Historia de un esc¨¢ndalo: cuando Serge Gainsbourg grab¨® con su hija de 12 a?os una canci¨®n sobre el incesto

A mediados de los ochenta toda Francia era m¨¢s que consciente del provocador historial de uno de sus emblemas culturales, Serge Gainsbourg. Sin ir m¨¢s lejos, en 1966, un a?o despu¨¦s de que France Gall ganara el festival de Eurovisi¨®n gracias a aquel Poup¨¦e de Cire,?Poup¨¦e de Son que ¨¦l mismo escribi¨®, le compuso a la angelical cantante una sugerente Les Sucettes que no hablaba precisamente de unas inocentes piruletas. Y en 1979, en Aux Armes et Caetera, no tuvo reparo alguno en mancillar La Marsellesa con una base reggae. Obviamente, no hay que obviar que ¨¦l fue el art¨ªfice de aquel Je T¡¯aime¡­ Moi Non Plus (primero a d¨²o con Brigitte Bardot y despu¨¦s popularizado en 1969 junto a Jane Birkin, su pareja entre 1968 y 1980) que tiempo despu¨¦s inspir¨® a ese Love to Love You Baby que catapult¨® a la fama a Donna Summer. Aunque eso s¨ª, con Lemon Incest, el tema que cant¨® acompa?ado de Charlotte, la hija que tuvo con Birkin, el esc¨¢ndalo se intensific¨® a¨²n m¨¢s. Y con raz¨®n.

¡°Te amo te amo. Te amo m¨¢s que nada. El amor que nunca haremos juntos es el m¨¢s raro, el m¨¢s preocupante, el m¨¢s puro, el m¨¢s estimulante¡±, cantaba ella en el estudio con 12 a?os en esta pieza que, aunque se grab¨® en 1984, no se publicar¨ªa oficialmente hasta 1985 en el ¨¢lbum Love on the Beat del franc¨¦s y, en 1986, en el primer largo de la propia Charlotte, el ahora de culto Charlotte for Ever. Y qu¨¦ decir de su videoclip, donde se puede ver a padre e hija recostados en la cama: ¨¦l con el torso desnudo y solo vestido con unos tejanos; ella con camisa y ropa interior. La controversia y el revuelo medi¨¢tico funcionaron, ya que aquella aparente oda al incesto y la pedofilia lleg¨® al segundo puesto de las listas de ventas en nuestro pa¨ªs vecino.

¡°No era inocente cant¨¢ndola?, confes¨® la propia Charlotte a The Guardian. ¡°Sab¨ªa de lo que estaba hablando, pero para m¨ª no fue un problema. Me divert¨ª con eso. Adem¨¢s, hab¨ªa pureza detr¨¢s de aquello. Es realmente el amor de un padre y una hija. La canci¨®n dice: ¡®El amor que nunca haremos juntos¡¯. Y ya sabes, imagino que incluso por entonces estaba acostumbrada a su entusiasmo por la provocaci¨®n. En eso ¨¦l era bueno¡±, apostill¨® no sin antes dejar claro que la ¨²nica vez que se avergonz¨® de su padre fue cuando en marzo de 1984 quem¨® en la televisi¨®n nacional un billete de quinientos francos como protesta a una subida de impuestos. ¡°Al d¨ªa siguiente, en la escuela, los ni?os quemaron mis deberes¡±, record¨®.

De hecho, en la gira de su aclamado ¨²ltimo largo, aquel Rest que edit¨® en 2017, Charlotte no dud¨® en incluir en su repertorio Lemon Incest. ¡°Es la canci¨®n que m¨¢s me toca porque ten¨ªa 12 a?os en ese momento. Es mi primera experiencia detr¨¢s de un micr¨®fono con mi padre. Fue algo realmente m¨¢gico. Todo el esc¨¢ndalo que caus¨® despu¨¦s, la provocaci¨®n de mi padre, lo asumo por completo. Aunque no lo experiment¨¦ de cara porque me encontraba en un internado en Suiza. Estaba protegida. No vi nada, no escuch¨¦ nada. Para m¨ª fue muy bien. Por supuesto, el tema es impactante. Pero es una canci¨®n muy hermosa. Evoca a un tab¨², obviamente. Y por eso se hizo. El texto no alienta a las personas a ser incestuosas. Al contrario. Mi padre es muy claro en su relaci¨®n con su hija. Por ello no tengo ning¨²n problema con esta canci¨®n¡±, verbaliz¨® en una entrevista en la Tribune de Gen¨¨ve. Como tambi¨¦n remarc¨® en las p¨¢ginas de El Pa¨ªs Semanal en 2017, ¡°nunca ha habido ninguna duda sobre lo que dice la letra. Mi padre habla de un amor no consumado. Me parece una pena que no se pueda hablar de ciertos temas, incluso cuando son graves. Creo que hoy ser¨ªa imposible grabar una canci¨®n como esa¡±.

Pero a todo esto, ?qu¨¦ le corri¨® por la cabeza a Jane Birkin al escuchar y al ver a su peque?a y a su por entonces expareja en esa tesitura? ¡°Si bien no pudo resistirse a hacer Limon Incest, nunca vi a Serge con otra cosa que no fuera una bata. Y ninguno de los ni?os lo vio desnudo. Tan remilgado como cualquiera acerca de su persona, pensaba que estar desnudo era la cosa m¨¢s vulgar del mundo¡±, brome¨® al respecto en 2003 en The Guardian, donde tambi¨¦n elogi¨® a su difunto amor con estas palabras: ¡°Era intensamente t¨ªmido sin ser falsamente modesto, y siempre era chic, incluso cuando estaba muy disgustado y con dolor. Ese era el hombre extraordinario que era¡±. Como el propio Serge declar¨® acerca de s¨ª mismo en m¨¢s de una ocasi¨®n cuando los medios franceses le pon¨ªan contra las cuerdas, ¡°la provocaci¨®n me permite ocultar mi modestia¡±.