Ellas lo hicieron primero: la pel¨ªcula que cuestiona por qu¨¦ ?las mujeres cocinan para dar de comer y los hombres para el ¨¦xito?

No hace tanto que una periodista espa?ola fue la primera en subirse a un barco en una almadraba. Ni tampoco que se hizo la primera secci¨®n de vino en una revista femenina. Ambas haza?as las realiz¨® en los a?os ochenta la periodista Paz Ivison, una de las quince pioneras de la gastronom¨ªa a las que Sara Cucala entrevista en su documental ?O¨ªdo? Ellas, la voz de la gastronom¨ªa y en el que comparte foco con otras m¨¢s medi¨¢ticas como Carme Ruscalleda, Bego?a Rodrigo o Elena Arzak. Aunque Cucala afirma que solo cont¨® con tres semanas para el rodaje, lleva desde los veintis¨¦is a?os que comenz¨® a trabajar como periodista gastron¨®mica d¨¢ndole vueltas al tema.

¡°He visto c¨®mo ascend¨ªan a personas sin ninguna cualificaci¨®n habiendo mujeres brillantes al lado a las cuales no miraban. He presenciado c¨®mo en los primeros premios memoriales de la Real Academia de la Gastronom¨ªa no hubo ni una menci¨®n a mujeres, habiendo existido Carmen de Burgos o Emilia Pardo Baz¨¢n. Y he vivido c¨®mo las mujeres en este sector, como en otros, hemos pasado de todo: desde pellizcarte en la mesa y decirte ya crecer¨¢s, hasta tocarte la pierna por debajo del mantel o que te digan que un vino dulce es femenino¡±, cuenta. Al entrar en RTVE como coordinadora gastron¨®mica de los magazines e intentar visibilizar a mujeres cocineras en los programas de televisi¨®n, se encontr¨® con otra dificultad. ¡°Me di cuenta de que no hab¨ªa casi mujeres y que de las pocas que hab¨ªa, no estaba dentro de sus prioridades entrar en un plat¨® aunque fuera buena publicidad para su restaurante. Me percat¨¦ de que las prioridades para hombres y mujeres son muy diferentes¡±, explica. En 2008, junto a sus socias Ana Lorente y Roberta Bruno fundaron A Punto, el primer centro cultural de gastronom¨ªa en Espa?a y a?os despu¨¦s su productora audiovisual Pnka. Este a?o ha dado un paso m¨¢s en su carrera con esta reveladora pel¨ªcula testimonial que se presenta en la Seminci y puede verse en Filmin hasta el 31 de octubre.

?C¨®mo selecciona a las quince mujeres que participan?
Uf. Pues me quedaron muchas fuera, pero c¨®mo no va a estar Ana Lorente que cre¨® junto a un grupo de amigos la primera gu¨ªa de Madrid, La Gu¨ªa del Ocio, y firm¨® la primera cr¨ªtica gastron¨®mica. C¨®mo no meter a Paz Ivison, la primera mujer que crea una secci¨®n de vino en una revista femenina, Dunia, y la primera en subirse a un barco en una almadraba y convertirse en la directora de la revista Gourmets. O Isabel Mijares, primera mujer en el mundo en dirigir un consejo regulador del vino o Gemma Vela que con 23 a?os se convirti¨® en la primera mujer sumiller de un restaurante de un hotel cinco estrellas y gran lujo en Espa?a. Todas estas mujeres y el resto que aparecen han abierto la puerta a las dem¨¢s.

Comienza el documental con cifras: el 48% de las estudiantes de cocina son mujeres y solo el 18% llegan a la alta restauraci¨®n. De los 204 restaurantes espa?oles con estrella Michelin, 21 est¨¢n dirigidos por mujeres y solo uno tiene tres estrellas. Y pregunta d¨®nde est¨¢n las mujeres en los puestos de responsabilidad en la gastronom¨ªa espa?ola. ?Responde la pel¨ªcula a estos interrogantes?
Yo no quer¨ªa contestar ninguna pregunta ni que ellas me dieran afirmaciones rotundas. Quer¨ªa abrir un debate. No soy nadie para dar una respuesta y prefiero vivir en una cuesti¨®n y reflexi¨®n constante. No hay igualdad, como dice Sara P¨¦rez en la pel¨ªcula, ni creo que exista ma?ana mismo. Nos va a costar mucho. Pero todas coinciden en el grito de Sara cuando afirma que: ¡°la ira de las mujeres puede cambiar la geograf¨ªa de lo posible¡±.

La viticultora Sara P¨¦rez cuenta c¨®mo cambia el rumbo de su vida cuando, en sus propias palabras, decide: ¡°buscar en ese lugar donde hemos buscado las mujeres siempre, donde no hay expectativa, donde nadie espera nada de ti¡±. Y logra hacer un vino de 96 puntos?Parker.

Es que fue as¨ª. Yo conoc¨ª a la Sara t¨ªmida y a la de despu¨¦s. Un d¨ªa decidi¨® hacer las cosas a su manera y apechugar si se equivocaba. Este cambio personal se nota en sus vinos, que son de los m¨¢s maravillosos que hay en Espa?a y los hace en Mas Martinet. Pero, ?qui¨¦n conoce a Sara fuera del sector ?, ?qui¨¦n conoce El Priorato?. Ella ha hecho mucho por las mujeres, en el campo y la vi?a. Tambi¨¦n ten¨ªa que salir.

?Alguna no ha querido participar?
No, pero todas ten¨ªan algo de miedo en lo que estaban diciendo. Aunque luego a todo el mundo se le llene la boca diciendo que todas somos feministas no es verdad. Las mujeres cuando tenemos voz y decimos cosas nos convertimos en un peligro social: en una redacci¨®n, entre los amigos, en lo p¨²blico. Pero estamos para decir las cosas no para callarnos.

La cocinera Bego?a Rodrigo habla sin tapujos.
Es muy valiente y no se calla nada. Habla de la maternidad y dice que cuando se queda embaraza le pregunta a su chico si ¨¦l est¨¢ dispuesto a cuidar al ni?o porque ella no estaba dispuesta a parar de currar y s¨ª a interrumpir el embarazo. Decir eso hoy en d¨ªa es de ser muy valiente.

?Esa declaraci¨®n fue la que le dio la idea de hacer un bloque sobre la maternidad?
No, lo ten¨ªa pensado desde el principio. En ese apartado, la periodista Julia P¨¦rez tambi¨¦n reconoce que los a?os en los que tuvo a sus hijos fueron un par¨®n en su trabajo. Y Sara S¨¢ez se queja de que todo el mundo le dice que es una s¨²per hero¨ªna porque tiene cuatro hijos y trabaja pero nadie le dice a su marido que es un h¨¦roe. Adem¨¢s, en los brutos del documental que no he podido meter, Bego?a Rodrigo cuenta que tiene contratada a su madre porque no por convertirse en abuela ten¨ªa que ocuparse de su hijo. Le paga un sueldo para que su marido y ella se puedan ocupar de sus profesiones.

Tambi¨¦n hay un apartado dedicado a la televisi¨®n.
S¨ª, porque todo el mundo cuando piensa en la tele dice Argui?ano, pero antes de ¨¦l hab¨ªa dos mujeres como Maruja Callaved y Elena Santonja. Maruja fue directora de informativos e hizo el primer programa de televisi¨®n de cultura gastron¨®mica en los sesenta, Vamos a la mesa. En ¨¦l se hablaba desde qu¨¦ pasaba en el campo hasta tendencias de nutrici¨®n. Me parec¨ªa tan interesante reivindicar tanto su figura como la de la mujer que dirigi¨® Gourmets, la primera revista gastron¨®mica de este pa¨ªs (Paz Ivison). Estas cosas nadie las sabe y tal vez no son trascendentales pero yo quer¨ªa contarlo porque igual que pasa en gastronom¨ªa sucede en otros sectores de la sociedad.

Pero en su pel¨ªcula no solo se habla de la cocina.
Claro porque la gastronom¨ªa es cultura, no es sentarse a comer y beber. Hay una manera de entender la vida, una pol¨ªtica, una econom¨ªa, una ideolog¨ªa¡­ Me hubiera gustado tambi¨¦n sacar a las mujeres del mar y a las del campo porque no habr¨ªa anchoas si no hubiera mujeres sacando las espinitas, ni pescadores si ellas no cosen las redes antes de que ellos salgan al mar. Las mujeres estamos siempre. Somos la base no solo de una tradici¨®n sino de una cultura gastron¨®mica.

Una de ellas dice: ¡°Las mujeres siempre han cocinado para dar de comer a la gente y los hombres para el ¨¦xito¡±.
Lo dice Onintza Mokoroa, la mujer que consigui¨® que dentro de la Sociedad Gastron¨®mica del Pa¨ªs Vasco hubiera un apartado dedicado a las mujeres porque, a d¨ªa de hoy, todav¨ªa ellas cocinan para dar de comer y ellos para el ¨¦xito. Hablar del Pa¨ªs Vasco como ella lo ha hecho es muy valiente.

Tambi¨¦n se habla de la figura de la mujer en la tamborrada de San Sebasti¨¢n.
Aunque no es una fiesta gastron¨®mica, todo en el Pa¨ªs Vasco tiene relaci¨®n con la gastronom¨ªa. En la tamborrada, hist¨®ricamente salen los hombres vestidos de cocineros. La mujer se incorpor¨® en los ochenta vestida de aguadora y en 2016 se cre¨® la tamborrada feminista donde por primera vez van vestidas de cocineras.

?Cree que este documental seguir¨¢ vigente en unos a?os?
Ojal¨¢ que en dos d¨¦cadas tengamos cosas m¨¢s interesantes de las que hablar. Muy mal tenemos que hacerlo para que dentro de diez contin¨²e igual. Pero realmente nunca antes hab¨ªan hablado ellas as¨ª de su trabajo ni de su vida. Por ejemplo, Isabel Mijares, que es un eminencia y ha hecho much¨ªsimo por el mundo del vino, cuenta que su marido cuidaba a su hija mientras ella segu¨ªa con su profesi¨®n viajando por el mundo.

?Ha habido mucho ¡®of the record¡¯?
Desgraciadamente s¨ª. Pero hay declaraciones muy poderosas y estamos dando grandes pasos.