Pubis: peluquer¨ªa y est¨¦tica
Su cuidado nunca ha estado tan en alza. Se llevan las partes ¨ªntimas depiladas y, si es necesario, retocadas gracias a la cirug¨ªa est¨¦tica. Donde hay pelo ya no hay alegr¨ªa.
As¨ª como las fallas y los estratos permiten determinar la historia geol¨®gica de la Tierra, la cantidad de pelo que las actrices y actores porno exhiben en sus partes ¨ªntimas bastar¨ªa para poder clasificar, sin lugar a error, el a?o de producci¨®n de la pel¨ªcula.
La l¨ªnea del pubis, que empezaba un poco m¨¢s abajo del ombligo, en los a?os 50, desciende algo m¨¢s y se va estrechando, poco a poco, hasta desaparecer del todo con el paso del tiempo. Procedimiento paralelo al que muchas mujeres han vivido en carne propia. Recuerdo una amiga que empez¨® rebajando en horizontal, porque alegaba que as¨ª se ve¨ªa m¨¢s alta. Ahora, a sus 40 y tantos ha decidido quit¨¢rselo todo, en parte porque, seg¨²n dice ¡°las canas siempre te hacen mayor¡±.? Sobre gustos no hay nada escrito y menos de cintura para abajo, pero la tendencia de los ¨²ltimos a?os es clara: menos es m¨¢s. Encontrar un pubis con todo su pelo en una playa nudista es casi imposible, aunque las variantes del peque?o felpudo son numerosas y los nombres para designarlas se han sofisticado cada vez m¨¢s. Red carpet es como se denomina ahora a las ingles brasile?as, y si una pide un martini, un margarita o un champ¨¢n puede que no quiera refrescarse, sino depilar sus partes dejando solo un peque?o tri¨¢ngulo, como la forma de las copas en que se sirven estas bebidas. Una cosa s¨ª es com¨²n a todos estos estilos: hasta ahora, todos llevan raya al medio.
La mayor parte de la gente ¨Cexcepto en Corea del Norte donde su estrafalario l¨ªder obliga a sus s¨²bditos a elegir entre un determinado n¨²mero de peinados, norma que ¨¦l se salta a la torera¨C decide c¨®mo lleva su pelo en funci¨®n de sus gustos personales, pero no es tan seguro que la elecci¨®n del dise?o capilar de nuestros? genitales sea tan libre e independiente. Muchos, tanto ellas como ellos, optan por lo que m¨¢s le gusta a su pareja. Un amigo fue rechazado en su tercera cita porque no estaba depilado y ella le inst¨® a quedar m¨¢s adelante, cuando estuviera arreglado. Parece que la pregunta ahora, cuando se intenta ligar, no es ?est¨¢s en paro o trabajas?, sino ?red carpet, martini o integral?
Mientras la democratizaci¨®n del porno nos contin¨²a dando clases de anatom¨ªa genital, los centros de depilaci¨®n ¨ªntima proliferan. Uno de los que gozan de mayor reputaci¨®n es Pink Cheeks, en el Valle de San Francisco, en Los ?ngeles. Es el Hollywood del porno, ¨Cno se sabe si por mucho tiempo m¨¢s, debido a la prohibici¨®n de rodar sin preservativo¨C donde viven las estrellas y se hacen las pel¨ªculas. Este peque?o sal¨®n de belleza fue pionero en el terreno de la depilaci¨®n ¨ªntima y del Pubis-Art, una disciplina que te deja el pubis con forma de mariposa, coraz¨®n ¨Cmodelo muy demandado por San Valent¨ªn¨C o con las iniciales del ser querido, entre infinitas variantes. La leyenda cuenta que Pamela Anderson, cuando todav¨ªa no era famosa ni exist¨ªa la serie Los vigilantes de la playa, era una de sus principales clientas.
Claro que lo ¨²ltimo en este tipo de arreglos es el foxy bikini, que consiste en depilarse totalmente la zona genital para luego aplicarse en el lugar pelo te?ido de zorro, ¨²ltimamente sint¨¦tico, debido a las protestas de los ecologistas. La idea surgi¨® del Completely bare sal¨®n, en Nueva York, donde realizan tambi¨¦n el vajewel, aplicaciones de piedras preciosas y cristales Swarosky en el pubis para presumir de tener un tesoro entre las piernas.? Adem¨¢s de para estar al d¨ªa, las que acostumbran a podar su monte de Venus alegan que, el no tener pelo aumenta la sensibilidad y hace mucho m¨¢s confortable y apetecible al sexo oral.
Pero los partidarios de no remover el pelo de los genitales son tambi¨¦n legi¨®n, entre ellos el periodista franc¨¦s Stephane Rose, que escribi¨® el libro La defensa del pelo. Contra la dictadura de la depilaci¨®n ¨ªntima, cuyo t¨ªtulo ya da una idea de la teor¨ªa que puede encontrarse en el interior.
Otros, como Emily Gibson, directora del centro de salud de la Western University del Estado de Washington, dan razones algo m¨¢s cient¨ªficas que apoyen sus teor¨ªas: ¡°La eliminaci¨®n del vello p¨²bico irrita e inflama naturalmente los fol¨ªculos pilosos, dejando heridas abiertas microsc¨®picas. Para tener la piel suave es necesario depilarse con frecuencia, causando irritaci¨®n cr¨®nica en la zona. Combinado esto con el calor, el ambiente h¨²medo de los genitales se convierte en un buen lugar de cultivo de los peores pat¨®genos bacteriales¡±, comenta.?
Otro arma que esgrimen los que abogan por el lado salvaje es que una de las funciones del pelo en? esta zona es que participa en la retenci¨®n del aroma de las feromonas, que sirven para estimular los sentidos y la libido del compa?ero sexual. La ginec¨®loga y sex¨®loga Francisca Molero, del Institut Clinic de Sexolog¨ªa de Barcelona, apunta que ¡°la depilaci¨®n integral, tanto en hombre como mujer, es una moda, y por lo tanto es de obligado cumplimiento, pero es cierto que el vello de los genitales tiene una misi¨®n y es la de actuar como barrera para evitar la entrada de virus e infecciones. Un poco como ocurre con el pelo de las fosas nasales¡±.
Quiz¨¢s el punto medio est¨¦ en no centrarse siempre en un mismo look sino, como hacemos con nuestra cabeza, cambiar de vez en cuando de peinado. En la pel¨ªcula Las edades de Lul¨², uno de los amantes de la protagonista cumple uno de sus sue?os er¨®ticos, rasur¨¢ndole el pubis. Aida Folch, la actriz que dio vida a Dina Vierny, musa del pintor y escultor franc¨¦s Aristide Maillol, en la pel¨ªcula de Fernando Trueba, El artista y la modelo, me comentaba en una entrevista sus experiencias tras dejarse crecer el pelo de sobacos y pubis para hacer m¨¢s realista su papel: ¡°Me pas¨¦ un verano entero sin ir a la playa ni ponerme camisetas de tirantes, pero fue muy bonito experimentar lo que es tener pelo en el cuerpo. Es suave, es tuyo. No me sent¨ªa inc¨®moda, sino m¨¢s fuerte y segura de m¨ª misma, m¨¢s natural, m¨¢s salvaje. Es lo que necesitaba para interpretar mi papel¡±.
Qui¨¦n sabe, quiz¨¢ vuelva la moda troglodita y, tras rasurar nuestras partes ininterrumpidamente, debamos entonces ponernos postizos, como hac¨ªa la aristocracia del siglo XIV. ?ltimamente, he observado que en las p¨¢ginas de contactos ya hay algunas profesionales que se publicitan con el anzuelo de ¡°pubis totalmente poblado¡±.
En el apartado de est¨¦tica, las demandas de operaciones de cirug¨ªa ¨ªntima femenina se han duplicado en los ¨²ltimos cinco a?os en Espa?a, seg¨²n datos de la Sociedad Espa?ola de Medicina Antienvejecimiento y Longevidad. Al estar desprovisto de pelo y expuesto a la vista, aparece el ideal est¨¦tico del ¨®rgano sexual femenino, que seg¨²n el Doctor Miguel Chamosa, Presidente de? la Sociedad Espa?ola de Cirug¨ªa Pl¨¢stica, Reparadora y Est¨¦tica es el siguiente: ¡°Monte de Venus no demasiado prominente, esto es indicio de exceso de peso, ¨Chacemos liposucciones en esta zona cuando se acumula demasiada grasa¨C, labios mayores con tono y turgentes ¨Cla edad hace que adelgacen y se vuelvan fl¨¢cidos¨C y labios menores peque?os, nunca sobresaliendo de los mayores¡±. La gente se hace fotos con su m¨®vil y compara sus genitales con los de sus amigos. A veces hasta las cuelgan en Internet¡±, contin¨²a el doctor Chamosa, ¡°pero la mayor¨ªa de los pacientes vienen con una idea muy clara de lo que quieren. Lo que m¨¢s hacemos es reducci¨®n de los labios menores, injertar grasa en los mayores ¨Cen mujeres maduras¨C o la clitorisplastia, que consiste en extirpar parte del capuch¨®n del cl¨ªtoris para hacerlo m¨¢s visible¡±. Del total de operaciones de este tipo, el 88% se practica en mujeres y el resto en hombres que, preocupados siempre por cuestiones de tama?o, demandan injertos de grasa en el pene para aumentar su grosor y rotura del ligamento suspensorio del miembro, para que este caiga y parezca m¨¢s largo.
Mientras ellas piden unas rajitas m¨¢s peque?as, ellos demandan penes m¨¢s grandes. Ciertamente, los sexos estamos llamados a no entendernos nunca.
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