Por qu¨¦ el Instagram de C¨¦line tiene m¨¢s sentido de lo que piensas
A pesar de que la firma francesa se negaba a tener redes sociales, sucumbi¨® hace unos meses. Ahora su perfil est¨¢ plagado de im¨¢genes que, aunque puedan parecer desconcertantes, desaf¨ªan las reglas de Instagram y esconden mensajes pol¨ªticos.

Hace no tanto tiempo y en una galaxia no tan lejana, una firma de moda se resist¨ªa a sucumbir ante las todopoderosas redes sociales. La casa era C¨¦line y, cual h¨¦roe arquet¨ªpico, caminaba a contracorriente de una industria que le marcaba otra direcci¨®n. Phoebe Philo, capitana de tan esc¨¦ptica tropa, repudiaba la fama, pasaba de mostrar sus prendas en los escaparates del cuartel (l¨¦ase tienda) y defend¨ªa contra viento y marea la idea de que ?el verdadero chic es no aparecer en Google?. Pero en este cuento el final no es el esperado y la protagonista acab¨® siendo absorbida por el imperio: en febrero de este a?o C¨¦line sucumb¨ªa a la dictadura del like estrenando cuenta de Instagram. Una primera fase de su presencia digital que ser¨¢ completada con el estreno de su comercio electr¨®nico a finales de este mes.
Pero la digitalizaci¨®n de C¨¦line tiene sus propias reglas. Mientras firmas de la competencia se dejan los cuartos en contratar a las celebrities del momento como protagonistas de sus campa?as y extienden cheques con alegr¨ªa a egoblogueras y similares, la casa francesa sigue abogando por el lujo silencioso, conceptual y pol¨ªtico. En sus desfiles no ver¨¢n un tropel de influencers intuyendo las prendas a trav¨¦s de la c¨¢mara del smartphone. Sin ir m¨¢s lejos, en 2012 Philo pidi¨® a los asistentes a su show (dos pases, con 70 invitados cada uno y un ¨²nico fot¨®grafo) que no compartiesen instant¨¢neas del evento en sus redes sociales. Tambi¨¦n desde las paredes de sus tiendas se ruega a los clientes no inmortalizar ninguno de los productos de la colecci¨®n. Aunque ahora tenga m¨¢s de 220.000 followers a los que nutrir de contenido, C¨¦line no est¨¢ dispuesta a traicionar su filosof¨ªa.
Por eso decidieron dejar las cosas claras desde el principio. Una peluda pata de caballo Shire (una raza brit¨¢nica, como la propia dise?adora) saludaba a la inmensidad digital en la primera publicaci¨®n de la marca. Ni bolsos, ni zapatos, ni complementos. Los objetos de deseo de la firma quedaron en un segundo plano en la primera toma de contacto con sus seguidores (aunque la pata bien podr¨ªa ser un gui?o a las chanclas peludas que tanto ¨¦xito cosecharon hace algunas temporadas). Una declaraci¨®n de intenciones que sigue vigente en las otras setenta publicaciones que, por el momento, acumula el perfil. Es cierto que hay espacio para im¨¢genes del desfile o de la campa?a, s¨ª, pero el n¨²cleo duro del Instagram de C¨¦line est¨¢ formado por publicaciones que desaf¨ªan las reglas de Instagram. La red social que naci¨® con el prop¨®sito de compartir con el mundo im¨¢genes preciosistas y cuidadas a golpe de filtro encuentra su ant¨ªtesis en el perfil de C¨¦line.
Mientras la masa se esfuerza por fotografiar comida apetecible como si fuera arte, la casa francesa captura un mejunje de pasteles despedazados. Donde otros apuestan por una modelo de proporciones ¨¢ureas y poses inveros¨ªmiles, Philo sit¨²a a una mujer con curvas tumbada en la cama. Porque para la maison el verdadero lujo est¨¢ en la imperfecci¨®n, en una interpretaci¨®n de la belleza en la que un bloque de cemento, una rueda o un interruptor resultan m¨¢s interesantes que un objeto de deseo iluminado y encuadrado a conciencia. Por supuesto que C¨¦line se ha hecho Instagram para ser m¨¢s comercial, llegar al p¨²blico y vender m¨¢s. Pero no por eso parecen dispuestos a traicionar sus valores.
Una de las razones por las que Phoebe Philo dej¨® Chlo¨¦ ¨Cfirma que dirigi¨® entre 2001 y 2006¨C fue porque ?la casa ten¨ªa una est¨¦tica muy definida que ten¨ªa que seguir. En C¨¦line, sin embargo, tengo el control creativo al 100%?, confes¨® la dise?adora a Alexandra Shulman (Vogue) en una de las pocas entrevistas que ha concedido en estos a?os. Ese concepto creativo hace referencia a unos principios muy claros a los que no est¨¢ dispuesta a renunciar ni en el mundo real, ni en el digital. ?Creo que hay un mensaje pol¨ªtico tras la firma: debemos ense?ar a las chicas j¨®venes a sentirse bien¡ No tengo ning¨²n problema en ver a una mujer luciendo cualquier cosa siempre que la haya elegido por s¨ª misma. Pero creo que hay demasiadas im¨¢genes de mujeres sexualizadas y muchas que se visten para otras personas perdiendo su propio poder en el proceso¡±, declar¨® Philo durante el encuentro. Por eso su ropa, su imaginario y todo lo que emana de C¨¦line desprende una sofisticaci¨®n con alergia a la sexualizaci¨®n (solo hay que ver el propio uniforme de la dise?adora para entenderlo: zapatillas blancas, jers¨¦is de cashmere y pantalones anchos). Su campa?a para el pr¨®ximo invierno da buena cuenta de ello: una joven sin rastro de maquillaje vestida con un anodino conjunto blanco, una mujer negra con pelo corto envuelta en una camisa masculina y una chica curvy en ropa interior, imagen seleccionada para representar la mujer C¨¦line en su perfil de Instagram.
C¨¦line tambi¨¦n aplica en sus publicaciones el principio que rige sus colecciones, y que la ha llevado a ser una de las firmas m¨¢s influyentes y copiadas de la industria: el fe¨ªsmo. Al igual que Miuccia Prada o Martin Margiela, Phoebe Philo tiene la capacidad de convertir unas chanclas peludas, unos zapatos blancos abueliles o unas sandalias con medias en objeto de deseo y tendencia de la temporada. Lo que, de entrada, produce rechazo visual es en realidad una interpretaci¨®n distinta de la belleza. Lo mismo que ocurre en su Instagram. Unas salchichas grasientas con pur¨¦, unas flores envueltas en papel reflectante o unas gafas de sol apoyadas en un bloque de arena que se desmorona son su particular forma de desafiar las leyes est¨¦ticas y dejar claro al mundo que, con Instagram o sin ¨¦l, C¨¦line no dejar¨¢ de ser C¨¦line.
Y en medio de la superficialidad y la obsesi¨®n por la perfecci¨®n que gastan la mayor¨ªa de las firmas de lujo, el perfil de maison francesa es un oasis que invita a la iron¨ªa y el humor. La cuenta est¨¢ dominada por una espontaneidad que la mayor¨ªa reservar¨ªa para alg¨²n Stories desenfadado y puntual pero que Phoebe Philo defiende como estandarte de su particular forma de entender la moda y su marca. Y en ese universo no hace falta seguir tropecientas cuentas (su marcador de ¡®seguidos¡¯ est¨¢ a cero) ni generar likes f¨¢ciles. Mejor entretener a sus seguidores descifrando sus mensajes y dej¨¢ndoles con ganas de m¨¢s. Una pena que a t¨ªtulo personal probablemente Phoebe Philo jam¨¢s estrene cuenta.
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Sobre la firma
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