Ximena Caraza: ?Mi marido y yo tenemos trabajos muy demandantes, pero a partir de las siete empiezan nuestras vidas?
Vive en Espa?a desde hace m¨¢s de 20 a?os, pero lleva su pa¨ªs tan dentro que ha consagrado su vida a ponerlo en valor. Hablamos con la directora de la Fundaci¨®n Casa de M¨¦xico de negocios y de c¨®mo concilia su vida familiar con la profesional.
Cuando Ximena Caraza (M¨¦xico, 51 a?os) entr¨® por primera vez en el edificio que hoy alberga el centro cultural Fundaci¨®n Casa de M¨¦xico vio una gran pintada en la pared que dec¨ªa ¡°Fuera sudakas¡±. ¡°Estuve a punto de enmarcarla¡±, cuenta hoy con una risa desde su luminoso despacho en la segunda planta de ese mismo edificio. Corr¨ªa el a?o 2016 y el inmueble, un palacete construido en los a?os veinte del siglo pasado y propiedad del Ayuntamiento de Madrid, estaba abandonado y languidec¨ªa en la c¨¦ntrica calle de Alberto Aguilera de la capital, junto a San Bernardo. Fue entonces cuando la alcaldesa Manuela Carmena lo cedi¨® por 25 a?os al Gobierno mexicano cumpliendo un pacto al que ambos pa¨ªses hab¨ªan llegado en 2002 por el que se prestar¨ªa temporalmente un espacio para que se convirtiera en un punto de encuentro donde profundizar en el conocimiento y las relaciones entre M¨¦xico y Espa?a.
¡°Esa pintada hay que recordarla porque nosotros le vamos a dar una vida preciosa a este edificio¡±, se dijo entonces Caraza, una mujer en¨¦rgica y seductora. Y as¨ª ha sido. Casi cuatro a?os despu¨¦s de su apertura, Casa de M¨¦xico se ha convertido en un referente de la cultura mexicana en la capital, adem¨¢s de albergar uno de los restaurantes mexicanos m¨¢s aclamados de la ciudad, Puntarena, especializado en pescado. Aunque el evento estrella de Casa de M¨¦xico se organiza en torno al 1 de noviembre, cuando se celebra el famoso D¨ªa de Muertos, durante el resto del a?o no faltan todo tipo de talleres, eventos, presentaciones y exposiciones, la ¨²ltima Frida Kahlo, alas para volar, que estar¨¢ abierta al p¨²blico hasta el pr¨®ximo 30 de noviembre. ¡°Ten¨ªa claro que deb¨ªa ser un centro de excelencia donde se muestre lo mejor de M¨¦xico. Siempre se habla de secuestros, de drogas, de los malos¡ Yo estoy muy orgullosa de mi pa¨ªs. Me fascina. Qu¨¦ ilusi¨®n y qu¨¦ maravilloso poder ense?ar lo mejor de ¨¦l¡±. Y eso que su llegada a la direcci¨®n de esta instituci¨®n fue totalmente casual y ocurri¨® despu¨¦s de que el Gobierno mexicano declinase la oferta alegando falta de medios para hacerse cargo del proyecto: ¡°As¨ª que el embajador mexicano me pidi¨® que buscase financiaci¨®n¡±.
Aquel embajador sab¨ªa bien lo que ped¨ªa, porque si hay alguien que conoce en profundidad el mundo empresarial mexicano y espa?ol es Caraza, que llevaba 20 a?os trabajando en la Embajada de M¨¦xico en Espa?a poniendo en contacto a empresarios de ambos pa¨ªses. ¡°Me ocupaba de traer y llevar inversiones en todo tipo de sectores: energ¨ªa, banca, automoci¨®n, turismo¡¡±, asegura, mientras me reta a descubrir el origen mexicano de algunas empresas implantadas en Espa?a. ¡°?Si te digo que Campofr¨ªo es 100% mexicana? ?Y que Bimbo pertenece a la familia mexicana Servitje? ?Que los Starbucks y Vips pertenecen al Grupo Alsea, un grupo de restauraci¨®n mexicano con 1.800 restaurantes en Espa?a que tambi¨¦n tiene la concesi¨®n de los Burger King y Domino¡¯s aqu¨ª?¡±, y sigue enumerando compa?¨ªas como los autobuses de cercan¨ªas del grupo Avanza o la empresa de tortillas mexicanas Maseca. ¡°M¨¦xico est¨¢ mucho m¨¢s presente en Espa?a de lo que cualquier espa?ol se imagina¡±, remata.
Impulsar los negocios
En su labor de asistente a los empresarios, Caraza viajaba con los directores de las empresas a los que hac¨ªa de traductora. ¡°Por ejemplo, para el empresario mexicano el espa?ol habla muy duro y se puede ofender. Por su parte los mexicanos usan esa famos¨ªsima palabra nuestra ¡®ahorita¡¯, que no tiene tiempo ni espacio. Puede ser ahora, en dos d¨ªas o nunca. Y el espa?ol se vuelve loco: ¡°Qued¨® ahorita en mandarme el documento ?por qu¨¦ no me lo manda?¡±. Un negocio puede salir adelante o no por esas tonter¨ªas¡±. Tras 20 a?os arreglando ¡°tonter¨ªas¡± y cerrando negocios, Caraza se ha hecho con una agenda de ministra, por lo que no le result¨® complicado conseguir que Valent¨ªn Diez Morodo, due?o de la cerveza Coronita, hijo de espa?oles y una de las grandes fortunas mexicanas, financiara Casa de M¨¦xico. ¡°Lo ¨²nico que me pidi¨® es que no solo fuera un centro cultural, sino que tambi¨¦n tengamos una red de apoyo a las empresas mexicanas que aterrizan en Espa?a¡±.
Hija de un terrateniente y una experta en cocina que lleg¨® a presidir la Academia Mexicana de la Gastronom¨ªa, Caraza tuvo una infancia privilegiada. ¡°Soy la menor de cinco hermanos. Por eso sal¨ª tan peleona. Me pas¨¦ un poco de tueste¡±, asegura socarrona esta mujer que se declara una mexicana de mezcla: ¡°En mi familia hay rasgos ind¨ªgenas, ¨¢rabes y jud¨ªos, de lo cual estoy muy orgullosa¡±. Licenciada en Relaciones Exteriores y con una MBA en el Instituto de Empresa, de peque?a estudi¨® en la escuela francesa Madame Durand, una de las m¨¢s exclusivas de Ciudad de M¨¦xico, y de adolescente pas¨® dos a?os en un internado en Inglaterra. ¡°Lo recuerdo muy bien. No aprend¨ª nada de ingl¨¦s. En nuestro colegio ¨¦ramos 15 latinas y nos lo pasamos viajando. Cuando volv¨ª a casa conoc¨ªa mejor Europa que mi propio pa¨ªs. Llegamos hasta Rusia. Una profesora nos llev¨® all¨ª en el 85, en plena Perestroika. Fuimos a Mosc¨² y a San Petersburgo, que por entonces era Leningrado, imag¨ªnate, as¨ª de viejas estamos¡±, y vuelve a sonre¨ªr seductora. A Caraza le gusta comer, le gusta beber y odia el deporte. Al contrario de la tendencia general durante la pandemia, adelgaz¨® 10 kilos sin aparente esfuerzo y gracias a cambiar algunos h¨¢bitos. ¡°Los trayectos que antes hac¨ªa en taxi, o sea todos, ahora los hago caminando¡±, asegura mientras emprende el camino de su casa, en el barrio de Almagro, al trabajo, a menos de media hora de distancia. ¡°Eso me obliga a llevar deportivas. ?Antes no me bajaba de mis tacones!¡±.
En nuestro primer encuentro Caraza presentaba un libro de su amigo el arquitecto mexicano Jaime Arena en Casa de M¨¦xico y calzaba unos zapatos rojos de tac¨®n combinados con unos pantalones de cuero negro de Chanel que le otorgaban un look de estrella de rock. Cuando subi¨® al peque?o escenario, segura y confiada y con los labios del mismo rojo intenso que sus zapatos, parec¨ªa que se iba a arrancar a cantar. Entre los asistentes, Olivier Lech¨¦re, director general de Chanel en Espa?a y Portugal, observaba discretamente la escena. ¡°Mi franc¨¦s. Lo mantengo de inc¨®gnito en la vida¡±, confirma Caraza en alusi¨®n a su marido, en un intento vano por conservarlo en el anonimato. ¡°Siempre he cuidado mucho mi vida privada. De hecho es la primera vez que concedo una entrevista, y porque el director de comunicaci¨®n me est¨¢ animando¡¡±, comenta mientras lanza una mirada al susodicho presente durante la entrevista y las fotos de este reportaje y con quien mantiene una relaci¨®n c¨®mplice que va m¨¢s all¨¢ del de jefa-subordinado.
Caraza conoci¨® a su marido en M¨¦xico a trav¨¦s de una amiga com¨²n y desde entonces no se han separado. De M¨¦xico se fueron a vivir dos a?os a Mil¨¢n, donde Caraza trabaj¨® como c¨®nsul en la Embajada: ¡°Pero yo soy animal tropical y aquel cielo gris no era para m¨ª¡±. Han pasado 20 a?os desde que se mudaron a Madrid y en este tiempo han convertido Espa?a en su hogar: ¡°He tenido ofertas muy buenas para regresar a M¨¦xico. Y mi marido tambi¨¦n para ir a otros pa¨ªses. Pero mis hijos ya son de aqu¨ª¡±. Aunque siempre han vivido en Espa?a, Nicol¨¢s, de 22 a?os, y Carlota, de 21, son j¨®venes de mundo con familia en M¨¦xico, Francia y Argentina, que cursan sus carreras en el extranjero ¡ª¨¦l en Boston y ella en Se¨²l¡ª y hablan tres idiomas como si fueran uno: espa?ol, franc¨¦s e ingl¨¦s. Aunque la familia vive aqu¨ª, Ximena lleva M¨¦xico dentro y en su casa se desayunan frijoles, quesadillas y nunca falta salsa verde. Mantiene un v¨ªnculo estrecho con su pa¨ªs, al que suele viajar cada tres meses. El ¨¦xito de su equilibrio familiar radica, seg¨²n explica Caraza, en un pacto que ella y su marido hicieron el d¨ªa de su boda: ¡°Ambos tenemos trabajos muy demandantes. Y es curioso porque ¨¦l trabaja con mujeres y el m¨ªo era generalmente con hombres. Pero a partir de las siete de la tarde no hay un compromiso de nada. Empiezan nuestras vidas. Mucha gente dec¨ªa: ¡®No lo vais a conseguir¡¯. Pero aqu¨ª estamos. En mi casa no entra nadie que no sea amigo. No la uso para hacer relaciones p¨²blicas. Comidas las que quieras, pero no aceptamos cenas. Si no, esa vida te consume¡±, afirma.
*Maquillaje y peluquer¨ªa: Elisa Serrano (Cool) para Elizabeth Arden y Kiehl¡¯s.
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