C¨®mo una ¨¦poca de estr¨¦s laboral puede afectar (y mucho) al deseo sexual
Las preocupaciones laborales pueden convertirse en grandes enemigas del apetito sexual. Abordamos con dos expertos c¨®mo revertirlo.
El estr¨¦s y las preocupaciones laborales afectan a distintos aspectos de nuestra salud f¨ªsica y mental. Los estudios llevados a cabo al respecto indican que una situaci¨®n continuada de distr¨¦s ¡ªel estr¨¦s ¡°negativo¡±¡ª merma la salud cardiovascular, la capacidad de pensar y pasa factura a las relaciones interpersonales. Un aspecto en el que no solemos reparar, pero que tambi¨¦n est¨¢ directamente relacionado con el estr¨¦s y la ansiedad, es la falta de l¨ªbido o apetito sexual. As¨ª que quienes llevan mucho tiempo evitando los encuentros sexuales puede que tengan que empezar a analizar si todo el tiempo que dedican al trabajo o a pensar en ¨¦l, est¨¢ alterando su deseo.?
Como explica Diana Lozano, psic¨®loga y responsable del ?rea de Sexualidad y Pareja del CentroTAP, una de las cosas que generalmente m¨¢s se desconoce del deseo es que es un proceso din¨¢mico y en continua evoluci¨®n: ¡°En funci¨®n del momento vital, de las circunstancias en las que nos movemos podemos tener moduladores al alza o a la baja¡±. Un modulador al alza es, por ejemplo, el enamoramiento y entre los moduladores a la baja se encuentran los factores que nos ata?en: el estr¨¦s y la ansiedad.?
¡°Por un lado, es una cuesti¨®n de foco, pues en un periodo de ansiedad muy mantenido en el tiempo nuestro foco de atenci¨®n tiende a dar prioridad a lo que no est¨¢ resuelto, a lo que nos genera angustia o a los problemas que anticipamos¡±, recuerda la experta en sexolog¨ªa. ¡°Por el contrario, otros elementos menos importantes en ese momento para la persona, como puede ser la sexualidad, pasan a un segundo plano¡±. Adem¨¢s, seg¨²n explica la experta, en estas situaciones tambi¨¦n entra en juego lo fisiol¨®gico: ¡°Si est¨¢ sobreactivada la rama parasimp¨¢tica del sistema nervioso aut¨®nomo, la parte encargada del deseo y la excitaci¨®n va a estar desactivada porque son incompatibles. Es lo mismo que ocurre con el sue?o, cuando esa rama est¨¢ sobreactivada, se traduce en problemas para conciliar el sue?o.?
Huir de las grandes expectativas?
La clave para ir recuperando los encuentros ¨ªntimos pasa por entender que la falta de inter¨¦s por el sexo es un proceso natural y que los niveles de deseo no se mantienen constantes. Tambi¨¦n resulta vital no fijarse metas o expectativas muy altas. ¡°La presi¨®n, la exigencia, la focalizaci¨®n en el rendimiento son ingredientes que se llevan mal con la sexualidad¡±, explica Lozano. ¡°Si caemos en la trampa de querer compararlo con lo que ten¨ªamos anteriormente, de juzgarlo, etc. jugar¨¢ en nuestra contra. Esta forma de abordarlo har¨¢ que tengamos una vivencia menos positiva de la sexualidad y el objetivo es el contrario¡±.?
En este sentido, Javier Ares, psic¨®logo especializado en ansiedad y sexolog¨ªa, aconseja, por ejemplo, ¡°no centrar todo en el coito¡±. Y sugiere ¡°empezar con peque?os pasos antes de recuperar las relaciones tradicionales. Por ejemplo, proponer juegos, masajes o detenerse en otros aspectos que puedan contribuir a generar un acercamiento y nuevas sensaciones. Lo importante, como en todo, es saber innovar. Hoy en d¨ªa tenemos a nuestra disposici¨®n, en nuestro m¨®vil, aplicaciones con las que poder realizar juegos er¨®ticos¡±.?
La experta en sexolog¨ªa tambi¨¦n considera crucial, en el caso de personas que sufren mucho estr¨¦s por cuestiones de trabajo, empezar a? poner ¡°diques de contenci¨®n¡± a las preocupaciones laborales y tratar de crear ¡°espacios burbuja¡± en los que evadirse del trabajo: ¡°En esos ratos, tareas o actividades la idea es concentrarse en elementos extra laborales para descontaminarnos y llenarlos de cosas que sean significativas para nosotros, porque ah¨ª, precisamente, es donde despu¨¦s se podr¨¢ introducir la sexualidad. A lo mejor, en un primer momento, hay que quitar el foco de las pr¨¢cticas y ponerlo en el cari?o, la piel, la relajaci¨®n sin que necesariamente tenga que pasar nada en concreto. Salir de la exigencia y quitar presi¨®n al asunto¡±.?
Adem¨¢s de las preocupaciones, muchas veces es el cansancio o la falta de sue?o lo que suele hacer que se evite el sexo o se posponga. Pero en esto tambi¨¦n podemos organizarnos mejor: ¡°Del mismo modo que cuando tenemos una cena con amigos intentamos llegar a ese momento de la mejor manera posible, tambi¨¦n podemos hacer lo posible para no llegar sin energ¨ªa al momento del sexo¡±, indica Lozano. ¡°La sexualidad es un valor en el que hay que invertir. No debemos caer en la trampa de la espontaneidad y de que todo surja por arte de magia. Hay muchas formas de avivar el deseo a lo largo del d¨ªa (mandar un mensaje un poco m¨¢s picante de lo normal, dedicar un rato a comprar lencer¨ªa, etc.) sin que sea necesariamente solo en el momento del encuentro genitalizado¡±.?
?Son las vacaciones el mejor ant¨ªdoto??
Abrumados por la vor¨¢gine y las obligaciones del d¨ªa a d¨ªa, muchas personas aprovechan fechas de descanso para retomar rutinas m¨¢s pausadas que han ido posponiendo por diversos motivos. ?Puede ser tambi¨¦n un buen momento para reanudar las relaciones sexuales? En principio, s¨ª que podr¨ªa ser un contexto adecuado, pero dependiendo de las circunstancias de cada uno tambi¨¦n puede jugar a la contra y convertirse en un impedimento m¨¢s.?
¡°A veces, pensamos que determinadas ¨¦pocas sin trabajo van a ser m¨¢s relajadas y, por ejemplo, si tienes hijos eso no suele ser as¨ª. Lo que debemos interiorizar es que es mejor no esperar a que llegue el momento perfecto porque, muy probablemente, ese momento no va a llegar nunca y vamos a estar procrastinando¡±, recuerda la experta en sexolog¨ªa. ¡°Es mejor asumir que la vida es una vor¨¢gine, que los momentos propicios no llegan si no los planeamos y que debemos ser nosotros los que nos pongamos manos a la obra: ver series de contenido er¨®tico o leer un libro con cierto grado de erotismo para tratar de tener un momento de mayor conexi¨®n con la pareja¡±.?
Adem¨¢s, como explica Ares, salirse de la rutina s¨ª que puede servir para aclarar conceptos y ver? qu¨¦ es lo que est¨¢ fallando: ¡°?Por qu¨¦? Porque es aqu¨ª cuando tendremos claro c¨®mo somos sin los estresores que nos generan esa situaci¨®n de estr¨¦s, y ver si es por razones de ansiedad o simplemente un problema de pareja, lo que entra?ar¨¢ tomar medidas diferentes¡±.?
Otro factor que no debemos olvidar a la hora de abordar una cuesti¨®n de este tipo es, en el caso de tener pareja, fomentar la comunicaci¨®n y el entendimiento. La experiencia de los psic¨®logos es que este tipo de conversaciones tienden a convertirse en tab¨²es incluso en parejas que suelen abordar con mucha facilidad otros asuntos. Como recuerda Lozano, ¡°es importante hablar con naturalidad de lo que est¨¢ pasando para que la otra persona no atribuya err¨®neamente que ya no le gustas o que se est¨¢ atravesando una crisis de pareja. Hablar es una forma de ponerlo f¨¢cil, no esperar a que la otra parte nos lea la mente y que cada uno puede expresar sus necesidades¡±.?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.