de acercamientos le tienen que atraer much¨ªsimo.
Claro, porque es la variedad de nuestra expresi¨®n cultural y tambi¨¦n nuestro entorno, nuestra ni?ez, de donde venimos. Sufr¨ª mucho al dejar de escuchar cumbia cuando me fui a Estados Unidos. Extra?aba el altavoz del pueblo. En esos altavoces se pon¨ªa todo tipo de m¨²sica y anuncios.
En mi pueblo, se escuchaban las cumbias de Rigo Tovar. Mis compa?eros dec¨ªan: ¡°?Qu¨¦ horrible! Rigo Tovar, qu¨¦ verg¨¹enza¡±, porque se asociaba a las clases trabajadoras. Pero cuando estaba lejos, empec¨¦ a apreciar esa m¨²sica. En mi casa tambi¨¦n se escuchaba y mis t¨ªas y familiares que ven¨ªan a quedarse tambi¨¦n la pon¨ªan. As¨ª comenc¨¦ a componer y a respetar la cumbia. Me cost¨®, porque los m¨²sicos con los que trabajaba dec¨ªan: ¡°?Cumbia? ?C¨®mo vas a cantar una cumbia? Nosotros hemos estudiado en el conservatorio para volver a la cumbia¡±. Fue un proceso dif¨ªcil, pero ha sido un camino hermoso.
Y ahora, ?qu¨¦ tal lleva y recibe a artistas como Peso Pluma, que son de generaciones j¨®venes, pero que tambi¨¦n toman la tradici¨®n, la reelaboran y se la apropian? De alguna manera Lila Downs es pionera en todo esto.
Me encanta que estos j¨®venes del norte est¨¦n retomando el corrido. Es algo que m¨²sicos como yo, que estamos siempre en busca de la tradici¨®n, hemos tratado de trabajar, especialmente las armon¨ªas y r¨ªtmicas del corrido y la ranchera. Son muy dif¨ªciles de trabajar, as¨ª que mezclarlo con hip hop y armon¨ªas bluseras es una maravilla. Me encanta el sonido, me apasiona. Me gustan tambi¨¦n las historias de la ilegalidad, que son caracter¨ªsticas del corrido. Lo que no me gusta es la misoginia. Eso ya est¨¢ terrible y hay que seguir diciendo que no se vale.
Ha vivido en Estados Unidos y M¨¦xico, sac¨® su carrera de Antropolog¨ªa en Minnesota a mediados de los noventa. ?C¨®mo ve la situaci¨®n de los dos pa¨ªses ahora que vive en M¨¦xico tambi¨¦n? ?Ha cambiado algo en relaci¨®n con la mujer?
He visto muchas vueltas de m¨²sicos, personas y mujeres, desde un momento en el que como artista no se pod¨ªa hablar de ciertos temas. Ahora ya podemos hablarlos desenfrenadamente. Pero tambi¨¦n he visto que siguen existiendo situaciones dif¨ªciles para las mujeres, especialmente en contextos rurales. Por eso sigo luchando y hago conciertos en pro de las mujeres ind¨ªgenas y mestizas. Colabor¨® en una beca donde ayudo a estas j¨®venes.
Ha sido mi aportaci¨®n a un proyecto muy interesante en el que las tutor¨ªas son la parte m¨¢s importante. Si te pones a pensar, los mundos son tan diferentes entre el mundo ind¨ªgena, con su concepci¨®n de la vida, y el mundo de las ciudades, donde est¨¢n las universidades. Estas j¨®venes quieren entrar al mundo acad¨¦mico, pero si no tienen a alguien que les pueda traducir esas diferencias sociales y culturales, no va a funcionar. Este proyecto hace eso de manera voluntaria, y me encanta participar en proyectos voluntarios. Creo que as¨ª es como podemos cambiar el mundo.
En este 2024 se cumplen 30 a?os de su primer disco, Ofrenda. Tambi¨¦n hay otro aniversario de referencia, hace una d¨¦cada de Ra¨ªz, junto a Ni?a Pastori y Soledad Pastorutti, una obra importante dentro de su dilatada carrera. ?C¨®mo recuerda a aquella Lila Downs?
Estoy muy feliz porque me he vuelto a reencontrar con esa Lila de antes. Creo que el tiempo es el regalo que nos da el tiempo, mirar hacia atr¨¢s si tienes el tiempo de hacerlo. Tiene uno que pelear por su tiempo y decidir sobre eso, y creo que nos hace bien a todos, a la madre tierra tambi¨¦n, tomarnos el tiempo.
Era como en la antig¨¹edad, en las ¨¦pocas de las abuelas. Hay algo muy hermoso en c¨®mo nos platican que eran las cosas. Eran tan naturales, no pele¨¢bamos con la naturaleza. Aunque te dir¨¦ que mi abuela era muy feliz con sus bolsas y sus cubetas de pl¨¢stico, dec¨ªa: ¡°Este es el bueno, hija, porque as¨ª se puede guardar el ma¨ªz, el frijol, todas las cosas que uno necesita guardar por si viene la revoluci¨®n¡±. Siempre lo dec¨ªa. Pero bueno, es un balance. El secreto de la vida.
Sorprende que con lo preparada que est¨¢ absolutamente para todo, no estuviera dentro de la producci¨®n de sus discos tan involucrada hasta este ¨²ltimo, La S¨¢nchez. ?C¨®mo ha sido ese apropiarse de lo que en principio es suyo? ?C¨®mo ha sido ese proceso de conocer, experimentar y trabajar alrededor de la producci¨®n?
Ha sido un proceso de aprendizaje con mi marido, pero tambi¨¦n de distanciamiento, de darme cuenta de mi independencia y de mi enojo con la sociedad y con ¨¦l. En una pareja, a veces hay dos alfas, y eso se vuelve complicado. Son lecciones de vida que te hacen darte cuenta de que en realidad quieres hacer las cosas t¨² misma.
Curiosamente, perd¨ª a mi marido y coincide con que este disco es el m¨¢s independiente. Antes de morir, decidi¨® que el jazz era lo suyo, y por eso abrimos este restaurante que tiene un foro arriba, donde se presentaba con su grupo de jazz. Fue lindo porque nos independizamos como seres humanos, cada quien en su camino art¨ªstico.
Y, por ¨²ltimo, observo que cuida mucho los detalles del vestir. Las prendas que lleva entiendo que remiten a una fuerte tradici¨®n textil en M¨¦xico. ?C¨®mo establece v¨ªnculos con estas artesan¨ªas?
Es que mi ni?ez est¨¢ llena de recuerdos de este rebozo en el que me carg¨® mi abuela. Es un rebozo de bolita, muy especial por su punta y su tejido. Est¨¢ te?ido y utiliza la t¨¦cnica del licat o tie-dye, donde se amarra y luego se afloja para crear estos dibujos. El huipil que llevo est¨¢ tambi¨¦n te?ido, con a?il de la Sierra Ju¨¢rez y proviene de una hermosa tradici¨®n.
Me encanta porque es muy sobrio, a diferencia de otras indumentarias coloridas. Es elegante, fino y precioso, hecho de algod¨®n tejido en telar de pedales. Y lo que llevo en mis brazos es un trabajo del maestro Toledo, quien dej¨® su legado en el IAGO, el Instituto de Artes Gr¨¢ficas de Oaxaca. En la ciudad de Oaxaca, hay maravillosos libros de arte accesibles para cualquier estudiante. Adem¨¢s, el edificio es hermos¨ªsimo y se encuentra en el andador tur¨ªstico de mi tierra. Ah¨ª tienen piezas que ¨¦l dise?¨®, cubiertas por hoja de oro pero hechas de cuero.
He visto que tiene un tatuaje en el antebrazo que pone ¡°respeto¡±. ?Tiene alguno m¨¢s?
Tengo uno m¨¢s que me hice cuando fui con los maor¨ªes a Nueva Zelanda, como recuerdo del original. Seg¨²n los antrop¨®logos, ellos fueron los primeros en tener tatuajes permanentes. As¨ª que aqu¨ª est¨¢ el recuerdito.
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