Sheryl Sandberg: mujer + ¨¦xito = bomba medi¨¢tica
La directora operativa de Facebook incendia EE?UU con Vayamos adelante, un involuntario manifesto feminista que despierta tanta adhesi¨®n como rechazo.
Se llama Sheryl Sandberg, tiene 44 a?os, dos hijos, un par de licenciaturas en Harvard, una mansi¨®n en Palo Alto y un cargo en Facebook como n¨²mero dos de Mark Zuckerberg. Est¨¢ claro que tiene la vida resuelta, pero le gustan los retos. El ¨²ltimo consiste en resucitar la lucha por la igualdad. Si es necesario, con desfibrilador. Y todo con Lean In, un libro a medio camino entre la autobiograf¨ªa y el manual de autoayuda, destinado a las mujeres perdidas en el laberinto empresarial. El pr¨®ximo jueves aparece en castellano con el t¨ªtulo Vayamos adelante: Las mujeres, el trabajo y la voluntad de liderar (Conecta), solo unas semanas despu¨¦s de su publicaci¨®n en EE?UU, donde ya ha despachado m¨¢s de 200.000 ejemplares.
En 1963, Betty Friedan consigui¨® despertar las conciencias con su libro M¨ªstica de la feminidad, destinado a las amas de casa de la posguerra estadounidense, alienadas por un modelo decimon¨®nico de mujer y esposa perfecta en el que ya no quer¨ªan reconocerse. Medio siglo m¨¢s tarde, Sandberg pretende hablar de otro silencioso malestar: el de una inmensa mayor¨ªa de f¨¦minas que tienen la sensaci¨®n de estar haciendo algo mal en el mundo profesional.
Sandberg ha pasado media vida trabajando en el Banco Mundial, el Tesoro estadounidense o Silicon Valley; y dice saber que el techo de cristal no lo imponen solo condicionantes externos, sino tambi¨¦n las propias mujeres que renuncian a sus ambiciones por una vida familiar. Sandberg las incita a demoler esos obst¨¢culos internos. ?A lo largo de mi vida, me han hablado de la desigualdad en el trabajo, pero nunca me dijeron nada sobre c¨®mo yo misma pod¨ªa ser un lastre?, escribe. ?Podemos volver a encender la revoluci¨®n interioriz¨¢ndola. El giro hacia un mundo m¨¢s igualitario suceder¨¢ persona por persona?.
A lo largo de 200 p¨¢ginas, Sandberg ¨Cquien ha declarado que el feminismo que se puede entrever en el texto es totalmente involuntario¨C da m¨²ltiples consejos para escalar hasta la cima, desde negociar el salario sin rubor hasta abandonar el trabajo a las cinco y media de la tarde. Pero su proyecto incluye adem¨¢s reuniones mensuales de entre 8 a 12 mujeres, con tareas extra ¨Ccomo comentar un v¨ªdeo sobre c¨®mo mejorar la autoridad a trav¨¦s de la forma de hablar¨C. Hace un mes que el libro est¨¢ en boca de medio mundo, aunque no siempre para hacerle piropos. The New York Times ya le ha dedicado dos art¨ªculos peyorativos. La editorialista Maureen Dowd la llam¨® ?la cheerleader del feminismo? en una columna en la que la acusaba de ?querer remediar paradigmas sociales con una mezcla de ch¨¢chara, sesi¨®n de Oprah Winfrey y arenga corporativa?.
No es la ¨²nica que no puede con Sheryl. Tachada de ingenua y de neoconversa, se le ha reprochado la fea costumbre de culpabilizar a la v¨ªctima y dejar al margen el papel de las instituciones y las pol¨ªticas de igualdad. Pero tambi¨¦n su estatus de privilegiada, que le pone la conciliaci¨®n m¨¢s f¨¢cil que a otra mujer con menos liquidez. ?Sheryl no pretende ser un modelo. Solo evidencia los desaf¨ªos a los que se enfrentan las mujeres para llegar al liderazgo?, responde la empresaria Kathy Caprino, que hace cinco a?os escribi¨® un libro similar sobre el liderazgo femenino, Breakdown Breakthrough. ?Que haya tenido ¨¦xito no significa que no haya pasado por la discriminaci¨®n?.
Mientras existen grupos feministas como Liaison Femme, que ganan fuerza gracias a iniciativas colectivas, Sheryl encuentra resistencia entre sus batallones, en los que hay mujeres que se niegan a participar en sus reuniones. En su edici¨®n del 25 de marzo, la revista New York sit¨²o en su portada a ?las amas de casa feministas?: profesionales de ¨¦xito que deciden dedicarse a las tareas dom¨¦sticas y cuidar a los ni?os. ?Sandberg argumenta que la nueva revoluci¨®n tiene que empezar por las mujeres?, sostiene la periodista Lisa Miller. ?Pero ?qu¨¦ pasa si tanta lucha es demasiado? ?Qu¨¦ pasa si una mujer no tiene su mismo nivel de ambici¨®n??. La insurrecci¨®n de Sandberg ha empezado, pero tambi¨¦n la contrarrevoluci¨®n. Tal vez sea la prueba de que su libro es significativo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.