La historia de la marca que convirti¨® el coletero de toda la vida en un espectacular tocado

Cuando en 2018 Shelly Horst y Dryw Scully, un matrimonio estadounidense, decidieron dejar sus trabajos para montar su propia marca jam¨¢s imaginaron que lo que empez¨® de forma casera en una habitaci¨®n vac¨ªa de su casa en Filadelfia acabar¨ªa dando lugar a una firma que, aunque peque?a, ha logrado captar la atenci¨®n de prensa y clientes de todo el mundo. Bajo el nombre de Room Shop Vintage comenzaron el proyecto vendiendo algunos art¨ªculos vintage que hab¨ªan recopilado en sus viajes, pero pronto se les ocurri¨® la idea que la har¨ªa reconocible: fabricar coleteros gigantes.

?Ten¨ªamos por ah¨ª un retal que hab¨ªamos usado como fondo para disparar unas fotos y al que quer¨ªamos darle uso. En noviembre de 2018 me di cuenta de que los scrunchies [esos coleteros de tela tan populares en los 80] volv¨ªan a estar de moda y pens¨¦ que pod¨ªamos hacer los nuestros con tejido reciclado. Eso s¨ª, ten¨ªan que ser distintos al resto, as¨ª que decidimos hacerlos enormes?, cuenta Shelly Horst a S Moda. Tras varias pruebas con tejidos distintos se dieron cuenta de que el resultado que daba la organza hac¨ªa de sus coleteros piezas especiales y diferentes. Y as¨ª empez¨® todo.

A partir de tejidos descatalogados que encuentran en tiendas de su ciudad elaboran vistosos scrunchies que ya han conquistado Instagram. ?Pensilvania es un centro textil hist¨®rico as¨ª que hay tiendas de m¨¢s de cien a?os donde compramos las telas. Una de nuestras favoritas tiene un s¨®tano enorme repleto de retales antiguos?, explica la dise?adora. Aunque sus coleteros pueden elegirse en varios tama?os ¨Clos mini cuestan unos 10 euros y los m¨¢s grandes rondan los 30¨C, el modelo Cloud confeccionado en organza y de proporciones XXL es el gran hit de la marca. Est¨¢ disponible en colores que van del verde al morado pasando por el azul, el rosa o el blanco. Estos ¨²ltimos incluso son elegidos por novias que quieren un accesorio distinto para el gran d¨ªa. ?Sobre todo ahora que muchas bodas se est¨¢n celebrando virtualmente es genial tener un tocado que llame tanto la atenci¨®n en Zoom?, aduce Horst. Conocedora del ¨¦xito que tienen sus piezas entre asistentes a eventos varios, tambi¨¦n ha creado versiones m¨¢s festivas que incluso incorporan plumas o pedrer¨ªa. Aut¨¦nticos tocados que parten de un coletero de toda la vida.

Para la fundadora de Room Shop Vintage, el ¨¦xito de su idea se justifica porque ?la moda ha sido muy aburrida durante mucho tiempo y ahora que el mundo es un desastre la gente solo quiere divertirse con ella y ser un poco extravagante?. As¨ª explica el furor por los complementos de tama?o polarizado: de los sombreros de paja enormes ideados por Jacquemus a los nanobolsos en los que no caben ni dos monedas firmados por ¨ªdem. ?Nuestros coleteros ofrecen ese juego de dimensiones, pero a un precio asequible?, a?ade.

Adem¨¢s de coleteros, en Room Shop Vintage es posible encontrar piezas vintage, idea de la que parti¨® la marca, de firmas como Prada, algunas blusas de creaci¨®n propia y otros accesorios como pa?oletas y, ahora tambi¨¦n, mascarillas. ?A nuestros clientes les preocupa el medioambiente y toma decisiones responsables con ¨¦l cuando gasta su dinero. ?Por qu¨¦ hacer algo nuevo cuando puedes comprar una versi¨®n vintage, que es mejor para la naturaleza y es m¨¢s especial??, se pregunta la dise?adora. Su granito de arena pasa por la fabricaci¨®n local y la recuperaci¨®n de telas ya existentes, reduciendo la huella de carbono al no producir nada desde cero. ?Aunque ahora estamos haciendo nuestros productos seguiremos complement¨¢ndolos con piezas antiguas porque forma parte de nuestro ADN?, a?ade.

Los srunchies han recuperado su popularidad los ¨²ltimos tiempos convirti¨¦ndose en una pieza asociada a las marcas que producen de forma consciente creando ediciones limitadas a partir de retales. Hablamos de firmas que han ganado notoriedad gracias a Instagram como Maison Cl¨¦o o Olivia Rose The Label. Ambas regalan un coletero a juego con sus blusas y vestidos con cada pedido utilizando el mismo tejido y creando as¨ª visuales conjuntos. ?En nuestro caso regalar un scrunchie no fue algo planeado, surgi¨® de forma natural porque mi madre siempre que me hac¨ªa ropa utilizaba la tela sobrante para hacer uno, as¨ª que cuando creamos la marca quisimos hacer lo mismo. Tengo much¨ªsimas fotos de ella combinando look con la goma del pelo. Me encanta?, cuentan desde Maison Cl¨¦o a esta revista.

Su resurrecci¨®n, impulsada por marcas como la neoyorquina Maison Gavriel o la n¨®rdica Ganni ya en 2017, contin¨²a explorando nuevos terrenos tres a?os despu¨¦s. Incluso grandes cadenas como Mango, que regala uno de estos coleteros a juego con uno de sus vestidos esta temporada, se han subido a la ola. Si el pasado verano fue el momento de las diademas este, sin duda, ser¨¢ otra vez el de los scrunchies. Mejor si son bien llamativos y visibles hasta en videollamada.