Vestir edificios: arte que cubre la ciudad
Las telas, capaces de transformar a las personas, ahora tambi¨¦n son el material con el que arquitectos y artistas revolucionan est¨¦ticamente las urbes.
Agosto de 2015, Colorado se ha convertido en el destino m¨¢s solicitado. Una predicci¨®n que se cumplir¨¢ durante solo dos semanas, el tiempo en el que 9,5 kil¨®metros de paneles de tejido plateado estar¨¢n repartidos por tramos a lo largo de 67,9 km del cauce del r¨ªo Arkansas. Se trata de Over the river, el pen¨²ltimo proyecto de Christo y Jeanne Claude, en el que ambos trabajaron desde 1992. La obra tiene un coste de 50 millones de d¨®lares y dos a?os de trabajo para finalizarla. ?Colorado recaudar¨¢ con ella 121 millones de d¨®lares?, dice el artista, quien se basa en las 1.700 p¨¢ginas de un informe que present¨® sobre los beneficios tur¨ªsticos que reportar¨¢. Prueba de ello fueron los ?250 millones de d¨®lares que obtuvo la ciudad de Nueva York en 2005 con The Gates (su instalaci¨®n de 7.503 puentes de los que colgaban cortinas naranjas en Central Park) y que atrajo a cuatro millones de visitantes?.
Berl¨ªn homenajea a partir de esta semana a Christo y Jeanne Claude con una exposici¨®n en Villa Sch?ningen ¨Cdel 24 de octubre al 10 de noviembre¨C compuesta por fotograf¨ªas, maquetas y notas de los 24 a?os de trabajo que les llev¨® realizar Wrapped Reichtag, presentada en 1995, y con la que lograron cubrir el edificio de la capital alemana con ?60 toneladas de tela?, como recuerda el artista.
Uno de los grandes enigmas es c¨®mo recaudan el dinero para sus fara¨®nicas obras de arte. ?No aceptamos ayuda p¨²blica ni donaciones. El dinero lo obtengo de la venta de bocetos y obra original?, aclara Christo. En Artnet.com se encuentran desde litograf¨ªas por 5.000 euros hasta un dibujo a l¨¢piz por 50.000.?
Escenograf¨ªa del Costume National de Aoyama (Jap¨®n) hecha por Ryuji Nakamura.
La pareja fue pionera en utilizar los textiles para transformar el mundo, y ahora son muchos los artistas y arquitectos influidos por ellos, como la rusa Elizaveta Meksin, famosa por sus coats (nombre con el que bautiz¨® las carpas estampadas con eslabones dorados con las que cubre edificios). Las escenograf¨ªas para museos del japon¨¦s Ryuji Nakamura o el bandalismo con el que Lucy Joyce interviene en Londres son otros ejemplos. ?El atractivo de los tejidos est¨¢ en c¨®mo la naturaleza interact¨²a con ellos. Las piezas as¨ª son impredecibles?, comenta la brit¨¢nica.
Una de sus obras m¨¢s populares es Gold House, un v¨ªdeo en el que la artista se sube al tejado de una casa con una gran s¨¢bana de lam¨¦ dorado para cubrir la construcci¨®n solo con la ayuda del viento. Este ha sido el primer trabajo de videoarte adquirido por la Royal College of Art de Londres para su colecci¨®n privada.
En Espa?a, el uso de los textiles ha llegado a las salas de exposiciones, pero como parte de la arquitectura. En 2012 el museo de la catedral de Pamplona mostr¨® su nueva cara tras una inversi¨®n de 1,5 millones de euros realizada por Vaillo+Irigaray. ?Hemos duplicado los visitantes, de 40.000 del a?o pasado a 70.000 en lo que llevamos de este?, dice Vaillo. La sala de la modernidad fue cubierta con 390 m2 de tela para proteger las inscripciones del siglo XVII que lo decoran. ?La arquitectura textil es m¨¢s permanente que las instalaciones art¨ªsticas hechas con tela. Estas ¨²ltimas se comportan como las modas: influyen, impactan y desaparecen para dar paso a otras?, concluye Vaillo.
Dar Luz es el t¨²nel luminoso que decor¨® las calles de Eindhoven, Holanda, y que es parte del trabajo de Ali Heshmati para Leadinc.
Frank Lemmen
Frank Lemmen
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.