Laura Gal¨¢n, de ¡®Cerdita¡¯: ?Para mi madre ser gorda significaba ir vestida de negro, por eso me hace ilusi¨®n verme en las marquesinas?
La actriz se ha dado a conocer gracias a la cinta de Carlota Pereda, una alegor¨ªa sobre el bullying ambientada en un pueblo extreme?o.
Al fondo de la calle donde hemos quedado con Laura Gal¨¢n (Madrid, 36 a?os) aparece su pareja, quien va empujando la silla donde patalea risue?o Teo, el ni?o de seis meses que acaban de tener juntos. ?Me qued¨¦ embarazada justo despu¨¦s de terminar el rodaje y despu¨¦s ha venido toda esta avalancha. Es maravilloso, pero a veces me siento abrumada?, dice risue?a y amable una vez se han parado, saludado y de nuevo marchado los dos hombres de su vida de la terraza donde nos tomamos un caf¨¦. Esta actriz, que se mud¨® desde Guadalajara a los 18 a?os para estudiar arte dram¨¢tico y que desde entonces ha probado suerte en teatro y televisi¨®n tiene claro que el hecho de haberse dado a conocer gracias a un papel que pone el foco en sus atributos f¨ªsicos puede ser un problema: ?Pero voy a ser lista, voy a llev¨¢rmelo a mi terreno, voy a explotar que este es mi f¨ªsico y que estas son mis cualidades?. Ya lo hace en la pel¨ªcula que dirige Carlota Pereda, Cerdita, una alegor¨ªa sobre el bullying ambientada en un pueblo extreme?o donde las escenas gore no est¨¢n re?idas con lo femenino ni sobre todo con lo feminista ni con un idea esencia: las v¨ªctimas de la gordofobia no tienen culpa de serlo.
Usted ha dicho que no sufri¨® bullying en su juventud. ?Qu¨¦ cree que hizo eso posible?
Pues es que es algo que puede pasar. Estoy viendo ahora que mucha gente se sorprende de que yo, que he sido gorda siempre, no haya sufrido bullying. Y ahora me doy cuenta de que muchas veces digo ¡°afortunadamente no he sufrido bullying¡± como si lo normal por defecto fuese sufrirlo y yo hubiese sido inmensamente afortunada, cosa que al final me responsabiliza, cuando en realidad no tengo culpa de nada. No s¨¦ c¨®mo fue posible: supongo que tengo unas buenas bases en casa, unos buenos pilares. Mis padres siempre me dijeron que fuese lo que yo quisiese, que era v¨¢lida para todo. Fue una cuesti¨®n de educaci¨®n en el d¨ªa a d¨ªa, pero las v¨ªctimas nunca tienen culpa de nada y eso es importante que quede claro.
Pero imag¨ªnese que yo le dijese que no he sufrido machismo en una sociedad que estructuralmente es machista. Seguramente a alguien le interesar¨ªa saber c¨®mo es que mi entorno no estaba sujeto a las normas y tiran¨ªas de otros entornos¡
Es verdad que hay un bullying estructural, as¨ª s¨ª he vivido un grito de ¡°gorda¡± de manera peyorativa, aunque para m¨ª ahora gorda no sea un insulto; he ido a las tiendas y no he encontrado ropa para m¨ª o no he tenido acceso a ciertas cosas¡ Lo que a m¨ª me ocurre es que me da verg¨¹enza decir que he sido v¨ªctima cuando s¨¦ que hay tantas personas que han sufrido acoso a unos niveles extraordinarios que les han llevado hasta a pensar en el suicidio. No te puedo dar una receta de c¨®mo fue. S¨¦ que en mi casa me hicieron fuerte para enfrentarme a la vida.
Menciona mucho en redes a su madre. ?Qu¨¦ le debe a ella? ?Se parece a la madre castradora de la pel¨ªcula?
Mi madre tambi¨¦n ha sido gorda y creo que ella ve¨ªa en m¨ª un reflejo de ella, pero lo hecho tan bien que jam¨¢s he notado su miedo. Y seguramente ella haya pasado mucho m¨¢s miedo que yo, porque ahora que soy madre empiezo a entender el pavor absoluto que te produce pensar que tu hijo pueda sufrir.
?Nunca se dejaron llevar por la cultura de la dieta?
Por supuesto que hemos pasado por eso y hemos entrado en esos bucles, a veces incluso porque era necesario. Pero otras veces simplemente hab¨ªa violencia m¨¦dica. Yo tuve una doctora muy gord¨®foba que a pesar de que era una ni?a san¨ªsima, perfectamente capacitada para todo no pod¨ªa soportar mi complexi¨®n entonces me pesaba cada dos por tres, me citaba m¨¢s a menudo. Hubo un momento en que mi madre dijo: ¡°Hasta aqu¨ª. No puedo tener a una ni?a a dieta toda la vida cuando est¨¢ sana¡±.
?Y qu¨¦ opina cuando la gente argumenta que esa gordofobia es por motivos de salud?
Las anal¨ªticas de mi infancia eran perfectas, como siguen lo siguen siendo ahora. Pero es agotador que los gordos tengamos que justificarnos todo el rato nuestra buena salud. Voy m¨¢s all¨¢: creo que aunque estuviese enferma ser¨ªa mi problema. Cuando la gente se mete en eso es muy invasivo, lo siento como si me tocasen sin permiso. ?Mi salud mental no te preocupa? Solo te preocupa lo que t¨² ves.
?Le preocupa que piensen que hace apolog¨ªa de la obesidad?
Yo lo que quiero es que la gente est¨¦ bien, se sienta bien consigo misma, como intent¨¦ sentirme yo. Es un trabajo que la sociedad no te pone nada f¨¢cil.
?Cu¨¢l es la tienda en la que m¨¢s ha sufrido por no poder comprarse ropa?
Acabo antes dici¨¦ndote en cu¨¢l he podido comprar. Durante muchos a?os he sido cliente de H&M. Ahora otras est¨¢n entrando en esta cosa espantosa que me horroriza, que es lo de las tallas grandes. Pero bueno, quiero decir que est¨¢n ampliando su tallaje. Eso s¨ª que es violencia estructural: cuando todas tus amigas quieren ir de compras y probarse cosas y para ti es un infierno porque no hay nada que te guste. Y eso viene ya de la generaci¨®n de mi madre, que siempre ha contado que para ella ser gorda significaba ir vestida de negro y con cosas anchas todo el rato. Por eso me hace tanta ilusi¨®n ver mi imagen en las marquesinas¡
?Es tan terrible el peso de las revistas de moda en esto o hay otros condicionantes?
Las revistas de moda tienen su parte de responsabilidad, pero no se les puede lanzar toda la basura: ellas solo ofrecen lo que el p¨²blico pide y lo que socialmente se considera est¨¦tico. Obviamente, entran en una espiral de contribuci¨®n a la gordofobia, pero creo que eso est¨¢ cambiando con modelos como Ashley Graham o Paloma Elsesser.
?Y los hombres no se enfrentan al mismo tipo de violencia gord¨®foba?
En la infancia o en la adolescencia estamos a la par en fragilidad, pero luego a las chicas nos machacan, creo que porque se nos empieza a sexualizar.
He le¨ªdo un libro recomendado por usted titulado ¡®10 gritos contra la gordofobia¡¯, de Magdalena Pi?eyro, en el que la autora defiende que la autoestima no la podemos construir a solas. ?Hasta qu¨¦ punto es importante para usted, por ejemplo, la validaci¨®n de su pareja?
Desgraciadamente necesitamos del otro. Porque es que si no vuelvo a decir lo mismo, recaer¨ªa la culpa del acoso social en la v¨ªctima. No podemos hacer el trabajo solos. Obviamente, necesito que mi novio o mi madre me acepten, pero estoy segura de que me aceptar¨¢n est¨¦ como est¨¦.
?Se sent¨ªa m¨¢s insegura cuando no ten¨ªa pareja?
Hubo una ¨¦poca, de adolescente, en me puse una coraza y dec¨ªa que no me gustaba nadie, pero era mentira. Dec¨ªa eso para no dar explicaciones y para no decir que estoy sufriendo por un chico o porque siempre pensaba que yo no iba a gustar. Pero luego cuando fue creciendo empec¨¦ a estar muy tranquila con mi autoestima en ese sentido: me di cuenta de que gusto y he gustado f¨ªsica y emocionalmente.
?Y recuerda exactamente cu¨¢l fue el punto de inflexi¨®n?
Pues mira, la primera vez que un chico me entr¨® directamente, as¨ª de simple. Lo que dec¨ªas de la aceptaci¨®n: otro te hace consciente de que puedes gustar. Ten¨ªa 18 a?os.
Cuando film¨® el corto en el que se inspira la pel¨ªcula era cinco a?os m¨¢s joven. ?En qu¨¦ cosas ha cambiado desde entonces?
Pues ahora me da m¨¢s miedo entrar en el mundo de Sara, quiz¨¢ porque tengo un hijo. Cuando veo la pel¨ªcula veo una ni?a peque?a y pienso: qu¨¦ miedo lo que contamos y qu¨¦ miedo esa vulnerabilidad.
Una de las ideas que se puede extraer de la pel¨ªcula es que cuando abandonas a las minor¨ªas a su suerte, estas se pueden acabar yendo con los peores.
Es que es muy f¨¢cil estar en los dos lados de la balanza y es lo que en parte plantea la pel¨ªcula: se puede ser v¨ªctima y verdugo aunque no seas consciente.
?Ofrece una lecci¨®n de la pel¨ªcula para el momento pol¨ªtico que vivimos?
Partimos de una premisa muy dura que es el bullying, pero tampoco queremos que la pel¨ªcula cargue con la responsabilidad de sentar c¨¢tedra. Hemos hecho unas palomitas envenenadas: entretenimiento con mensaje. Que el espectador trabaje y piense qu¨¦ pasa ah¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.