Cuando el sexo dura demasiado
Una relaci¨®n sexual excesivamente larga es como un v¨ªdeo porno malo, se convierte en algo mec¨¢nico, en una sesi¨®n de ejercicio f¨ªsico en un gimnasio barato de barrio.
Uno de los aspectos relativos al sexo que, generalmente, m¨¢s se tarda en descubrir es el de la duraci¨®n, porque ya sabemos que el cine y los v¨ªdeos ¨C¨²nicos canales de informaci¨®n disponibles para muchos¨C alargan y reducen la vida real a su antojo. Las breves y espor¨¢dicas clases de educaci¨®n sexual que mi generaci¨®n tuvo y que consist¨ªan en la proyecci¨®n de diapositivas aleg¨®ricas ¨Cuna espiga mecida por el viento que desprend¨ªa su semilla, o una pareja que caminaba de la mano hacia el ocaso¨C, no hac¨ªan nunca referencia al tiempo que duraba el asunto y, si alg¨²n compa?ero, en un arrebato de valent¨ªa, se atrev¨ªa a preguntarle al profesor al respecto, ¨¦ste siempre contestaba con un vago: ¡°depende de muchos factores. Ya hablaremos de ello m¨¢s adelante¡±. As¨ª que uno segu¨ªa con la duda, ?ser¨ªa cosa de horas, minutos, la noche entera? Lo que siempre intu¨ªamos era que si la cosa pintaba tan bien, cuanto m¨¢s durase mejor. Pasada ya la preadolescencia, incluso en la edad madura, muchos siguen pensando a¨²n que el sexo escapa a esa regla universal que sentencia que la calidad y la cantidad nunca pueden ir unidas. Todav¨ªa hay tipos que, sin necesidad de estar frente a la barra de un bar, ni tomarse un sol y sombra, presumen de ser muy duraderos; aunque no faltan los que justifican una velocidad similar a la de la luz en base a lo excitados que estaban. Lo cual tambi¨¦n parece ser motivo de orgullo. El ego masculino, que al contrario que el femenino, ha sido fabricado a prueba de bomba y sin obsolescencia programada.
Para acabar con el dilema de los tiempos del sexo, el a?o pasado un estudio sent¨® las bases cient¨ªficas de lo que deb¨ªa durar un buen revolc¨®n. Los investigadores Eric Corty y Jenay Guardiani, de la Universidad Estatal de Pensilvania o Penn State, efectuaron una encuesta a 50 miembros de la Sociedad para la Terapia y la Investigaci¨®n Sexual (SSTAR, seg¨²n sus siglas en ingl¨¦s), que inclu¨ªa a psic¨®logos, m¨¦dicos, trabajadores sociales, terapeutas matrimoniales y de familia y enfermeras que hab¨ªan tratado a miles de pacientes durante varias d¨¦cadas. El objetivo del estudio era clasificar el tiempo empleado por las parejas para sus relaciones sexuales, contando desde el momento de la penetraci¨®n hasta la eyaculaci¨®n, para as¨ª determinar la media de un coito y establecer diversas categor¨ªas. Los resultados sorprendieron a muchos porque llegaban a la conclusi¨®n de que el buen sexo debe durar entre 7 y 13 minutos ¨Clo que la gran mayor¨ªa consideraba muy breve¨C. Un coito demasiado corto era el que cronometraba de 1 a 2 minutos; uno adecuado, entre 3 y 7, y uno demasiado largo tardaba entre 10 y 30 minutos.
A primera vista parece que la investigaci¨®n estuviera hecha para consolar a los eyaculadores precoces, pero hay que tener en cuenta que contabilizaba solo el tiempo de la penetraci¨®n, siempre que ¨¦sta sea continuada y constante, y que la sensaci¨®n de lo que tardamos en la cama es siempre muy difusa y subjetiva. Esto se debe a la excitaci¨®n y al hecho de que por relaci¨®n sexual, generalmente entendemos algo m¨¢s extenso que el coito y que abarca tambi¨¦n los preliminares y juegos er¨®ticos. Los propios autores del estudio se justificaban con declaraciones, que recog¨ªa EFE, de esta manera: ¡°Con este estudio esperamos disipar dichas fantas¨ªas y alentar a hombres y mujeres con datos realistas sobre lo que es un acto sexual aceptable, evitando as¨ª que experimenten decepciones y disfunciones sexuales¡±, se?alaba el autor principal, Eric Corty, profesor asociado de Psicolog¨ªa.
Una relaci¨®n sexual excesivamente larga es como un v¨ªdeo porno malo, se convierte en algo mec¨¢nico, en una sesi¨®n de ejercicio f¨ªsico en un gimnasio barato de barrio. Nadie puede mantener el nivel de excitaci¨®n ¨®ptimo durante tanto tiempo, y es muy probable que alg¨²n miembro de la pareja, sino los dos, se empiecen a aburrir. Adem¨¢s, afecta tambi¨¦n al grado de lubricaci¨®n de la mujer, que empieza a ser incapaz de generar la humedad necesaria para un sexo placentero.
Uno de los causantes de que la cosa se prolongue m¨¢s de lo deseado es la eyaculaci¨®n retardada, un trastorno que crece m¨¢s cada d¨ªa, en palabras de Francisca Molero, sex¨®loga, ginec¨®loga, directora del Institut Clinic de Sexolog¨ªa de Barcelona y directora del Instituto Iberoamericano de Sexolog¨ªa. ¡°Generalmente, las mujeres necesitan m¨¢s tiempo para llegar al orgasmo que los hombres¡±, comenta esta experta, ¡°pero ¨²ltimamente empezamos a ver cada vez m¨¢s casos en los que ellos tardan mucho en eyacular o no lo hacen. Aunque tambi¨¦n puede ocurrir lo que se conoce como eyaculaci¨®n retr¨®grada, cuando no sale fuera sino que se va a la vejiga, pero esto ocurre en personas operadas de c¨¢ncer de pr¨®stata. Claro que en este caso, el hombre y su pareja lo saben y lo viven con normalidad¡±.
Las causas de no poder acabar o emplear demasiado tiempo en hacerlo, pueden deberse a factores f¨ªsicos, las m¨¢s comunes, como apunta Molero, ¡°son consecuencia de la toma de determinados antidepresivos, especialmente los inhibidores de la recaptaci¨®n de serotonina; el consumo de alcohol o drogas; aunque tambi¨¦n pueden haber detr¨¢s problemas de pr¨®stata, diabetes o infecciones urinarias. Cuando no hay ninguna de estas patolog¨ªas, uno de los motivos m¨¢s comunes es una determinada practica masturbatoria. Cuando estos casos empezaron a llegar a las consultas de sexolog¨ªa, hace unos a?os, los profesionales empezamos a observar que hab¨ªa un perfil muy claro en este tipo de paciente con eyaculaci¨®n retardada: ten¨ªan cierta edad, no viv¨ªan en pareja ¨Cmuchos se hab¨ªan divorciado¨C pero ten¨ªan una relaci¨®n, aunque no compart¨ªan casa con su actual pareja. Entraban dentro de la clasificaci¨®n de personas con miedo al compromiso, pero luego se empez¨® a ver que este tipo de pacientes sol¨ªan masturbarse en casa viendo v¨ªdeos porno. Es decir, empleaban siempre la misma estrategia a la hora de proporcionarse placer: unos est¨ªmulos muy fuertes, como son las im¨¢genes pornogr¨¢ficas, y un ritmo m¨¢s acelerado que el que suele haber en una situaci¨®n de sexo compartido, por lo que a la hora de mantener relaciones con alguien tardaban m¨¢s tiempo que en solitario¡±.
La idea equivocada de que los mejores en la cama son los que m¨¢s duran entronca con otra fantas¨ªa, muy extendida, de que hay llegar al cl¨ªmax a la vez. Lo que hace que muchos hombres retarden intencionadamente sus orgasmos para coincidir en el tiempo con los de su pareja. Un altruismo excesivo, que puede tener resultados no siempre deseados. ¡°Estar excesivamente pendiente del otro durante una relaci¨®n sexual, no es aconsejable¡±, comenta Molero, ¡°un cierto ego¨ªsmo, entendiendo el t¨¦rmino entre comillas, es sano porque adem¨¢s, controlar o estar pendiente del otro, en exceso, es contrario a la mec¨¢nica del orgasmo, que exige un dejarse llevar, una desconexi¨®n, un no control¡±.
Cuando el motivo de la eyaculaci¨®n retardada no obedece a ninguna causa fisiol¨®gica, la ¨²nica manera de volver a la normalidad es, seg¨²n Francisca Molero, a base de ¡°un proceso de desensibilizaci¨®n y descondicionamiento, que pasa por buscar nuevos est¨ªmulos y estrategias para la actividad sexual, para no repetir y crear una pauta ¨²nica que limite las v¨ªas para llegar a la excitaci¨®n¡±.
La pornograf¨ªa tiene m¨²ltiples beneficios, pero como ocurre con el cine, deber¨ªa ser m¨¢s una forma de inspiraci¨®n que un modelo a imitar fielmente; y las largas secuencias coitales no tendr¨ªan que hacernos pensar en t¨¦rminos de tiempo. ¡°Muchos pacientes llegan a la consulta quej¨¢ndose de eyaculaci¨®n precoz, cuando en realidad su duraci¨®n entra dentro de la media normal¡±, cuenta Molero. Como en cualquier ejercicio f¨ªsico, cuanto m¨¢s se entrena y m¨¢s calentamiento se hace, antes de cada sesi¨®n, mejor resultados se obtienen. Algunos/a logran escapar a la formula de ¡°lo bueno y breve dos veces bueno¡±, pero son pocos. Si tiene la suerte de encuentrarse con alguno de estos raros espec¨ªmenes, mi consejo es que no lo pierda de vista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.