Dar¨ªn vs. C¨¢mara, doble salto interpretativo

Rara vez es tan f¨¢cil hacer una entrevista (o no tener que hacerla). Ricardo Dar¨ªn y Javier C¨¢mara comparten un trago pocas horas despu¨¦s de recibir ¨Cjuntos¨C la Concha de Plata al mejor actor en el Festival de Cine de San Sebasti¨¢n por sus trabajos en Truman. El filme, que se estrena el 30 de octubre, es un soberbio viaje sobre las despedidas y la amistad entre humanos, aunque parad¨®jicamente su t¨ªtulo lleve el nombre de un perro.

Javier C¨¢mara: Y tu?, ?que? sab¨ªas de mi? antes de hacer esta pel¨ªcula?

Ricardo Dar¨ªn: Personalmente, muy poco. Y estoy gratamente sorprendido.

J.C.: ?Me porte? bien o me pase? un poquito?

R.D.: Te portaste bien. Pasarte un poquito forma parte de tus caracter¨ªsticas. Para luego recoger y pasarte m¨¢s [r¨ªe].

J.C.: ?Me pase? un poco?

R.D.: No, ciertamente me salvabas la vida. Y tu?, ?c¨®mo se hace para ser tan creativo y gracioso las 24 horas del d¨ªa?

J.C.: Cuando tengo a alguien que me sigue, me enciendo. Pero te juro que con esta pel¨ªcula aprend¨ª a moderar. Porque tu? eso lo controlas. Aunque yo se? que ha tenido que haber momentos de tu vida en los que te has disparado. Yo tengo ese problema: me disparo mucho.

R.D.: ?Y c¨®mo habr¨ªamos hecho para lidiar con estos dos personajes de no haber sido por el humor?

J.C.: Para mi?, es mi v¨¢lvula de escape. Cuando me pongo nervioso, intento que los dem¨¢s se r¨ªan. Y me di cuenta de que por ah¨ª? conectamos.

R.D.: Desde el primer minuto. Cosa rara.

J.C.: [R¨ªe]. Ricardo, ?tu? por que? hiciste esta pel¨ªcula?

R.D.: El tema me toca muy profundo. Y siempre que hay perros¡­ tu? lo sabes.

J.C.: Si?. Recuerdo el d¨ªa que est¨¢bamos rodando y paso? una mujer espectacular. Todo el equipo se quedo? mir¨¢ndola y tu? ?te fuiste corriendo a jugar con el perro que llevaba! La gente no entender¨¢ esto.

R.D.: Muchos si?. ?Sabes? Algo que me ha llamado mucho la atenci¨®n del proyecto es que nosotros nos cargamos esta historia al hombro desde el primer minuto. Nos retroaliment¨¢bamos. Y no pod¨ªamos parar. El trabajo duro lo tuvo Cesc para aprender a lidiar con los dos juntos.

J.C.: Recuerdo que yo pens¨¦: ?No estar¨¦ a la altura?. Que? dif¨ªcil, porque hablo poco y, a la vez, ?que? bien!, porque te admiraba mucho, y por primera vez me tocaba escuchar.

R.D.: Pasamos una semana reconoci¨¦ndonos, y a partir de ah¨ª ya no nos pudo parar nadie m¨¢s. Sab¨ªamos d¨®nde estaban parados los personajes. Esto me confirma algo que yo siempre sospeche?: que para montar un personaje lo m¨¢s importante es tratar de averiguar c¨®mo siente y piensa. Que? tiene adentro.

J.C.: Cuando yo empec¨¦, quer¨ªa hacer esas pel¨ªculas en las que se habla bajito pero pasa de todo. Y ¨¦sta es una de ¨¦sas.

R.D.: Es ¨ªntima¡­ De esos proyectos que uno quiere que le pasen, pero que no son lo m¨¢s frecuente.

J.C.: Para terminar esta entrevista, vamos a aprovechar, Ricardo. Estrenas en Espa?a la obra de teatro Escenas de la vida conyugal. Esta? todo agotado en Barcelona, Madrid, Valencia¡­ ?Cu¨¢nto tiempo llevas interpret¨¢ndola?

R.D.: Cerca de tres a?os.

J.C.:?E influir¨¢n en el escenario estos cuatro meses sin interpretarla?

R.D.: Pues estoy nervioso. No se? que? me voy a encontrar ahora. Cuando vea a mi campanera, ?rica Rivas [Relatos salvajes], de repente, quiz¨¢, salga algo distinto.

J.C.: Que? linda y que? loca es ?rica Rivas. Por cierto: y a ella, ?c¨®mo la controlas?

R.D.: Pues no hay secretos. ?No hay forma de controlarla!