En defensa de los churros
??Qui¨¦n asumi¨®, y en qu¨¦ momento de la historia, que hacer churros era una tarea sencilla??.
¡°?De qu¨¦ te quejas? Pero si te salen como churros¡±, me dec¨ªa mi hermana al respecto de una responsabilidad m¨ªa cuyo cumplimiento me trae de cabeza, a pesar de que mi c¨ªrculo de confianza parece opinar que me quejo de vicio, ya que seg¨²n ellos dicha labor me sale con tanta facilidad que podr¨ªa repetirla una y otra vez sin esfuerzo, tal y como ocurre con la masa infinita que asoma por el orificio de una manga pastelera para acabar convertida en un delicioso churro. El comparar la ¡ªsupuesta¡ª simplicidad con la que se ejecuta una tarea con la elaboraci¨®n de uno de los manjares por los que he sentido verdadera predilecci¨®n desde que tengo uso de raz¨®n me sigue resultando indignante, a pesar de haber escuchado la expresi¨®n una y mil veces aplicada a m¨²ltiples circunstancias.
?Qui¨¦n asumi¨®, y en qu¨¦ momento de la historia, que hacer churros era una tarea sencilla? No es que yo misma haya hecho la prueba ¡ªpor mucho que adore los churros, nunca he dado el paso de intentar elaborarlos yo misma, son demasiado baratos ah¨ª fuera y tengo perfectamente identificados los lugares a los que recurrir cuando el mono aprieta como para intentar decepcionarme a m¨ª misma haciendo el intento¡ª, pero como ¨¢vida consumidora, perm¨ªtanme apostillar que de ser tan f¨¢cil, no ser¨ªa tan extensa la lista de decepciones ¡ªque lo es, bastante m¨¢s que la de gratas sorpresas¡ª que atesoro en mi incansable intento por encontrar, all¨¢ donde voy, un local que sirva los mejores churros que mi paladar haya probado, esa perla escondida que solo compartir¨¦ ¡ªcon mucha discreci¨®n¡ª con mis personas de confianza y de ninguna manera con periodistas que quieran convertirlo en el pr¨®ximo lugar de culto. Por encima de mi cad¨¢ver allanar¨ªa yo el camino por el cual mi churrer¨ªa favorita de la ciudad (no dir¨¦ el nombre, mis labios est¨¢n sellados) pasase a ser la pr¨®xima Pasteler¨ªa Manolo, ahora Manolo Bakes, con locales por todo el pa¨ªs.
Mi abuela ama los churros tanto como yo y por eso siempre que la visito me aseguro de llevar conmigo una bolsa aceitosa, lo que sin duda me ha facilitado el ascenso al podio de nietos favoritos, adem¨¢s de haberse convertido en un importante ritual para ambas, porque nada une m¨¢s que el placer compartido de ver c¨®mo la costra de chocolate caliente que se forma en la superficie de la taza se quiebra al contacto con el primer churro untado: ese primer bocado equivale a morder el cielo. Pero claro, todo esto solo sucede cuando el churro es bueno. He probado tantos churros secos, fr¨ªos y gomosos a lo largo de mi vida que pongo mi mano en el aceite hirviendo y aseguro que hacerlos bien no debe de ser tan f¨¢cil¡ y de ah¨ª mi indignaci¨®n cuando escucho la dichosa frase.
Pero hay algo todav¨ªa peor, y es que el churro tambi¨¦n es protagonista en otro dicho popular: ¡°Salir como un churro¡±, para referirse a algo que no est¨¢ a la altura de las expectativas. Ahora s¨ª que no entiendo nada. En ingl¨¦s hay dos f¨®rmulas semejantes para referirse a algo que se hace con facilidad: ¡°As easy as pie¡± (¡°Tan f¨¢cil como un pastel¡±) o ¡°A piece of cake¡± (¡°Un trozo de tarta¡±). Insisto: si fuese tan sencillo reproducir tartas o churros con maestr¨ªa no se entronizar¨ªa de la manera en la que se hace a quienes consiguen masterizar el arte de su ejecuci¨®n y, si no, que le pregunten a C¨¦dric Grolet. Solo puedo a?adir que, a quienes sigan utilizando los churros como elemento de comparaci¨®n en una de las molestas expresiones citadas con anterioridad, les deseo que la pr¨®xima vez que se dispongan a disfrutar de este delirio azucarado les sirvan el chocolate muy caliente y quiz¨¢s as¨ª, su lengua se lo piense la pr¨®xima vez, antes de mencionar el nombre de los churros en vano.
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