Hamburguesa sin carne y vino sin uvas: as¨ª ser¨¢ la comida del futuro
Silicon Valley se ha propuesto revolucionar la industria alimentaria. Aunque el futuro que plantean estas ¡®startups¡¯ no abra el apetito, s¨®lo en 2016 se invirtieron m¨¢s de mil millones de d¨®lares en nuevos proyectos.
Para Robert Rhinehart, fundador de Soylent, ¡°las cocinas son caras y sucias¡± y la comida, ¡°una enorme carga¡±. Propone sustituirla por su creaci¨®n, un batido de color beis, textura arenosa y sabor neutro que toma su nombre de la pel¨ªcula Soylent Green (1973). Esta distop¨ªa, con Charlton Helston de protagonista, presenta una Nueva York superpoblada en el a?o 2022, donde s¨®lo una ¨¦lite tiene acceso a los alimentos naturales como las verduras y la carne, mientras que la plebe sobrevive a base de los concentrados de la f¨¢brica Soylent. De ah¨ª la inspiraci¨®n para bautizar al batido en polvo que Rhinehart, un ingeniero inform¨¢tico de 25 a?os, alumbr¨® mientras trabajaba en una empresa tecnol¨®gica de San Francisco sin tiempo para alimentarse de otra cosa que no fuera comida basura. Seg¨²n defiende, Soylent es m¨¢s saludable y posee ¡°todo lo que necesitas para sobrevivir¡±: de prote¨ªnas de soja, a aceites de algas que aportan energ¨ªa, vitaminas y minerales.
Soylent, con una financiaci¨®n de 21,5 millones de d¨®lares, vivi¨® el pasado verano su peor bache desde que apareciese en 2013. Algunos de sus consumidores sufrieron diarreas y v¨®mitos, lo que llev¨® a retirar del mercado tanto el batido en polvo como las barritas de snack que comercializaba. La empresa relacion¨® el episodio con uno de los ingredientes, la harina de algas, y se apresur¨® a anunciar que estudiar¨ªa nuevas f¨®rmulas que no la incluyesen. Pero el mal ya estaba hecho: las acciones se resintieron durante el episodio y crecieron las voces cr¨ªticas contra el cariz que estaba tomando la industria alimentaria desarrollada por Silicon Valley. ¡°El mundo tecnol¨®gico se aproxima a la comida desde la perspectiva de la ingenier¨ªa: un problema definido a solucionar, con las ecuaciones adecuadas, f¨®rmulas, componentes y cerebro¡±, criticaba por ejemplo el New Yorker: ¡°En esencia, lo opuesto a la manera en que cada vez m¨¢s queremos comer en Am¨¦rica y en la mayor parte del mundo desarrollado¡±.
Vino sin uva como el de Ava Winery, que lo ha logrado combinando compuestos arom¨¢ticos y etanol. Leche tambi¨¦n sint¨¦tica, en cuya producci¨®n no media vaca alguna, como la que fabrica Muufri. Chutes de cafe¨ªna en forma de gominola masticable como el que oferta Go Cubes, para aquellos apresurados que no tengan tiempo ni de disfrutar de una taza de caf¨¦. Mientras que los programas de cocina ganan adeptos, Instagram bulle de fotograf¨ªas gastron¨®micas y movimientos como el slow food o la comida de kil¨®metro cero se reivindican, Silicon Valley se aplica a desarrollar productos con una l¨®gica m¨¢s acorde al boom de la comida procesada tras la Segunda Guerra Mundial. Comer como un puro tr¨¢mite, algo a realizar de la forma m¨¢s r¨¢pida y as¨¦ptica posible.
Sin embargo, se trata industria en plena efervescencia. S¨®lo en 2016 se invirtieron m¨¢s de mil millones de d¨®lares en nuevos proyectos, seg¨²n la consultora CB Insights, que ha elaborado una tabla peri¨®dica con las principales empresas de la tecnolog¨ªa alimentaria. Dentro de la innovaci¨®n en el sector, destacan las startups que crean productos ricos en prote¨ªnas partiendo de plantas. Una de las m¨¢s llamativas es Beyond Meat, con 40,5 millones de capital y Bill Gates entre sus accionistas. La compa?¨ªa patent¨® el pasado a?o la hamburguesa vegetariana que no s¨®lo sabe a carne, sino que por aspecto y textura es indistinguible de la hamburguesa al uso. En su web, presume de ¡°mejorar la salud humana, impactar de forma positiva en el cambio clim¨¢tico, conservar recursos naturales y respetar el bienestar animal¡±.
En estos par¨¢metros se mueve tambi¨¦n otra de las empresas m¨¢s conocidas del sector, Hampton Creek, que produce la mayonesa sin huevo Just Mayo. Otras compa?¨ªas, m¨¢s experimentales, tratan de obtener prote¨ªna partiendo de insectos. Es el caso de Chapul y Exo, que fabrican barritas con harina de grillos como materia prima.
¡°Yo creo que la comida ahora mismo es como 1995 en los d¨ªas de Internet. La cantidad de innovaci¨®n, excitaci¨®n y entusiasmo est¨¢n desenfrenados¡±, defendi¨® el emprendedor Kimbal Musk en una entrevista en CNNMoney. Tras amasar una fortuna junto a su hermano en el sector tecnol¨®gico en esa ¨¦poca ¨Cvendi¨® una de sus empresas por 300 millones de d¨®lares con s¨®lo 25 a?os¨C, predic¨® con el ejemplo y se pas¨® a la alimentaci¨®n. Combina su cadena de restaurantes The Kitchen con The Kitchen Community, una ONG que promueve mejores h¨¢bitos alimentarios en barrios desfavorecidos. Otros, como el cr¨ªtico gastron¨®mico Michael Pollan ¨Cautor del aclamado documental de Netflix Cooked¨C opinan en cambio que ¡°todo se reduce a una efervescencia en los medios¡± y que los inventos futuristas de Silicon Valley ni provocar¨¢n un cambio profundo en la historia de la comida ni alterar¨¢n el d¨ªa a d¨ªa de los ciudadanos de a pie. S¨®lo el tiempo dir¨¢ si estos emprendedores ten¨ªan raz¨®n o nos encontramos ante una nueva burbuja.
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