?Por qu¨¦ somos infieles?
Para algunos ya es posible compaginar la complicidad de tener pareja con el v¨¦rtigo y la pasi¨®n de una aventura. Es solo cuesti¨®n de llegar a acuerdos. ?Bienvenidos a la nueva monogamia!
Me temo que el affaire Hollande se ha llevado por delante uno de los t¨®picos universales sobre el pa¨ªs galo, el que hac¨ªa referencia a la buena disposici¨®n de los franceses para con las infidelidades de sus parejas. Un pa¨ªs sexualmente maduro, con ciudadanos que sab¨ªan dar rienda suelta a sus pasiones pero que, una vez desatadas y concluidas, volv¨ªan a recuperar la cordura y a regirse por las leyes de la cabeza y no por las de la entrepierna.
Ataques de nervios, curas de reposo, disoluci¨®n inmediata de la pareja y fuga de la mujer herida a un pa¨ªs remoto. Curiosamente EEUU, un pa¨ªs con fama de puritano, manej¨® con m¨¢s deportividad el affaire Clinton, y los entonces presidente y primera dama, ahorraron al mundo una tragicomedia por entregas. Claro que no se puede comparar el comportamiento inadecuado del l¨ªder pol¨ªtico norteamericano ¨Cl¨¦ase sexo oral con una becaria¨C con la relaci¨®n de su hom¨®logo franc¨¦s con una actriz durante meses.
¡°Finalmente, el enga?o afectivo es el que m¨¢s nos cuesta perdonar¡±, comenta Alicia Gallotti, periodista, escritora de libros de sexo y portavoz en Espa?a de victoriamilan.es, una de las muchas p¨¢ginas de contactos concebida para planear una infidelidad y dise?ada, en sus contenidos y en su lenguaje, con una cierta vocaci¨®n femenina, aunque entre sus clientes haya personas de ambos sexos. ¡°Es curioso¡±, comenta Gallotti, ¡°porque nuestros usuarios crecen cada d¨ªa y es un mercado en auge, pero a la sociedad todav¨ªa le cuesta digerir este tema. Hay una gran hipocres¨ªa al respecto porque mucha gente ha sido infiel, sin embargo muy pocos aprueban nuestro negocio y hemos recibido cr¨ªticas muy duras¡±.
?ltimamente, la ciencia parece estar de acuerdo con estos controvertidos portales de citas, ya que las teor¨ªas que hablan de la fidelidad como un estado antinatural, que muy pocas especies animales contemplan, aumentan cada d¨ªa. El mito de la monogamia: la fidelidad y la infidelidad en los animales y en las personas (Siglo XXI, 2003), escrito por el zo¨®logo David P. Barash y la psiquiatra Judith Eve Lipton, utiliza diferentes saberes ¨Cbiolog¨ªa, fisiolog¨ªa, antropolog¨ªa¨C para demostrar lo irreal de esta idea y lo poco conectada que est¨¢ con el instinto animal. Hasta ahora se dec¨ªa que muchas especies, sobre todo algunas aves, eran mon¨®gamas, pero las nuevas t¨¦cnicas de determinaci¨®n del ADN han permitido descubrir que los genes de muchos polluelos no siempre son del padre y que enga?ar a la pareja, en ambos sexos, es algo mucho m¨¢s com¨²n de lo que creemos.
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Hillary y Bill Clinton, en 1999.
Getty
El qu¨ªmico y bioqu¨ªmico Pere Estupinya escrib¨ªa el pasado a?o un art¨ªculo en El Pa¨ªs titulado Somos mon¨®gamos infieles y celosos, en el que explicaba las dos modalidades del modelo contigo para toda la vida. ¡°La monogamia social (formar parejas estables) existe en muchas especies animales, pero la monogamia sexual (fidelidad) es extra?¨ªsima en la naturaleza. En las aves se sabe que la monogamia es una adaptaci¨®n necesaria debido a la fragilidad de la descendencia: como el cuidado de las cr¨ªas requiere la colaboraci¨®n de ambos progenitores (uno debe ir a buscar comida mientras el otro vigila que ning¨²n otro p¨¢jaro o roedor se coma los huevos o polluelos), es m¨¢s eficiente que el macho invierta esfuerzos en cuidar a sus cr¨ªas y pareja. Los bi¨®logos evolutivos extendieron esta hip¨®tesis al mundo de los primates, argumentando que en especies cuyas cr¨ªas nac¨ªan indefensas y requer¨ªan la colaboraci¨®n parental para sobrevivir, la monogamia estaba favorecida. En el caso de los humanos, nuestros beb¨¦s tardan mucho m¨¢s en campar a sus anchas que los de una gacela, y por eso se justifica que en nuestro ADN haya codificadas unas instrucciones mon¨®gamas sociales (no necesariamente sexuales) que nos predispongan a amar y querer proteger a la madre de nuestros hijos¡±.
En otro art¨ªculo al respecto, titulado Monogamy, unnatural for our sexy species y publicado en la CNN, el psic¨®logo Christopher Ryan relacionaba el nacimiento de la monogamia con el de la propiedad privada. Anteriormente, las tribus humanas distribu¨ªan los alimentos de forma equitativa, amamantaban a los beb¨¦s de los dem¨¢s ¨Centre otras razones porque no se sab¨ªa del todo de qui¨¦n era el ni?o¨C y depend¨ªan el uno del otro para sobrevivir. Cuando evolucionaron las comunidades basadas en la agricultura, las cosas cambiaron r¨¢pidamente, ya que era importante saber d¨®nde empezaba lo m¨ªo ¨Cmi tierra, mis cosechas y luego mi mujer¨C y donde lo tuyo. Ryan traslada el escenario a la actualidad, en la que una pareja, criada en una sociedad que piensa que la monogamia es algo natural, solicita la ayuda de un profesional tras a?os de matrimonio y aburrimiento. ¡°Pocos terapeutas contemplar¨ªan persuadir a un homosexual de dejar de ser gay, pero la mayor¨ªa insistir¨¢ en que la monogamia es normal, mientras que la curiosidad y el inter¨¦s por la novedad, inherente a la sexualidad humana, son signos de patolog¨ªas¡±, declaraba Ryan.
Tradicionalmente los hombres gozaron de cierta explicaci¨®n o disculpa gen¨¦tica a sus infidelidades, ya que la misi¨®n del macho era la de cubrir al mayor n¨²mero de hembras posibles para asegurar la supervivencia de la especie, mientras la hembra, una vez que hab¨ªa conseguido aparearse y tener descendencia, se dedicaba de lleno a la cr¨ªa de sus cachorros. Pero recientes estudios cient¨ªficos indican que las mujeres son las primeras en perder inter¨¦s tras a?os con la misma pareja y que el s¨ªndrome de deseo hipoactivo, es decir la falta de ganas ¨Cun trastorno muy femenino¨C, podr¨ªa ser nada m¨¢s ni nada menos que aburrimiento, como se expon¨ªa en Does Monogamy cause Female Sexual Dysfunction and Could a pill be the answer?, un art¨ªculo publicado en el Huffington Post.
Algunos empiezan a buscar un camino intermedio entre la aburrida, pero segura, monogamia; las parejas abiertas o la soledad, interrumpida ocasionalmente por encuentros con 'follamigos'. Algo que ya se ha bautizado como la nueva monogamia. Tammy Nelson, sex¨®loga, psicoterapeuta y autora de libros como Getting the sex you want, acaba de publicar The new Monogamy; Redefining your relationship after infidelity ( New Harbinger Publications, 2013), donde expone sus teor¨ªas sobre este nuevo modelo matrimonial. ¡°Un acuerdo sobre la nueva monogamia puede ser cualquier cosa que la pareja quiera¡±, cuenta Tammy, ¡°puede incluir que los dos miembros puedan ver pornograf¨ªa, pero solo juntos; puede significar que las pr¨¢cticas de masturbaci¨®n son privadas pero no secretas; se puede establecer que es l¨ªcito tener sexo con otras personas, siempre y cuando se haga con la participaci¨®n del otro; o compartir las fantas¨ªas sexuales, como una manera de poner algo de pimienta a la relaci¨®n. No hay l¨ªmites, cualquier cosa es v¨¢lida, lo que importa es que las reglas que se establezcan se hagan de com¨²n acuerdo, honestamente y que tengan en cuenta el particular punto de vista de lo que significa una relaci¨®n. No tiene nada que ver con la definici¨®n de pareja de tus padres, de tu cultura o de lo que opina la mayor¨ªa de la gente. Es la idea de relaci¨®n que a uno le gustar¨ªa tener y con la que ha so?ado ¡±.
Para llegar a este acuerdo a veces es necesario sufrir en las propias carnes la infidelidad o el enga?o, ya que como esta terapeuta explica, ¡°la traici¨®n es un camino doloroso, pero tambi¨¦n me encuentro con clientes en mi consulta que me dicen que la infidelidad es lo mejor que les ha podido pasar a su matrimonio. Para algunos es una forma de despertar, una manera de estimular una relaci¨®n moribunda. Compartimentar la relaci¨®n y no ser honesto con tu pareja sobre tus necesidades y deseos no traer¨¢ nunca nada bueno. Tampoco se trata de confesar todos los detalles del affaire al otro o verbalizar cada pensamiento, sino ser honesto y transparente¡±.
Alicia Gallotti conoce bastante el tema no solo por su trabajo en victoriamilan.es, sino porque es la autora del libro Soy infiel, ?y t¨²? (Mart¨ªnez Roca, 2012), en el que recog¨ªa el testimonio de mujeres con edades comprendidas entre los 25 y los 60 a?os que hab¨ªan roto el contrato de la monogamia en alg¨²n momento de sus vidas. ¡°Generalmente, la infidelidad femenina est¨¢ peor vista porque todav¨ªa seguimos pensando que a nosotras nos cuesta separar amor y sexo, y si una mujer enga?a a su marido, no es concebido como una cana al aire sino como algo mucho m¨¢s serio, con sentimientos de por medio. De hecho, los hombres hablan de ello con sus amigos, ellas lo mantienen en secreto o, como mucho, se confiesan con alguien muy ¨ªntimo¡±. Otro descubrimiento que Gallotti hizo al recopilar material para su libro es que las mujeres son m¨¢s creativas a la hora de buscar coartadas a sus aventuras, y m¨¢s astutas para esconder sus enga?os. ¡°Un affaire tiene consecuencias positivas y negativas. Generalmente, las mujeres a las que entrevist¨¦ buscaban salir del aburrimiento, dejar de ser invisibles, sentirse deseadas de nuevo por alguien. Muchas de ellas ni siquiera llegaban al sexo, a algunas les bastaba con flirtear o chatear por Internet para retomar un poco el deseo y reanimar su relaci¨®n de pareja. Otras veces no era planeado y surg¨ªa, sobre todo en el trabajo, donde pasamos tantas horas. Muy pocas lo hac¨ªan por venganza¡±.
Otro ferviente partidario de este nuevo modelo de relaci¨®n es Dan Savage escritor, comentarista, periodista y autor de una columna de consejos sexuales y de pareja llamada Savage Love, muy famosa en EEUU. Savage es audaz, divertido y, a menudo, genera pol¨¦mica con sus art¨ªculos, ya que a pesar de ser homosexual, no duda en criticar lo que el llama el gay establishment. Respecto a la monogamia dice: ¡°Deber¨ªamos empezar a ser conscientes de las consecuencias de este modelo en las relaciones cortas y en los muchos divorcios. Porque la monogamia no es buena para la mayor¨ªa de la gente. No es natural y requiere tremendos esfuerzos en los matrimonios y en los compromisos a largo plazo. Muchos se destruyen simplemente porque alguien quiere un poco de variedad y porque no est¨¢ consiguiendo lo que ¨¦l necesita. Soy conservador. Creo que deber¨ªamos hacer lo que pudi¨¦ramos para mantener el matrimonio y las relaciones a largo plazo, y un camino para hacerlo es animar a la gente a tener una actitud m¨¢s realista sobre la exclusividad sexual¡±.
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