?Qui¨¦n es Coco Schwab y por qu¨¦ Bowie le dej¨® una herencia de dos millones?
La secretaria del artista se convirti¨® en su mejor amiga, presunta amante y salvavidas en su peor etapa de excesos y drogas. Hablamos con Paul Trynka, bi¨®grafo del m¨²sico, para entender su figura.
¡°Cuando necesitaba resucitar mi alma la llam¨¦ / Cuando estaba rompi¨¦ndome en pedazos, grit¨¦ de dolor / Su mano suave me sujet¨® / Me invadi¨® un amor verdadero [¡] No me defraud¨®. Ella nunca me defraud¨®¡±.
Escuchando la letra de Never Let Me Down, uno de los temas del ¨¢lbum hom¨®nimo de David Bowie, no es dif¨ªcil percatarse de que la canci¨®n habla de una mujer clave en su existencia, un salvavidas que le rescat¨® del naufragio y que estuvo a su lado cuando m¨¢s la necesitaba. El disco, decimos¨¦ptimo en la carrera de la desaparecida leyenda, fue lanzado en abril del 87, siete a?os despu¨¦s de la separaci¨®n de su primera mujer, Angela Barnett, y cinco a?os antes de casarse con la segunda, la supermodelo Iman. M¨¢s all¨¢ de una cuesti¨®n de fechas, sabemos que el mensaje no iba dedicado a ninguno de los dos grandes amores de su vida. Corinne ¡®Coco¡¯ Schwab, su secretaria, fue quien inspir¨® uno de los temas m¨¢s personales de su discograf¨ªa.
La figura de Coco, fundamental para entender la historia de Bowie, ha pasado bastante desapercibida para el gran p¨²blico. Al menos hasta la fecha. Hace un par de d¨ªas, la noticia del reparto de la fortuna del cantante, estimada en unos 100 millones de d¨®lares, puso el foco medi¨¢tico en su asistente personal, esa mujer a la que Ziggy Stardust hab¨ªa decidido dejar dos millones de d¨®lares en herencia. El motivo de que su nombre figure junto al de su mujer o sus hijos, principales beneficiarios de su testamento (la que fuera ni?era de su primog¨¦nito tambi¨¦n recibi¨® un mill¨®n), tiene m¨¢s que ver con la deferencia que se tiene con un buen amigo que con la generosidad de un jefe agradecido. Schwab fue mucho m¨¢s que su secretaria, su asistente o su manager. Permaneci¨® a su lado durante 43 a?os, se convirti¨® en su mejor amiga y le salv¨® del oscuro abismo de las drogas cuando el artista tuvo serios problemas con la coca¨ªna en los setenta. ¡°En esencia, entreg¨® toda su vida por ¨¦l. Ella era en muchos sentidos su ¨²ltima compa?era intelectual y Bowie nunca tuvo que cuestionar su devoci¨®n a la causa¡±, explica a S Moda Paul Trynka, bi¨®grafo de Bowie y autor de Starman, obra calificada por la revista Rolling Stone como ?el retrato m¨¢s completo y convincente de la vida de Bowie?.
Schwab empez¨® a trabajar para la agencia que representaba a Bowie en 1973. Seis meses despu¨¦s, el m¨²sico la fich¨® como asistente personal convirti¨¦ndose en su principal compa?¨ªa durante uno de sus tours por Am¨¦rica. El documental Cracked Actor (Alan Yentob, 1974) muestra a la joven viajando junto al cantante por Los ?ngeles y numerosas fotograf¨ªas de la ¨¦poca y de las siguientes d¨¦cadas prueban su cada vez m¨¢s estrecha relaci¨®n: Bowie y Schwab en una fiesta, Bowie y Schwab durante un viaje a Jap¨®n, Bowie y Schwab celebrando un cumplea?os o compartiendo plano con Iggy Pop y el resto de la pandilla que rodeaba al m¨²sico. Cuentan que su ¨ªntima amistad lleg¨® a despertar los celos de Angela Barnett, esposa de Bowie en aquel momento, y que incluso a?os despu¨¦s la modelo y actriz la culpar¨ªa de haber roto su matrimonio. Sin embargo, su relaci¨®n, m¨¢s all¨¢ de lo estrictamente profesional, nunca lleg¨® a ponerse etiquetas. Hubo algunos, como la periodista Lesley Ann Jones, que afirmaron que hab¨ªan sido amantes durante alg¨²n tiempo. Otros, compararon su relaci¨®n con la de una madre y un hijo, afirmando que Bowie hab¨ªa encontrado en ella una especie de referente maternal. ¡°Aquellos que los conocieron bien dicen que ella estuvo enamorada de ¨¦l, pero eso fue solo una parte de su relaci¨®n. Schwab es una mujer muy inteligente y cosmopolita que se ocupaba de todo aquello que ¨¦l no quer¨ªa hacer y le proteg¨ªa de la prensa o de los fans enloquecidos. Fue vital para ayudarle a controlar su propia carrera¡±, nos cuenta el bi¨®grafo del artista.
Pero m¨¢s all¨¢ de dirigir su relaci¨®n con la prensa y de acompa?arle a todas partes, siempre en segundo plano y con un atuendo bastante m¨¢s discreto que el del resto del s¨¦quito que segu¨ªa al artista, Schwab fue una pieza clave en los momentos m¨¢s oscuros de Bowie. Ella fue quien le salv¨® del desenfreno que viv¨ªa en Los ?ngeles, en una ¨¦poca en la que su palidez y delgadez extremas, causadas por un consumo descontrolado de coca¨ªna, parec¨ªa que iban a acabar con ¨¦l en cualquier momento. ¡°Decir que Bowie fue un adicto a las drogas es una visi¨®n simplista. Lo que est¨¢ claro es que ella le apoy¨® desde un punto de vista maternal, le ayud¨® a planear su traslado a Berl¨ªn, posiblemente encontr¨® su nuevo apartamento en Sch?neberg y le alej¨® de los traficantes de drogas. Sin embargo, fue el autocontrol de Bowie el que le ayud¨® a darle una patada a la coca¨ªna, sobre todo, durante las noches¡±, afirma Trynka. Esta etapa de la carrera del m¨²sico, conocida como trilog¨ªa berlinesa (entre 1976 y 1978), marc¨® su distanciamiento del rock m¨¢s can¨®nico y le sirvi¨® para renovar su discurso musical y relajar sus excesos. En aquella ¨¦poca, Schwab se convirti¨® en la persona m¨¢s importante de la vida de la estrella, como ¨¦l mismo llegar¨ªa a afirmar. ¡°Mi estilo de vida en esos a?os fue bastante loco y tuve un aut¨¦ntico colapso. Coco fue la persona que me dijo que me estaba convirtiendo en un idiota y me hizo salir de aquello¡±, confes¨® Bowie.
En Coco el artista encontr¨® la luz y el equilibrio personal, pero tambi¨¦n la mejor consejera profesional. ¡°Fue ella quien permiti¨® a Bowie tomar el control de su carrera. Coco, Bowie y su primer manager, Pat Gibbons, supervisaron todo. Despu¨¦s, Bill Zysblat se hizo cargo de la gesti¨®n empresarial. No s¨¦ si ella fue especialmente influyente en su relaci¨®n con la prensa o en su forma de relacionarse con la moda, pero es cierto que controlaba qui¨¦n acced¨ªa a ¨¦l y todo lo que le rodeaba¡±. Su trabajo diario junto al artista era mucho menos met¨®dico que el de una simple asistente y depend¨ªa mucho de la ¨¦poca (hubo periodos en los que ella estuvo viviendo en California), pero algunos la han definido como el tel¨¦fono m¨®vil de un artista que se neg¨® a tener uno. ¡°Lo mejor es pensar en ella como una barrera y un conducto, entre David y todo lo dem¨¢s¡±, insiste Trynka, uno de los mayores expertos en la figura del genio.
Tan significativa fue la relaci¨®n entre Bowie y su gran confidente que, muchos amigos del m¨²sico, mostraron a Coco sus condolencias tras conocerse la noticia de su muerte (ella, por cierto, fue una de las pocas personas que conoc¨ªan la enfermedad con la que el cantante lidiaba desde hac¨ªa varios meses) y le dieron las gracias p¨²blicamente por el ¡°inquebrantable amor que siempre mostr¨® por ¨¦l¡±. Bowie, adem¨¢s de dejarle en herencia dos millones de d¨®lares, quiso mostrar por ¨²ltima vez su confianza en ella nombr¨¢ndola tutora legal de su hija Alexandria en caso de que su madre Iman fallezca antes de que la joven alcance la mayor¨ªa de edad. La prueba irrefutable de lo que esta mujer signific¨® para un hombre que pasar¨¢ a la historia como uno de los mayores referentes art¨ªsticos, est¨¦ticos e incluso sexuales del siglo XX. Porque en palabras de Trynka, gran parte de todo esto se lo debe a la mujer que le ayud¨® a superar los momentos m¨¢s oscuros. A aquella que estaba all¨ª ¡°cuando todo el mundo le hab¨ªa fallado o cuando tropezaba o se dejaba llevar por la locura de las juergas y de las drogas. A la ¨²nica persona con la que siempre pod¨ªa contar¡±.
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