Acantilado de cristal o la trampa sexista de ceder el poder a las mujeres en situaciones de crisis
¡°Las mujeres tienen m¨¢s probabilidades de ser nombradas para puestos de liderazgo en tiempos de crisis que cuando todo va bien?. Analizamos el fen¨®meno de la mano de dos expertas.
Cuando una mujer consigue atravesar el techo de cristal de una organizaci¨®n, no se acaban las dificultades. Ese l¨ªmite ¡°invisible¡± marca una realidad tangible que condiciona a muchas mujeres en el entorno laboral, donde acceder a puestos de liderazgo es m¨¢s dif¨ªcil para ellas por cuesti¨®n de g¨¦nero -en Espa?a solo los ocupan en un 35% frente al 65% de hombres-. Pero las que lo consiguen pueden verse afectadas por el fen¨®meno del acantilado de cristal. ¡°Las mujeres tienen m¨¢s probabilidades de ser nombradas para puestos de liderazgo en tiempos de crisis en comparaci¨®n con cuando todo va bien¡±, explica a S Moda Michelle K. Ryan, doctora en psicolog¨ªa social que en 2004, junto a Alexander Haslam, acu?¨® el t¨¦rmino en una investigaci¨®n de la Universidad de Exeter. ¡°Esto hace que sus posiciones de liderazgo sean potencialmente m¨¢s precarias y de riesgo, y puede contribuir a la subrepresentaci¨®n de las mujeres en estos puestos¡±. Una tendencia que, seg¨²n se?ala la investigadora, ¡°se ha demostrado en muchos ¨¢mbitos diferentes, incluidas las organizaciones comerciales, la pol¨ªtica, la educaci¨®n y los deportes¡±.
El caso de Theresa May y la crisis del Brexit es ¡°un excelente ejemplo¡± para entender el fen¨®meno, se?ala Michelle K. Ryan. May fue elegida como primera ministra brit¨¢nica cuando David Cameron present¨® su renuncia a permanecer en Downing Street como l¨ªder del Partido Conservador tras el refer¨¦ndum del Brexit. Desde entonces lider¨® el proceso y durante los tres a?os de mandato perdi¨® una parte importante del apoyo de los votantes conservadores, de su propio partido y tuvo visibles dificultades para alcanzar un acuerdo de salida. En junio de este a?o dimit¨ªa entre l¨¢grimas y, desde The Guardian, Stefan Stern reflexionaba sobre c¨®mo esa imagen y su gesti¨®n durante esos a?os cr¨ªticos para Reino Unido ¨Cindependientemente de la opini¨®n del periodista sobre la pol¨ªtica¨C ser¨ªan interpretadas de manera diferente (y m¨¢s injusta) que si Theresa May fuera un hombre. ¡°El declive y la ca¨ªda de May solo confirmar¨¢n a los ojos de ciertos hombres el pensamiento de que las mujeres simplemente no pueden hacerlo bien en puestos superiores (¡) Su experiencia puede disuadir a otras mujeres talentosas de presentarse¡±.
Junto al ejemplo de May, Ryan apunta a otros casos. Christine Lagarde cuando se puso al frente del FMI durante la crisis del euro ¨Cy con su reciente aterrizaje como l¨ªder en el BCE tambi¨¦n en un momento complejo, como se?ala Luis Doncel en su art¨ªculo Christine Lagarde: una estrella del rock rodeada de peligros, en El Pa¨ªs¨C. O el de Marissa Mayer en Yahoo, que abandon¨® su prometedora carrera en Google para convertirse en CEO de una empresa que a su llegada en 2012 atravesaba un momento ¡°ca¨®tico¡± y de p¨¦rdidas en lo que el analista tecnol¨®gico Paul Safflo se?al¨® a USA Today como ¡°un acto suicida¡±, que ha mantenido a la que fuera una de las primeras ingenieras de Google y primer nombre femenino en sonar fuerte en Sillicon Valley en un segundo plano que difiere de la carrera que se le auguraba.
Con estos antecedentes, es imposible que en Espa?a no salten las alarmas al pensar en el caso In¨¦s Arrimadas como potencial candidata al frente de Ciudadanos. Un cargo que la pol¨ªtica podr¨ªa asumir a partir del congreso del partido que se celebrar¨¢ en marzo y al que llegar¨ªa en el peor momento de la formaci¨®n, tras la dimisi¨®n de Albert Rivera despu¨¦s de la debacle electoral del pasado 10-N, donde perdieron 47 de sus 57 esca?os en el Congreso. No obstante y como remarca a S Moda Laura Vieten, psic¨®loga especializada en psicolog¨ªa social y autora de la tesina El acantilado de cristal: crisis, liderazgo y g¨¦nero (UGR, 2013): ¡°No podemos hablar de una causa-efecto ni decir que todas las mujeres que est¨¢n en posici¨®n de liderazgo en empresas en crisis est¨¢n en el acantilado de cristal. Hay que ver siempre muy bien el contexto de cada caso¡±.
Por qu¨¦ se empuja a las mujeres al acantilado de cristal: teor¨ªas
Vieten apunta a tres teor¨ªas principales de estudio para tratar de justificar el fen¨®meno. La primera, que defiende tambi¨¦n K. Ryan a trav¨¦s de su investigaci¨®n, tiene que ver con los estereotipos de g¨¦nero. ¡°Los rasgos t¨ªpicos asociados a una mujer, como la intuici¨®n, empat¨ªa o cuidado del grupo, coinciden con las caracter¨ªsticas que se asignar¨ªan a un l¨ªder en ¨¦pocas de crisis. Sin embargo, los rasgos que se buscan en un l¨ªder en ¨¦poca de ¨¦xitos y bonanza (fuerza, ambici¨®n, contundencia), se solapan con los estereotipos t¨ªpicamente masculinos¡±. La segunda teor¨ªa, explica, tiene que ver con una ¡°ideolog¨ªa sexista dentro de la empresa, que asignar¨ªa a una mujer un puesto de poder en ¨¦poca de crisis porque hay pocas posibilidades de desarrollo para ella¡±. Esta es, seg¨²n los investigadores, la que presenta menos evidencias para sostenerla. La tercera tiene que ver con la ?identidad social dentro de la organizaci¨®n?. El endogrupo ser¨ªan los hombres (lo que predomina) y el exogrupo, las mujeres. As¨ª, si en un momento controvertido se cede el liderazgo a un miembro de la minor¨ªa, que no pertenece al grupo dominante, ¡°se justifica el fracaso¡±, explica Laura Vieten. ¡°Se dir¨¢: ¡®hemos fracasado porque ten¨ªamos un l¨ªder at¨ªpico¡±.
¡°Aunque el sexismo hostil no est¨¢ relacionado directamente con el acantilado de cristal, s¨ª se observa que el neosexismo tiene un papel moderador. El neosexismo, apunta Vieten, ¡°reconoce los valores igualitarios pero mantiene sentimientos residuales sexistas y niega la necesidad de medidas para combatirlo¡±. Aunque no sea causante, ¡°los participantes que obtienen mayor puntuaci¨®n en la escala para medirlo que dise?¨® Tougas, s¨ª que est¨¢n m¨¢s relacionados con el pensamiento de que las mujeres son m¨¢s id¨®neas para estos puestos cuando hay una situaci¨®n de crisis¡±.
Visibilizar el fen¨®meno
¡°El uso de la propia met¨¢fora (techo de cristal, acantilado de cristal) apunta a la sutileza del fen¨®meno y la facilidad con la que este se pasa por alto¡±, dice Michelle K. Ryan. Por ello, el primer paso para abordarlo seg¨²n la experta ser¨ªa ¡°hacerlo m¨¢s visible, que se conozca y se haga tangible¡±. El siguiente: ¡°Aquellos que hacen nombramientos para puestos de liderazgo deben asegurarse de que no est¨¢n haciendo que las mujeres fracasen accidentalmente¡±. ¡°Las mujeres tambi¨¦n pueden estar atentas y tratar de evitar estos puestos si no se aseguran de que se le brindan los recursos adecuados para abordarlos¡±, a?ade. Y por ¨²ltimo: ¡°Seguir evaluando a quienes ocupan puestos de liderazgo, podemos vigilar si las mujeres recibieron tareas m¨¢s dif¨ªciles de superar¡±. La psic¨®loga Laura Vieten lo resume en una cuesti¨®n de ra¨ªz: ¡°Educaci¨®n desde la infancia en valores no sexistas y en la igualdad de derechos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.