Evasivos, ansiosos o seguros: as¨ª somos en funci¨®n de nuestro apego
Te contamos qu¨¦ es La Teor¨ªa del Apego, qu¨¦ efectos tiene cuando somos adultos y las recetas para lidiar con estos patrones que, en una pareja, pueden convertirse en un infierno.
A menudo, cuando lo que de forma simplificadora llamamos ¡°la forma de ser¡± de nuestra pareja nos hiere o nos ofende de tal modo que los conflictos son constantes, lo que deber¨ªa ser una relaci¨®n de apoyo mutuo, confianza y crecimiento se convierte en una lucha intermitente, en una especie de gota malaya que acaba con eso tan delicado llamado amor.
Aunque cada persona es un mundo, esa ¡°forma de ser¡± tiene m¨¢s enjundia de la que parece y patrones universales relacionados con lo que los expertos llaman ¡°estilos de apego¡± que se descubrieron tras la Segunda Guerra Mundial, se consolidaron en torno a los a?os 70 del siglo XX y todav¨ªa no han sido cuestionados.
MODELOS DE APEGO EN LOS NI?OS
Estos modelos de comportamiento tienen su origen en las investigaciones de John Bowlby y m¨¢s tarde en las de Mary Ainsworth. Ambos apuntaron que el v¨ªnculo emocional que el ni?o desarrolla con sus padres o cuidadores y le proporciona la seguridad emocional indispensable para un desarrollo adecuado de la personalidad puede verse alterado en funci¨®n de la interacci¨®n entre madre (o cuidadores) y ese beb¨¦.
El trabajo de laboratorio de Aisnworth consist¨ªa en observar los comportamientos de los ni?os en presencia de su madre, en ausencia de ¨¦sta con otra figura sustituta y la reacci¨®n de los peque?os cuando la progenitora volv¨ªa. Este experimento cl¨¢sico revel¨® que se dan tres tipos esenciales de apego: el de los ni?os seguros que en presencia de su madre se mostraban seguros y en presencia de una figura sustituta tambi¨¦n; el de los ni?os ansiosos o inseguros, que lloraban frecuentemente cuando su madre no estaba y al volver se aferraban a ella ignorando en todo momento al cuidador que la sustitu¨ªa; y el de los ni?os evasivos que parec¨ªan ignorar o no mostrar apego con madres ni tampoco con los cuidadores en una especie de ¡°castigo¡± por lo que el peque?o hab¨ªa percibido como un abandono.
A partir de aqu¨ª, distintos trabajos han determinado que estos modelos de apego tienen correlaci¨®n con c¨®mo se comportan esos ni?os de adultos. En concreto, con c¨®mo gestionan sus relaciones de pareja o amistad. Y en este punto es en el que llegan los conflictos.
MODELOS DE APEGO EN LA EDAD ADULTA
Con independencia del hecho de que existen grados y matices en estos tres patrones de apego que diferencian a las personas seguras de las evasivas y de las ansiosas, los expertos se?alan que ¡°lo que sabemos ahora es que estos modelos de apego tienen cierta predisposici¨®n gen¨¦tica y guardan una relaci¨®n muy ¨ªntima con las memorias emocionales que de peque?os tuvi¨¦ramos con el adulto de referencia aunque a medida que crecemos tambi¨¦n nos van a influir, y mucho, las experiencias vividas¡±. Lo afirma Carme Timoneda, Directora del Grupo de Investigaci¨®n para la Calidad de Vida de la Universidad de Girona y psic¨®loga especializada en neurociencia que tambi¨¦n nos da las claves para reconocer a cu¨¢l de los patrones pertenecemos.
¡°Una persona evasiva siempre se va a justificar y, aunque sufrir¨¢ si se da cuenta de que suele evitar los problemas o los temas que le resultan dolorosos o complicados, acabar¨¢ encontrando la manera de evitarlos, desviarlos y de justificar su evitaci¨®n. Por su parte, una persona ansiosa quiz¨¢ reconozca m¨¢s a menudo que lo es, pero enseguida culpar¨¢ de su angustia a la actitud de los otros y tender¨¢ a victimizarse. En ambos casos ser¨¢ muy complicado que estas personas encuentren una soluci¨®n por s¨ª mismos a un dolor emocional tan profundo, que est¨¢ tan grabado en ellos que dif¨ªcilmente podr¨¢n acabar con su malestar sin ayuda profesional¡±, opina Timoneda.
Una persona segura no requiere mucha m¨¢s descripci¨®n: se relaciona bien con los dem¨¢s, la intimidad no le asusta ni le genera miedos o inseguridades y no suele generar apegos con personas que tengan las dificultades emocionales de los evasivos o los ansiosos porque el apego surge cuando se est¨¢ seguro de que la otra persona estar¨¢ ah¨ª incondicionalmente y con los modelos anteriores esa seguridad no es posible y, por tanto, la persona segura, si de verdad lo es, no desarrollar¨¢ un apego imposible de materializar.
El problema suele aparecer cuando personas con los modelos de apego no seguros se relacionan como pareja. As¨ª, la suma de un ansioso con otro ansioso o de un ansioso con un evasivo dar¨¢ el tipo de parejas que podr¨ªamos describir como un infierno en el que ambos demandan cada vez m¨¢s y m¨¢s en el primer caso, o uno perseguir¨¢ al otro hasta el hartazgo o la extenuaci¨®n, en el segundo.
?QU? PODEMOS HACER?
Timoneda asegura que ¡°reconocer que uno tiene una dificultad es un primer paso y la pareja ayudarnos a hacernos conscientes de que estamos sufriendo demasiado o de generamos situaciones de sufrimiento y que la ansiedad o la incapacidad de no afrontar no tiene origen en lo externo sino en lo interno. Y tambi¨¦n puede animarles a que busquen ayuda profesional¡±. Pero, en esencia, la experta aconseja no criticar en exceso a esas personas y entender que ellas son las primeras que sufren porque no saben c¨®mo solucionar su problema. ¡°Tambi¨¦n es muy importante no intentar justificar sus conductas ni evitarles los sufrimientos derivados de estas o quiz¨¢ nuestra ayuda pueda resultar contraproducente¡±, indica la psic¨®loga que tambi¨¦n asegura que ¡°en realidad, aunque ansiosos y evasivos se comportan de manera diferente con la pareja, unos demandando y otros escapando, los dos estilos surgen de un patr¨®n emocional de mucha inseguridad con un origen parecido, la formaci¨®n de su estilo de apego¡±.
LA ASAMBLEA DE LA PAREJA Y NO USAR LA PALABRA "T?"
Existen distintas terapias para abordar los problemas derivados de una construcci¨®n del apego con estas dificultades y cada persona tendr¨¢ que hallar la que le ayude m¨¢s, pero con lo que Timoneda es rotunda es con la idea de no proponer soluciones farmacol¨®gicas a las personas que acudan a consulta con problemas de apego. Aunque no hay remedios m¨¢gicos, se?ala que sus pacientes han tenido muy buenos resultados incorporando una rutina sencilla a su vida. ¡°Lo que llamamos ¡°la asamblea de la pareja¡± consiste en pactar un rato cada semana para hablar de los problemas que se tengan. Ese pacto implica que, cada vez que haya un conflicto en la pareja uno de los miembros o ambos frenar¨¢n la discusi¨®n inmediata y anotar¨¢n ese tema como punto del d¨ªa o como pendiente para su asamblea. De esta manera damos tiempo a que el conflicto se enfr¨ªe¡±.
A continuaci¨®n, el d¨ªa se?alado, solo hay una regla que es no usar la palabra ¡°t¨²¡±. Y al hacerlo obtenemos grandes logros. Por una parte, el otro no se siente atacado porque no es lo mismo decir ¡°me molesta que comprometan mi tiempo libre¡± que decir ¡°me molesta que t¨² siempre hagas planes sin contar conmigo¡±, por ejemplo. ¡°Al hablar desde el ¡°yo¡± y no desde el reproche al otro contribuimos a que nuestras relaciones mejoren y a que la pareja no se sienta atacada¡±, resume. Esta comunicaci¨®n ayudar¨¢ a que una persona evasiva vea que cualquier tema puede hablarse con calma y a que una persona ansiosa vea que el otro le presta atenci¨®n y se preocupa por su bienestar. Remedios, a priori sencillos, que a menudo no somos capaces de administrar justo por haber aprendido que si no reaccionamos podemos perder lo que m¨¢s queremos conservar.
Remedios que nos obligan a pararnos y recordar que esa reacci¨®n instintiva de un ni?o la primera vez que percibe -quiz¨¢ por error- que puede ser abandonado es la base del dolor emocional que de adulto atormentar¨¢ sus relaciones.
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