Frida Escobedo: ¡°De lo m¨¢s bonito de la arquitectura es que siempre est¨¢s haciendo cosas por primera vez en tu vida¡±
La arquitecta mexicana Frida Escobedo construir¨¢ la nueva ala del Museo Metropolitano de Nueva York y renovar¨¢ el Centro Pompidou de Par¨ªs. La embajadora de Cartier nos recibe en su estudio de Ciudad de M¨¦xico
A la arquitecta mexicana Frida Escobedo le gustan las cosas que se ven como lo que son. Le gustan las cer¨¢micas que se ven como cer¨¢micas, no entiende, por el contrario, en un mundo tan concentrado en los artilugios del parecer, los materiales que pretenden verse como otra cosa, los que quieren alardear de ser maderas sin serlo, por ejemplo. Hay en ella, en su trabajo, pero tambi¨¦n en su presencia, un clamor de autenticidad, una transparencia innegable entre lo que se es y lo que se muestra.
Frida Escobedo prefiere la simpleza, lo honesto, los materiales propios del territorio en donde trabaja, los que son naturales a los paisajes en donde construye. ¡°Partir de lo que ves, escuchar lo que te dice el lugar, es la forma m¨¢s f¨¢cil de tener respuestas¡±, asegura la arquitecta desde su estudio, di¨¢fano y luminoso, ubicado en la Colonia Ju¨¢rez, en el centro de la Ciudad de M¨¦xico. Un lugar en donde pasa la mitad del tiempo cuando no est¨¢ viajando o encargada de los proyectos de su otro estudio en Nueva York. ¡°Si ignoras todo lo que est¨¢ sucediendo en ese espacio en donde vas a construir, te est¨¢s perdiendo muchas oportunidades de anclar tus ideas, de hacer que ganen peso, de que envejezcan de la mejor manera y de que se asimilen de una forma m¨¢s f¨¢cil por quienes van a transitarlas. Ese contexto es tu primer material y te acercas a ¨¦l dependiendo del proyecto: la geograf¨ªa, la interacci¨®n social, el caos, el orden, ?no hay una f¨®rmula! Cuando tienes una f¨®rmula te empiezas a especializar y dejas de tener los ojos abiertos. Ya no es curiosidad, es metodolog¨ªa. Parte de lo m¨¢s bonito de la arquitectura es que siempre est¨¢s haciendo cosas por primera vez en tu vida¡±.
Adem¨¢s de la simpleza de los materiales, en la obra de la arquitecta tambi¨¦n hay una cierta devoci¨®n por la modularidad. Usa peque?as variaciones para componer materiales sencillos que, al repetirse, crean espacios inquietantes, que manifiestan a su vez ese rigor r¨ªtmico que se asoma inconfundible en sus construcciones. Esta apuesta fue muy evidente en la enorme celos¨ªa, una referencia t¨ªpicamente mexicana, hecha de tejas de hormig¨®n que cre¨® para los jardines de Kensington, cuando se le comision¨® en 2018, el Pabell¨®n Anual Serpentine, en Londres. Un proyecto que permiti¨® que su trabajo fuera reconocido en todo el mundo. ¡°Un fot¨®grafo me pregunt¨® cu¨¢l era el money shot del proyecto, la fotograf¨ªa perfecta que englobaba todo el concepto. Le dije que no hab¨ªa una, porque era en el movimiento de ese espacio en donde estaba la belleza. Para m¨ª eso era muy bueno. No hab¨ªa una imagen protag¨®nica y otras secundarias, al contrario cada instancia del pabell¨®n era igual de relevante¡±, recuerda la arquitecta, que se?ala como una de las cosas m¨¢s bellas de ese proyecto las diversas formas en las que reson¨® con quienes lo visitaron. ¡°Ve¨ªa a los ni?os jugando, a una pareja por ah¨ª disfrutando del sol y tambi¨¦n escuchaba a la gente que estaba m¨¢s tiempo en el pabell¨®n, los que lo cuidaban, entregar su propia interpretaci¨®n. Hab¨ªa cosas que se parec¨ªan y otras que no, pero pod¨ªa entender ese resonar del espacio con alguien. Ese entrar en sinton¨ªa con alguien desconocido es magia pura¡±.
Es justamente esta concepci¨®n de una arquitectura viva que como un lenguaje suma y se transforma con quienes la transitan, que se juega en los ritmos, en los movimientos, en las pausas, en los devenires, que acumula, como estalactitas, capas inesperadas e imposibles de planear por la mente del arquitecto que la dise?a, la que la convirti¨® en la elegida para construir la nueva ala del Museo Metropolitano de Nueva York, en donde habitar¨¢n las colecciones de arte moderno y arte contempor¨¢neo. ¡°Este fue un proceso muy interesante¡±, explica, ¡°porque se trat¨® de una convocatoria que se hizo a trav¨¦s de talleres que te daban la posibilidad de conocer a los del museo y que ellos te conocieran de cerca. Uno de los aportes clave, seg¨²n nos cuentan los que tomaron la decisi¨®n, fue que ten¨ªamos esta capacidad de escucharlos y estar abiertos. Era la primera vez que iban a hacer un museo de esa escala, as¨ª que hab¨ªa mucho inter¨¦s de nuestra parte por escucharlos y estar muy receptivos¡±.
Los del Metropolitano, por su parte, seg¨²n manifestaron al presentarla, vieron en ella y en la propuesta de su estudio una interpretaci¨®n del arte ¡°verdaderamente transhist¨®rica y transcultural¡±, dos conceptos que parecen englobar la idea que tiene ella sobre el rol social que juega un espacio cultural de esa envergadura. ¡°El dise?o del ala del Metropolitano implica ver la historia de la cultura humana y entender en d¨®nde estamos ahora y por qu¨¦ est¨¢n sucediendo ciertas cosas en el arte a trav¨¦s de muchos frentes. Entender que no hay una visi¨®n ¨²nica. Lo puedes ver desde la perspectiva hist¨®rica, pero tambi¨¦n geogr¨¢fica, ideol¨®gica o todas las anteriores combinadas, o a la luz de la historia de la ciudad en donde est¨¢ esa colecci¨®n: en una ciudad de migrantes, con muchas capas de historia diversa, que solo puede suceder en ese museo, en esa esquina del mundo¡±, asegura la arquitecta de 45 a?os, que ha pasado a la historia como la m¨¢s joven en recibir una comisi¨®n de esta trascendencia. El jurado tambi¨¦n apreci¨® que su trabajo tomara elementos de m¨²ltiples narrativas culturales: ¡°Valora los recursos locales y aborda las desigualdades socioecon¨®micas y las crisis ambientales que definen nuestra ¨¦poca¡±. Siendo mexicana, habiendo trabajado con otros arquitectos para crear proyectos de viviendas subsidiadas en su pa¨ªs, y teniendo un amplio trabajo como investigadora en donde revela c¨®mo los espacios visibilizan, oprimen o esconden a ciertos habitantes de la casa, como el servicio dom¨¦stico, pod¨ªa traer otras perspectivas a la concepci¨®n de un museo que para ella es ¡°esencial para el desarrollo humano¡±.
La visi¨®n de Escobedo sobre la arquitectura y su apuesta por concebir desde m¨²ltiples perspectivas los espacios p¨²blicos culturales no solo se materializa en Nueva York. En marzo de 2023 fue la encargada de crear la museograf¨ªa de la exposici¨®n El dise?o de Cartier: Un legado vivo, en el Museo Jumex de la Ciudad de M¨¦xico, en donde convirti¨® las entra?as del recinto en una especie de mina, en la que se ve¨ªan cortes geol¨®gicos, mesetas y taludes para que, geolog¨ªa y arquitectura combinadas, fueran evidencia del origen de piezas como el collar Serpiente y los brazaletes de pantera de Mar¨ªa F¨¦lix, piezas hist¨®ricas de la firma francesa, de la que Escobedo es embajadora. M¨¢s recientemente, su visi¨®n y la de su estudio han encontrado eco en otro lugar emblem¨¢tico de la cultura universal: le ha sido comisionada la renovaci¨®n del Centro Pompidou de Par¨ªs, junto al estudio Moreau Kusunoki Architectes, para renovar el m¨ªtico museo creado en los setenta por Richard Rogers y Renzo Piano.
Mientras asume proyectos de semejante escala y responsabilidad, ella, en su estudio en M¨¦xico, parece aplicarse a s¨ª misma eso que profesa para los espacios que planea: una simpleza, una transparencia de su ser casi pasmosa. Sin maquillaje alguno y con piezas de vestir que parecen arquitectura port¨¢til confiesa con una ilusi¨®n inocente que a¨²n se debe a s¨ª misma un proyecto importante por asumir: la creaci¨®n de un bello jard¨ªn.
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