Qu¨¦ se puede esperar de un retiro ¡®detox¡¯ de 3.500 euros
La periodista Osiris Mart¨ªnez lo ha vivido en primera persona durante 48 horas para explic¨¢rnoslo con todo lujo de detalles.
Recuerdo la primera vez que escuch¨¦ la palabra retreat. Fue en el segundo vuelo de mi primer viaje en solitario a Bali. Junto a mi asiento, una mujer alemana de unos 50 a?os me explicaba que se iba sola 15 d¨ªas a experimentar un ¡®retiro¡¯ (as¨ª se traduce la palabra en espa?ol) de yoga a Ubud, meca yogui de la isla de los dioses. Por aquel entonces, recuerdo no entender demasiado de lo que me hablaba, pero los tres a?os que me separan de aquella escena me permiten ahora definir el concepto. Bali est¨¢ llena de ofertas de retreats de todo tipo: estancias de duraciones variables en grupo o en solitario en hoteles, villas y hasta barcos que prometen depurar el cuerpo y el alma, aliviar el estr¨¦s, trabajar la meditaci¨®n, borrar la ansiedad, conectar con la paz¡ Entre la inmensa oferta existente destacan algunos complejos de lujo cuya exclusividad y cuyos servicios tienen fama mundial. Curiosa por conocerlos desde dentro, me presto a 48 horas de retiro en uno de ellos: el hotel Mandapa Reserve de Ubud¡?Y os lo cuento!
D¨ªa 1
16:00 ¨C El check in
Sin habla, temblando y soltando una l¨¢grima. As¨ª me quedo al entrar por la puerta principal del Mandapa. Una suerte de terraza de madera gigantesca rodeada de fuentes y estatuas en la cima de la selva me da la bienvenida. Alrededor, solo jungla, silencio y una pared de palmeras descendente que desemboca en uno de los r¨ªos m¨¢s famosos de Bali: el r¨ªo Ayung. El espect¨¢culo es tan impresionante que resulta dif¨ªcil aguantar la emoci¨®n y me quedo literalmente congelada mientras 2 miembros del staff me dan la bienvenida con un ritual que incluye pulsera de la suerte, un c¨®ctel delicioso (y juro que no me gustan nunca los c¨®cteles) y una introducci¨®n a lo que vivir¨¦ estos d¨ªas. Un chico llamado Marka ser¨¢ mi mayordomo. Estar¨¢ disponible para m¨ª 24 horas a golpe de whatsapp o llamada para llevarme, traerme y guiarme en mi agenda de actividades. Desde esa cima espectacular, puedo observar las 35 suites y 25 villas con piscina privada que componen el hotel. A ellas se unen dos restaurantes, un gimnasio, un spa, una piscina con bar, una librer¨ªa, y un centro de juegos para ni?os.
Antes de descubrir cada rinc¨®n del impresionante complejo, entro en mi villa privada. Una piscina gigante, un jard¨ªn con sal¨®n exterior y una habitaci¨®n enorme compuesta de dormitorio, ba?o, dos duchas (una interior y otra exterior) y ropero componen mi casita provisional. Un verdadero espect¨¢culo de maderas, materiales y pinturas a mano de primera calidad y un dise?o tradicional son sus se?as de identidad.
Procedemos al check in en la intimidad de mi habitaci¨®n. Marka se sienta a mis pies (literalmente, y rechazando mi oferta de hacerlo a mi vera en el sof¨¢ de la habitaci¨®n) para fotografiar mi pasaporte, revisar mi agenda y darle comienzo oficial a mi estancia.
18:00 ¨C Un masaje para el cuerpo y la mente
En Bali, la excelencia de un hotel tambi¨¦n se mide a trav¨¦s de su spa. El del Mandapa es una preciosidad que consiste en varias casitas de madera frente al r¨ªo. Cada una de ellas posee su propia terraza y todas son respaldadas por un edificio de piedra que alberga los vestuarios de hombre y mujer separados y sus respectivas saunas y ba?os turcos. En la segunda planta, una terraza con jacuzzi gigante espera a los hu¨¦spedes que deseen relajarse antes o despu¨¦s de su tratamiento. Y justamente a eso he venido: a que me cuiden y me den el que ser¨¢, sin esperarlo, el mejor masaje de mi vida hasta la fecha (?y me he dado ya unos cuantos!).
No sabr¨ªa c¨®mo describir la experiencia que me regal¨® mi terapeuta Ibu Rani. Simplemente os dir¨¦ que me dorm¨ª, me despert¨¦ de nuevo, y que sent¨ª una paz y un bienestar que no recuerdo haber sentido jam¨¢s. Estar presente me cuesta mucho siempre: mi mente divaga en pensamientos varios y me cuesta mucho concentrarme en lo que sucede en el ¡®ahora¡¯. Pero Rani consigui¨® ese efecto en m¨ª durante el masaje. Tras d¨¢rmelo y hacerle unas preguntas, entend¨ª finalmente lo que me hab¨ªa pasado. ?Llevo 20 a?os trabajando en esto, y lo que hago es conectar mi energ¨ªa con la de mi paciente. Alineo sus chakras y escucho su mente?. La sensaci¨®n que me llevo me hace pensar que lo ha conseguido. Con creces.
20:00 ¨C Cena en el restaurante Sawah Terrace
Mi primera cena en el hotel tiene lugar en el restaurante Sawah, cuyo men¨² se compone de platos asi¨¢ticos llenos de sabor y productos frescos, y cuyas verduras proceden de un huerto situado en el mismo hotel. La delicadeza de cada bocado es una introducci¨®n perfecta a la gastronom¨ªa balinesa. Elijo ensalada de pollo con verduras Urap (verduras hervidas con coco rallado, lima, hojas de lima kaffir, y lemongrass), un pescado barramundi al vapor con salsa de coco, jengibre, lima y cilantro y unas peque?as porciones de verduras asadas al carb¨®n vegetal. El servicio es tan atento, exquisito y cari?oso que me olvido totalmente de consultar el m¨®vil o de mi soledad durante esta cena en la que me rodean mesas con parejas de reci¨¦n casados en sus viajes de novios.
D¨ªa 2
07:00 ¨C El Gimnasio
Comprometida con el objetivo de experimentar los beneficios de un retreat saludable, decido hacer una sesi¨®n de ejercicio antes de desayunar. El gimnasio que me encuentro es impresionante. Su equipamiento es de los m¨¢s completos que haya visto en Bali y todos sus aparatos de cardio se enfrentan a una cristalera con vistas a la selva. ?Una pasada!
09:00 ¨C Desayuno Premium
El desayuno del hotel une un buffet de delicatessen saladas y dulces, boller¨ªa y panader¨ªa reci¨¦n hecha de la casa, frutas tropicales, l¨¢cteos y bebidas y yogures vegetales y platos asi¨¢ticos, a un peque?o men¨² ¨¤ la carte y una estaci¨®n de huevos cocinados en vivo a gusto del comensal. Todo el ritual de desayuno es destacable: no te sirven tu caf¨¦ sin que t¨² observes el particular proceso de preparaci¨®n del mismo, todo el staff est¨¢ atento a cualquier movimiento y puedes pedir platos especiales si no encuentras lo que deseas en la oferta que te hacen.
11:00 ¨C Mebayuh, el Ritual de bendici¨®n a trav¨¦s del agua
Marka me recoge en la villa para llevarme a uno de los dos templos situados en el resort. Un sacerdote balin¨¦s me espera all¨ª acompa?ado de dos mujeres para hacerme part¨ªcipe de Mebayuh, una ceremonia de purificaci¨®n a trav¨¦s del agua cuyo poder es el de ?purificar y reconectar al ser humano con la energ¨ªa divina del universo?.
Conversando con ellos, comprendo un poquito mejor sus creencias hind¨²-budistas y me dejo seducir por su forma tan pac¨ªfica de enfrentarse a la vida y al universo. Tomo nota de sus definiciones de las palabras ¡®padre¡¯ (el sol) y ¡®madre¡¯ (la tierra) y las adopto con la perspectiva de querer, cuidar, y respetar m¨¢s a nuestro planeta.
13:00 ¨C Picnic frente a Ayung
Hoy mi comida tendr¨¢ lugar en plena naturaleza y frente al r¨ªo Ayung. Disfruto de un picnic hecho a medida de mis preferencias culinarias y compuesto de peque?os platos delicados servidos en unas cajitas ideales y tra¨ªdos en una cesta de mimbre. El escenario es id¨ªlico: dos sombrillas tradicionales me ladean y disfruto de mi comida en silencio, observando el r¨ªo que corre frente a m¨ª y la selva que rodea el hotel. Una vez m¨¢s, siento que mi mente se concentra realmente en lo que estoy haciendo. Me relajo y disfruto del momento.
16:00 ¨C Encuentro con Ibu Ketut Mursi
Mientras otros hu¨¦spedes del hotel se preparan para una de las dos clases de yoga diarias que el hotel ofrece, me dispongo a vivir una de las experiencias m¨¢s impactantes de mis viajes por Asia. Tengo una sesi¨®n de terapia con una ¡®sanadora intuitiva ciega¡¯. Una mujer de unos 45 a?os me espera junto a su ayudante y el masaje energ¨¦tico y la sesi¨®n de reflexolog¨ªa podal que me dan juntas me dejar¨¢ literalmente (?otra vez!) llorando. Sin yo contarle nada, y solo con el tacto, mi curandera detecta en m¨ª algunas dolencias f¨ªsicas cr¨®nicas y actuales y otra emocional que jam¨¢s hubiese pensado que podr¨ªa adivinar. Me voy del spa con dos aceites especiales, un par de deberes de meditaci¨®n diarios¡?y el plan de ir a visitar un templo espec¨ªfico de Bali, ya que, seg¨²n Ketut, mi angel de la guarda me est¨¢ esperando!
19:30 ¨C Cena en Kubu
El restaurante Kubu (refugio, en indonesio) es de los m¨¢s prestigiosos de toda la isla de Bali. Est¨¢ construido a orillas del r¨ªo Ayung y se compone de una edificaci¨®n gigante de bamb¨² y de nueve cocoons, unas cabinas tambi¨¦n de bamb¨² que aguardan mesas para ofrecer privacidad a los comensales. El men¨² degustaci¨®n que sirven consiste en platos peque?os de cocina mediterr¨¢nea muy elaborada. Saboreo una exquisita espuma de calabaza y zanahoria, me dejo sorprender por un sashimi de hamachi (un pescado japon¨¦s) con helado de pepino, disfruto de una deliciosa crema de guisantes con seta mollicata y babeo con un pescado con consom¨¦ de shiitake y una impresionante mousse de cebolla entre otros peque?os platos antes de retirarme para descansar por ¨²ltima vez en mi lujosa habitaci¨®n tropical.
D¨ªa 3
09:00 ¨C ?ltimo desayuno
Intento alargarlo. No miro el tel¨¦fono. Solo observo el paisaje, disfruto de cada bocado y me centro en lo que hago. Todo sabe mejor. Vuelvo a pensar en todo lo que he vivido. Noto que una tendinitis que no se quer¨ªa separar de m¨ª ha desaparecido por completo y recuerdo las manos de las dos mujeres del d¨ªa anterior. Dos camareros del hotel se paran a hablar conmigo un rato. Compartimos opiniones, gustos culinarios, conversamos sobre nuestras diferentes culturas¡ Mi ma?ana comienza de una forma tan agradable y me siento tan relajada que podr¨ªa quedarme en esa mesa toda el d¨ªa. Pero es hora de preparar mi mochila y volver a casa. No s¨¦ si regresar¨¦ ¡®curada¡¯, o m¨¢s sabia. Lo que s¨ª creo poder afirmar es que el recuerdo de esta fant¨¢stica experiencia jam¨¢s se borrar¨¢.
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