Esto es lo que pasa cuando Roland Mouret apadrina a j¨®venes dise?adores de Barcelona
El creador asesor¨® a la ¨²ltima edici¨®n del Barcelona Designers Collective, que pronto se replicar¨¢ en Madrid. En una mesa redonda sin mordazas, los emergentes y el veterano dise?ador discutieron estrategias de supervivencia.
C¨®mo hacerse un hueco en una industria que, por decirlo como una pel¨ªcula mal doblada, ?no toma prisioneros?. Y lo que es m¨¢s complicado aun, c¨®mo mantenerlo. Esa fue la ecuaci¨®n a resolver en la charla que mantuvieron el dise?ador Roland Mouret ¨Ccreador del famoso vestido Galaxy y conocido por sus hechuras cercanas a la costura¨C y los fundadores de cinco firmas seleccionadas del proyecto Barcelona Designers Collective. Por cuarto a?o consecutivo el FAD, la hist¨®rica asociaci¨®n de dise?adores de la capital catalana, ha seleccionado m¨¢s de 70 nuevas marcas de moda, interiorismo y grafismo que se vender¨¢n hasta finales de agosto en una tienda ef¨ªmera de La Roca Village. En octubre, la experiencia llegar¨¢ a Madrid, m¨¢s centrada en la artesan¨ªa.
A las marcas no solo les sirve para vender, tambi¨¦n para aprender sobre su perfil de cliente. La polaca Ika, por ejemplo, descubri¨® el a?o pasado que sus t¨²nicas fluidas y minimalistas tienen un mercado natural en los pa¨ªses ¨¢rabes. Ella, junto a Zazo & Brull, Colmillo de Morsa, Maria Roch y V¨ªctor Fern¨¢ndez, de Victor von Schwarz, se sent¨® a hablar sobre las dificultades (y la alegr¨ªas) del sector con el mentor de este a?o, un franc¨¦s que forj¨® su nombre en Inglaterra.
A Mouret le llamaron la atenci¨®n vuestros precios. Los encontr¨® muy baratos.
ROLAND MOURET: La realidad del dise?ador es el cash flow, el dinero que te queda entre la creaci¨®n de la pieza y la venta. Si el margen no es el correcto, no vas a salir adelante. Si empiezas desde un precio m¨¢s alto, tu cliente lo entender¨¢ cuando lo bajes m¨¢s adelante. ?Cu¨¢l es vuestro margen de beneficio?
COLMILLO DE MORSA: 2,7 [por ciento] para la Uni¨®n Europea, 3 [por ciento] para fuera de la UE. Nuestras prendas se venden en tienda a precios entre 100 y 300 euros.
R.M.: Eso no son precios de dise?ador, son de low contemporary. Tienes que tener cierto nivel para mantener ese estatus. Si no, tu cliente te dejar¨¢ por una alternativa m¨¢s barata.
VICTOR VON SCHWARZ: Yo sub¨ª los precios hace dos a?os y ahora vendo m¨¢s, tengo algunas piezas de 300 a 500 euros. Pero he de decir que no vendo en Espa?a, solo en algunos mercadillos. Ahora estoy pensando en mudarme a Taiw¨¢n, donde tengo tienda, y trabajar desde all¨ª. Los n¨²meros cuadran y mi estilo poppy conecta m¨¢s con el gusto de ese pa¨ªs que con el de aqu¨ª.
La situaci¨®n en Espa?a es complicada. Los creadores coinciden en que no se vende a partir de cierto precio.
R.M.: Pero ?quer¨¦is ser considerados dise?adores espa?oles o internacionales? Ayer fui a La Roca Village y vi muchos turistas. Vendedles a ellos.
C.D.M.: Eso es as¨ª. En nuestra tienda del barrio de Gr¨¤cia, de Barcelona, el 90% de las ventas son a turistas.
Z&B: Nosotros tambi¨¦n ten¨ªamos antes tienda en Barcelona y el problema es que not¨¢bamos mucha diferencia entre las ventas en verano y el resto del a?o.
R.M.: Lo bueno de un problema es que lo puedes cambiar. En lugar de poner un precio para cazar a dos consumidores, pon uno que te permita capturar a uno solo, pero que sea el correcto. Toma ese riesgo, porque las cosas cambiar¨¢n. Yo empec¨¦ en una cocina hace 20 a?os, os aseguro que no ten¨ªa nada. Me arruin¨¦ dos veces durante los primeros a?os porque no quer¨ªa vender, quer¨ªa disfrutar del proceso.
IKA: Como idea es perfecta. Haz tu producto, enf¨®cate en la creatividad, haz algo cool. Pero la realidad es distinta. Tienes que vender el producto. Como no vendas, no hay creatividad.
Mouret dice que el ego es la primera herramienta del dise?ador. ?C¨®mo and¨¢is de eso?
IKA: Debemos andar bien, porque todos hemos fundado nuestras propias marcas. Si no, trabajar¨ªamos para otro.
R.M.: Fui a Par¨ªs a dar una charla en una escuela de moda y les pregunt¨¦: ¡®?Qui¨¦n de aqu¨ª cree que es el mejor dise?ador del mundo y va a cambiar el curso de la moda?¡¯ Nadie levant¨® la mano. Tuve que repetirlo tres veces. El ego es importante, no es negativo. Sin ¨¦l, no sobrevives.
Usted perdi¨® hace unos a?os el derecho a usar su propio nombre, justo cuando estaba en lo m¨¢s alto. ?C¨®mo se sobrepone uno a un rev¨¦s de este tipo?
R.M.: Me apareci¨® un socio capitalista que quer¨ªa invertir en moda. Despu¨¦s de cinco a?os, nos separamos. Fue como un divorcio. ?l quer¨ªa el 70% del uso de mi nombre y yo se lo di todo porque la energ¨ªa para luchar contra ¨¦l me iba a desgastar. Lo m¨¢s duro fue llamar a mi padre y decirle: ?Pap¨¢, he perdido tu nombre?.
Su padre es carnicero en Lourdes. ?Qu¨¦ pens¨®?
R.M.: Le dije que alg¨²n d¨ªa lo recuperar¨ªa. Pero todo eso me hizo m¨¢s fuerte. Me di cuenta de que el producto es m¨¢s importante que el nombre. Puedes reconocer uno de mis vestidos a 30 metros. Empec¨¦ a usar mis iniciales, RM, y me recuper¨¦. Tambi¨¦n perd¨ª el patr¨®n del Galaxy. Chicos, he estado en vuestro lugar y lo disfrut¨¦. Es como un perro con tres patas: aprendes a ser m¨¢s fuerte porque la gente cree que eres m¨¢s d¨¦bil.
?Les recomendar¨ªa centrarse en el monoproducto? Muchas marcas emergentes se hacen hueco as¨ª.
R.M.: Est¨¢ pasando cada vez m¨¢s. Es una buena soluci¨®n, aunque no sea la mejor. Se te conocer¨¢ por una sola cosa y el producto se convertir¨¢ en algo m¨¢s grande que t¨².
C.D.M.: Nosotros tambi¨¦n lo hemos comprobado en las ¨²ltimas ferias a las que hemos ido. Las marcas monoproducto eran las que estaban teniendo mejores ventas.
R.M.: Les he dicho a unos compa?eros vuestros que hacen un solo producto, la marca de gafas Lool, y les est¨¢ yendo muy bien: ¡®?Est¨¢is guardando dinero para llevar a los tribunales a las grandes marcas que os copiar¨¢n¡¯?
?Hab¨¦is tenido experiencias similares con marcas que han hecho dise?os sospechosamente parecidos?
C.D.M.: Todo el rato. La mitad de nuestras colecciones acaban en Zara. Nuestros amigos nos env¨ªan fotos.
Z&B: Te genera mucha frustraci¨®n. El consuelo que te queda es pensar que no pueden meterse en tu cabeza.
R.M.: Si no quer¨¦is el problema de Zara, no pens¨¦is en el cliente de Zara. Mis clientes no compran all¨ª, mi plantilla s¨ª. No vais a inventar el pantal¨®n de cinco piernas, pero intentad sorprender.
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