Todo lo que sab¨ªas sobre el orgasmo femenino se tambalea
Un nuevo y controvertido estudio redefine la fisiolog¨ªa del orgasmo, mientras aparece un nuevo aparato que hace las veces de entrenador personal para llegar antes y mejor al cl¨ªmax.
Si hay algo fascinante en torno a la sexualidad de la mujer, es el hecho de que todav¨ªa se trata de un vasto territorio que explorar, como el cerebro o el mundo antes de que se descubriera Am¨¦rica. Muchos intu¨ªan que hab¨ªa una nueva ruta a las Indias y exist¨ªan indicios de una zona cerebral inexplorada, aunque nadie hab¨ªa llegado nunca hasta all¨ª. Con el orgasmo femenino y c¨®mo viajar hasta ¨¦l, existen tambi¨¦n bastantes misterios sin resolver: el punto G, la mayor o menor sensibilidad de la zona vaginal ¨Cesa cueva de Al¨ª Bab¨¢ llena de sombras y tesoros¨C, o el nuevo concepto de complejo cl¨ªtoris-uretro-vaginal. Ideas que se revisan constantemente, desde los tiempos en los que las mujeres ten¨ªamos la incapacidad innata para disfrutar del sexo hasta hoy, en los que contin¨²a el debate sobre si hay dos tipos de orgasmos femeninos o uno solo.
Las ¨²ltimas noticias al respecto han llegado hace muy pocos d¨ªas, merced a un estudio llevado a cabo por dos investigadores italianos, (padre e hija) Vincenzo y Giulia Puppo, publicado en el Clinical Anatomy Review bajo el t¨ªtulo de Anatomy and physiology of the cl¨ªtoris, vestibular bulbs and labia minora with a review of the female orgasm, and the prevention of female sexual dysfunction. En ¨¦l, los Puppo echan por tierra algunos conceptos y proponen una nueva terminolog¨ªa para designar ciertas partes de la anatom¨ªa femenina. Ante tal desconcierto sabemos ya que no deberemos recriminarle a ninguno de nuestros amantes su poca experiencia o conocimiento del cuerpo de la mujer. Ser¨ªa exigirles m¨¢s que a los propios expertos.
Vincenzo, del Centro Italiano de Sexolog¨ªa de Bolonia, y Giulia, bi¨®loga de la Universidad de Florencia, sostienen, entre otras cosas, que el orgasmo vaginal es una falacia, lo mismo que el punto G. En cuanto al cl¨ªtoris, que seg¨²n ellos proponen deber¨ªa pasar a llamarse ¡°pene femenino¡±, Vincenzo sentencia que ¡°el cl¨ªtoris interno no existe, es en su totalidad un ¨®rgano externo compuesto de glande, cuerpo y ra¨ªces, que est¨¢n escondidas¡±. La vagina no juega, para estos expertos, ning¨²n papel en la fisiolog¨ªa del cl¨ªmax, ya que est¨¢ desconectada del cl¨ªtoris, ¨²nica zona en la que reside el placer, por lo que conceptos como el orgasmo vaginal o el punto G son contraproducentes, porque puede hacer que muchas mujeres se sientan frustradas al no conseguirlos o localizarlos. Las ¨¢reas que se ponen erectas, cuando se estimulan durante el sexo, deber¨ªan dejar de llamarse ¡®complejo clitoral¡¯ para pasar a denominarse ¡®pene femenino¡¯, escriben en su extenso estudio. Los Puppo tampoco creen en una zona que est¨¢ empezando a ser investigada por los expertos por su importante implicaci¨®n en el mecanismo del placer y del desenlace del orgasmo y que se denomina complejo cl¨ªtoris-uretro-vaginal, ni, por supuesto, en la eyaculaci¨®n femenina.
Las criticas a esta nueva concepci¨®n de la sexualidad de la mujer no se han hecho esperar. Barry R. Komisaruk, profesor de psicolog¨ªa de la Rutgers University, en Newark, New Jersey, ha declarado a Reuters Health que ¡°Puppo es ignorante o descarta la evidencia que muestra que aplicando cierta presi¨®n al cl¨ªtoris, la vagina o el c¨¦rvix se activan diferentes ¨¢reas del c¨®rtex sensorial. Mujeres con lesiones en la espina dorsal y que no tienen sensaciones en la zona del cl¨ªtoris pueden sentir en partes de la vagina y el c¨¦rvix. Los Puppo refutan teor¨ªas ya admitidas sin hacer estudios o pruebas que desmientan las anteriores¡±, ha comentado este profesor.
En lo que algunos expertos s¨ª se muestran m¨¢s de acuerdo con la versi¨®n italiana es en la incapacidad de la ciencia para demostrar la existencia del escurridizo punto G. Amichai Kilchevsky, un ur¨®logo de la Yale School of Medicine, en New Haven, Connecticut, coment¨® a Reuters al respecto, ¡°no creo que haya muchos cient¨ªficos que est¨¦n de acuerdo en que hay un punto G. No creo que haga ning¨²n favor a ninguna mujer referirse a ¨¦l como a un punto. Es probablemente un sistema de estructuras vasculares que tienen todo tipo de interacciones¡±.
Pero lo que si ha causado algo m¨¢s de revuelo es la loca idea de llamar pene femenino al cl¨ªtoris porque nos trasporta a la ¨¦poca de Freud, que calific¨® al ¨²nico ¨®rgano dise?ado exclusivamente para el placer en la raza humana como ¡°pene inacabado¡±. ¡°No veo ninguna raz¨®n para usar ese t¨¦rmino y estoy bastante segura de que la mayor¨ªa de las mujeres y hombres norteamericanos estar¨¢n de acuerdo conmigo¡±, ha declarado Debra Herbenick, una cient¨ªfica e investigadora asociada en la Indiana University Blooming School of Public Health, al diario brit¨¢nico Daily Mail. ¡°Imagino que los hombres interesados en las mujeres no querr¨¢n hablar sobre estimular el pene de sus parejas; y, por otra parte, a muchas mujeres no les gustar¨¢ pensar en s¨ª mismas como sujetos portadores de penes¡±, a?ade.
Francisca Molero, sex¨®loga, ginec¨®loga y directora del Institut Clinic de Sexolog¨ªa de Barcelona, reconoce que hay grandes lagunas respecto a la fisiolog¨ªa del placer y del orgasmo femenino. ¡°Nos queda todav¨ªa mucho por saber y es muy dif¨ªcil y arriesgado decir qu¨¦ cosas existen y cu¨¢les no, porque el hecho de que no se hayan descubierto no significa que no est¨¦n ah¨ª. Yo creo que hay lo que se llama un complejo cl¨ªtoris-uretro-vaginal que se activa con la respuesta sexual y que todav¨ªa se est¨¢ estudiando su funcionamiento. Es cierto que, generalmente, la forma m¨¢s r¨¢pida de que una mujer llegue al orgasmo es con la estimulaci¨®n directa del cl¨ªtoris, pero la vagina tambi¨¦n cumple un papel y prueba de ello son las contracciones que en ella tienen lugar durante el orgasmo. Lo que sab¨ªamos hasta ahora, y que ha confirmado el primer sonograma completo en 3D de un cl¨ªtoris estimulado, es que ¨¦ste no comprende s¨®lo su parte externa, sino que se ramifica y que el orgasmo vaginal es una estimulaci¨®n indirecta del cl¨ªtoris. Adem¨¢s, de que muchas mujeres dicen haber localizado una zona espec¨ªfica en sus vaginas que despierta el placer, lo que podr¨ªa estar relacionado con el punto G¡±. Molero ve con buenos ojos que se haya despertado este debate en torno a la genitalidad femenina y su funci¨®n de cara al placer: ¡°Espero que esto aumente la curiosidad por descubrir m¨¢s cosas e investigar en el terreno de la respuesta sexual de la mujer¡±.
Mientras los cient¨ªficos discuten sobre una materia tan dada al tratamiento filos¨®fico como es la fisiolog¨ªa del placer ¨C?no han sentido ustedes que el cuerpo entero es una zona er¨®gena cuando han estado motivados y con la persona indicada; mientras el cl¨ªtoris se convierte en un pedazo de madera cuando no hay feeling?¨C, Lelo, la marca sueca de juguetes er¨®ticos, prefiere ir al grano, lanzando al mercado Luna Smart Bead, un entrenador personal en forma de aparato especializado en poner a tono los m¨²sculos vaginales que, debidamente tonificados, aseguran relaciones m¨¢s placenteras y aumentan la sensibilidad de las paredes de la vagina, mal que le pese a la familia Puppo. El dispositivo se introduce como si fuera un tamp¨®n y emite unas peque?as descargas el¨¦ctricas que nos indican cu¨¢ndo debemos contraer los m¨²sculos y cu¨¢ndo relajarlos, pero lo bueno es que analiza el estado de nuestra zona p¨¦lvica y, con esos datos, elabora un programa de ejercicios personalizados y control de los resultados. No se me ocurre mejor invento para las que quieran empezar con la sana rutina de los ejercicios de Kegel o las que apuesten por la movilidad laboral, que tanto predica nuestro gobierno, y quieran ir a Tailandia a trabajar en un pussy show y lanzar pelotas de tenis con sus partes. En cualquier caso, imprescindible.
Como practicante que soy de la gimnasia er¨®tica de Kegel, dir¨¦ que tan importante como contraer es relajar y que el principal problema de las mujeres que no llegan al orgasmo es que no conjugan bien los verbos abandonarse, soltar o desconectar. Son, generalmente, controladoras a¨¦reas que viven en sus cabezas, alejadas de sus cuerpos, y la nueva nomenclatura que proponen estos cient¨ªficos italianos o empezar a llamar pene a su cl¨ªtoris no creo que les sirva de gran ayuda. Como dec¨ªa Val¨¦rie Tasso en su libro Antimanual de sexo (Temas de hoy), ¡°un orgasmo no se tiene, se aprende a tenerlo. O mejor dicho, se aprende a ¡®permitirse¡¯ obtenerlo. Hay que instruirse no s¨®lo en el conocimiento de la propia reacci¨®n sexual frente a determinados est¨ªmulos anat¨®micos (saber c¨®mo es nuestro cuerpo y de qu¨¦ forma nos procura placer), sino, sobre todo, hay que formarse en el dif¨ªcil arte de dejarse llevar, de dejar que la decisi¨®n quede en manos de nuestra respuesta sexual y no de nuestras ¡®razones¡¯. Cuando la raz¨®n aparece, el orgasmo huye como los corderos del lobo. Cuando la raz¨®n toma la decisi¨®n, el orgasmo ya ha tomado la decisi¨®n antes¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.