C¨®mo fracasar mejor con Gloria Steinem
Elizabeth Day entrevista al icono feminista en este episodio especial de su podcast How To Fail, donde la anfitriona y sus invitadas celebran desde hace ocho temporadas todo aquello que no sali¨® bien en sus vidas.
En 1961?Gloria Steinem ten¨ªa veintisiete a?os y un peque?o apartamento en Nueva York que pisaba poco. Trabajaba como colaboradora en el semanario sat¨ªrico The Help! y estaba a punto de empezar a dinamitar las secciones ¡®femeninas¡¯ del The New York Sunday Times y otras cabeceras. So?aba con conocer su propio pa¨ªs como hab¨ªa hecho con la India en su estancia de dos a?os despu¨¦s de licenciarse, y para ello estaba dispuesta a renunciar a cualquier tipo de compromiso. Su padre viv¨ªa en California desde hac¨ªa unos a?os y no andaba muy bien de salud. El ¨¢ngel de los cuidados sobrevol¨® entonces con sus deberes para ensombrecer los planes de Gloria. Decidi¨® que las visitas a su padre pod¨ªan esperar, ten¨ªa p¨¢nico a mudarse de costa a costa para convertirse en cuidadora en exclusiva. Probablemente hizo alg¨²n viaje m¨¢s y se comprometi¨® para entregar un par de art¨ªculos. Cuando volvi¨® a pasar por su apartamento, una llamada de su hermana le avis¨® de que su padre hab¨ªa sufrido una embolia. Ahora s¨ª, la decisi¨®n de correr a su lado urg¨ªa de verdad. En la escala que hizo en Chicago para coger el vuelo definitivo a Los ?ngeles, en una nueva conversaci¨®n con su hermana, supo que su padre hab¨ªa muerto. Su padre, que hab¨ªa vagabundeando toda su vida, de quien probablemente Gloria hab¨ªa heredado su pulsi¨®n n¨®mada, el palo de su astilla, se hab¨ªa ido para siempre y ella no hab¨ªa podido estar presente. Hoy, con ochenta y seis a?os, esta ausencia encabeza el listado de fracasos que comparte en este episodio con la periodista brit¨¢nica Elizabeth Day, creadora del podcast How To Fail (C¨®mo fracasar).
?Cu¨¢ntas veces hemos le¨ªdo o escuchado recapitular todos los logros que la periodista y activista feminista Gloria Steinem ha conseguido en su longeva existencia? Siempre da la sensaci¨®n de que hubiera vivido varias de nuestras humildes vidas. Pero, ?y sus fracasos? El precio de ser feminista y romper con los mandatos de g¨¦nero, la culpa por no atender a los roles tradicionales como mujeres cala hasta los huesos de las m¨¢s ic¨®nicas, tal vez mostr¨¢ndonos, en su caso, los fracasos necesarios que el feminismo de la Segunda Ola atraves¨® irremediablemente para liberarnos a todas. Dejar de ser esposa y ¨¢ngel del hogar para ser independientes a toda costa, renunciar a la maternidad de un modo pol¨ªtico. ¡°?Se arrepiente de esto tambi¨¦n Steinem?¡±, pregunta Day entrando en aguas (a¨²n m¨¢s) pantanosas. ¡°Ni una mil¨¦sima de segundo¡±, contesta Gloria, cristalina, provocando la risa de su entrevistadora. Elizabeth Day tambi¨¦n renunci¨® a la maternidad. Pero no por su propio deseo o como apuesta pol¨ªtica. Tuvo tres embarazos y ninguno de los tres prosper¨®. Sometida a los tratamientos de la industria reproductiva, cuya mirada masculina la catalog¨® durante a?os como mujer defectuosa o ¡®fracaso¡¯, y tras un doloroso proceso de aceptaci¨®n, lo dej¨® estar. En esta intimidad que se va generando poco a poco en el podcast, Gloria reconoce que se ha sentido juzgada por no haber sido madre biol¨®gica (recordemos que es o fue, su marido muri¨® en 2003, la madrastra de Christian Bale, a quien cuenta el salseo internetero que favoreci¨® para conseguir su papel en American Psycho). La gente sigue dando por hecho que no ha sido completamente feliz sin ser madre, que no puede estar ¡®completa¡¯. ¡°Lo que con toda seguridad¡±, afirma, ¡°nunca se piensa de un hombre¡±. De nuevo precios y juicios que pagamos en el camino.
Todo esto pasa en el episodio de este podcast. Ah¨ª est¨¢n, dos mujeres de 86 y 41 a?os respectivamente, de generaciones tan distintas, con deseos y opciones tan diferentes hacia la reproducci¨®n, encontr¨¢ndose en su diferencia, respet¨¢ndose y escuch¨¢ndose mutuamente. Gloria quiere saber, por ejemplo, si alguien le pregunt¨® a Elizabeth, durante sus procesos de fertilidad, si el esperma implicado era incompetente. De nuevo vuelven a re¨ªr mientras desgranan otras cuestiones como el paso del tiempo sobre los cuerpos, la existencia de la edad ps¨ªquica (Gloria siente que la suya son los cuarenta y pocos, ¡°la edad en que empec¨¦ a vivir mi verdadera vida¡±), lo mucho que Steinem tard¨® en comprender el sabio legado su madre, el lastre de la misoginia laboral en el periodismo, as¨ª como de los sesgos de raza y clase, la amistad, o la cooperaci¨®n y la sororidad como poderosos ant¨ªdotos. Si, como dice Steinem, las mujeres nos volvemos m¨¢s radicales con la edad, ?cu¨¢n radical es Gloria hoy a los 86? Escuchadla. A veces solo necesitamos una voz sabia, grave y divertida hablando desde la vulnerabilidad para volver a confiar.
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