?Es un embarazo como el de Shiv Roy un escollo para una mujer CEO?
?Nos penaliza a todas por igual tener hijos??Es realmente la maternidad un impedimento para subir a lo m¨¢s alto?
A¨²n se siente el vac¨ªo ¨Cduelo, disgusto, estupor¨C y el reguero de adrenalina dejado por el trepidante episodio final de la cuarta y ¨²ltima temporada de Succession (HBO). En ¨¦l, Siobhan Roy, candidata a heredar Waystar Royco, el holding medi¨¢tico paterno, se ve relegada a esposa del nuevo CEO, el servil Tom Wambsgans, en vez de convertirse ella misma en CEO, puesto al que aspiraba. La escena en la que su mano se posa sin ganas sobre la mano tendida de Tom ¨Cahora te tengo, pareciera decir¨C, ya ha pasado a ser imagen ic¨®nica, mem¨¦tica instant¨¢nea de la expectativa frustrada de Shiv. Como mujer empoderada dentro del sector medi¨¢tico y financiero, ?era este el m¨¢ximo logro al que pod¨ªa aspirar? ?O es el mejor modo de sobrevivir? Porque esa mano tambi¨¦n sella una alianza t¨¢cita entre ellos, m¨¢xime ahora que ella est¨¢ embarazada. Un final magistral, complejo, muy lejos del brindis al sol que hubiera significado un final m¨¢s ¡°feminista¡± y triunfal para ella.?
Deteng¨¢monos un momento en ese detalle: Shiv va a ser madre. ?Ha sido su embarazo un escollo determinante para optar al puesto de CEO? En alg¨²n momento de la trama se insin¨²a que s¨ª. Pero, ?es la maternidad una traba para llegar a lo m¨¢s alto de la ¨¦lite empresarial? ?Hubiera frenado su ascenso en la vida real? De techo de cristal para abajo el mercado laboral nos penaliza por ser madres ¨C seg¨²n diversos informes oficiales la bajada de nuestros ingresos se estima en un 11% durante el primer a?o tras el primer nacimiento, ca¨ªda que puede alcanzar el 33% en la d¨¦cada posterior, porcentaje que se va incrementando al sumar m¨¢s hijos. En la carrera hacia los puestos de direcci¨®n se quedan muchas, ya lo sabemos, solo 1 de cada 4 puestos directivos es mujer. Pero ?qu¨¦ les sucede a las que llegan, como nuestra querida Shiv, a las ternas finales? ?Es el hecho de ser madre la ¨²ltima barrera para ocupar las c¨²pulas? Ah¨ª fuera, lejos de la ficci¨®n, las Shivs del mundo s¨ª que andan teniendo hijos. Bastantes, de hecho. Los datos nos dicen que, si bien el n¨²mero de CEOs en las listas de las empresas de mayor facturaci¨®n es escaso, casi todas las que llegan lo hacen sin renunciar a su maternidad. Por ejemplo, en el contexto de la empresas del Ibex 35, las ¨²nicas cuatro mujeres que ostentan cargos de presidencia o de consejeras delegadas de empresas todas son madres: Mar¨ªa Dolores Dancausa (Bankinter, 3 hijos), Ana Bot¨ªn (Banco de Santander, 3 hijos), Beatriz Corredor (Redeia, 3 hijas), Marta Ortega (Inditex, 2 hijos). Sabemos que tener tres hijos en Espa?a es un privilegio. Tener un tercer hijo en el pa¨ªs con una de las natalidades m¨¢s bajas de Europa casi se podr¨ªa considerar montar una familia numerosa. Del ¨²ltimo listado de Forbes Espa?a de los 50 mejores CEO confirma los extremos: entre ellos solo hay cinco mujeres, a las que se suman a Beatriz Corredor, Mar¨ªa Dolores Dancausa y Ana Bot¨ªn, ya citadas anteriormente, Sol Daurella (Coca-Cola, 2 hijos) y Marta ?lvarez (El Corte Ingl¨¦s, 2 hijos). El 19% de las mujeres espa?olas de m¨¢s de 45 a?os no tienen hijos, una de las tasas m¨¢s altas de la UE, pero m¨¢s baja que UK e Italia. ?Estamos ante una paradoja sociol¨®gica??Acaso la renuncia a la maternidad tampoco afecta al 1%??
En el contexto europeo y anglosaj¨®n del norte global, los datos tambi¨¦n confirman tal hip¨®tesis: se puede ser CEO y madre, de hecho, casi pareciera una premisa. Mary Barra (General Motors), Abigail Johnson, (Fidelity Investments), Julie Sweet, (Accenture), todas ellas madres de m¨ªnimo dos, as¨ª lo atestiguan. Casos paradigm¨¢ticos ser¨ªan los de Susan Wojcicki, CEO de YouTube, madre de cinco, Emma Walmsley, CEO de GlaxoSmithKline, madre de cuatro o ?rsula Von der Leyen, representante del poder pol¨ªtico desde la Presidencia de la Comisi¨®n Europea, madre de siete. ?Les punt¨²a entonces la maternidad lejos de penalizarlas? Sandra Obiols Franc¨¦s, soci¨®loga e investigadora de la Universidad de Valencia, actualmente centrada en el an¨¢lisis de los procesos de precarizaci¨®n por raz¨®n de g¨¦nero frente a los desequilibrios en el reparto del trabajo de cuidado, nos da un poco de luz al respecto: ¡®La mayor¨ªa de ellas son mujeres que se mueven en entornos muy conservadores donde tener varios hijos es considerado positivo. Nos podr¨ªamos preguntar si es tambi¨¦n una manera de neutralizar posibles cr¨ªticas por dedicarse a una funci¨®n hist¨®ricamente masculina. Un modo de reforzar su feminidad¡¯. Entornos conservadores donde no existe necesariamente un cuestionamiento acerca de la familia ni una deconstrucci¨®n feminista de lo que significa ser madre y trabajadora. Entornos que premian ser una mujer de familia adem¨¢s de consejera delegada. Entornos donde no ser madre puede llegar a ser sospechoso, o al menos motivo de justificaci¨®n. ¡®Otro de los prejuicios en torno a la maternidad en la cultura empresarial es el sesgo del dilema de la doble atadura (double bind), seg¨²n el cual no ser madre tambi¨¦n se percibe como ¡°raro¡±, y la ¡°falta de instinto maternal¡± genera desconfianza¡±, se?ala la coach gender Silvia Adriasola, de la consultora Empowerment School. Haber cumplido el mandato familiar tradicional supone entonces el m¨¢s alto token simb¨®lico de la respetabilidad. Pareciera que estas mujeres hubieran resuelto la cuadratura del c¨ªrculo sabiendo cumplir las exigencias relacionales cl¨¢sicas de la feminidad con las de los logros laborales t¨ªpicamente masculinas. ?Se zafar¨¢n tambi¨¦n de otras tensiones impl¨ªcitas al ejercicio de la maternidad contempor¨¢nea? ¡®La diferencia reside entre renunciar a tener hijos y renunciar a la maternidad, entendida como experiencia m¨¢s all¨¢ de sumar criaturas al mundo, que cuiden, eduquen y disfruten otros¡¯, apunta Us¨²e Madinaveitia, coach especializada en conciliaci¨®n, creadora de #mamiconcilia, y que acompa?a a directivas a gestionar su estr¨¦s. ¡®Desconocemos las historias de renuncia a su maternidad, que las lleva a no a tener hijos, que hay detr¨¢s de estas mujeres¡¯. La ambivalencia s¨ª podr¨ªa haber traspasado los muros de los consejos de direcci¨®n. ?Cu¨¢les son las tensiones entre maternidad y poder a esta escala? ¡®En un cargo de responsabilidad a esa escala se espera disponibilidad 24/7 y en la maternidad a fin de cuentas tambi¨¦n. Sin embargo, nadie deber¨ªa ser imprescindible ni en un ¨¢mbito ni en otro¡¯, apostilla Us¨²e. En esta l¨ªnea, Silvia Adriasola considera que, a¨²n desde el privilegio, estas mujeres pueden cambiar la percepci¨®n de la maternidad como entrega total. ¡°Requiere enfrentar un hist¨®rico mandato personal y social. Una maternidad que se libere de ese yugo de ¡°sacrificio¡±, ¡°culpa¡±, y nos saque de lo que Marcela Lagarde llamar¨ªa la ¡°zona de cautiverio¡± que la cultura homosocial nos asigna, ser¨ªa un acto absolutamente emancipador: ejercer una maternidad y paternidad libre de estereotipos de g¨¦nero, corresponsable, que no perpet¨²e los mandatos y donde la mujer no sienta culpa por priorizarse¡±. El problema es qui¨¦nes pueden permit¨ªrselo.??
En el pen¨²ltimo cap¨ªtulo de la serie ¨Csoberbio Iglesia y Estado¨C el amenazante tech bro Lukas Matsson se acerca a Shiv momentos antes del inicio del funeral de su padre, haci¨¦ndole un expl¨ªcito gesto de ¡°tu bombo¡± como impedimento impl¨ªcito a su posible designaci¨®n como CEO. Ella, acostumbrada a esquivar el fuego cruzado de la misoginia, zanja la cuesti¨®n rezumando iron¨ªa y hablando de s¨ª misma en tercera persona: ¡®Es una de esas zorras duras. Se coger¨¢ 36 horas de permiso de maternidad. Responder¨¢ mails mientras se recupera. El ni?o nunca la ver¨¢¡¯. No es balad¨ª que la alusi¨®n expresa de este miedo venga de un parvenu, de alguien no familiarizado con los c¨®digos de clase de Shiv. En el mundo de los Roy ¨Cno olvidemos que su madre, Caroline, es una lady brit¨¢nica¨C, ser madre nunca ha sido un problema. Los trabajos maternos se han subrogado siempre. La crianza no es un conflicto porque la llevan a cabo otras. ¡®Al ver las cinco mujeres CEO incluidas en la lista de los 50 mejores CEO de Forbes Espa?a, pienso en que, posiblemente, la mayor¨ªa de ellas proceden de entornos en los que tener hijos no sugiere ning¨²n problema o impedimento: varias de ellas provienen de las familias m¨¢s ricas de Espa?a y de tradici¨®n empresarial ¡ªson ¨¦lite¡ª; otras han heredado el negocio familiar y solo una de ellas ¡ªBeatriz Corredor¡ª parece haber hecho uso del ¡°ascensor social¡± ¡ªposiblemente con ¡°puerta giratoria mediante¡±¡ª para alcanzar su posici¨®n. Imagino que todas estas mujeres son mujeres acostumbradas a disponer de ayuda en sus crianzas y, seguramente, sus familias tambi¨¦n la tuvieron, as¨ª que su normalidad pasa por apoyar la crianza de los hijos? ¡ªque externalizan o, m¨¢s bien, internalizan¡ª en otras mujeres que se encargan de sus cuidados mientras ellas trabajan¡¯, apunta Victoria Gabald¨®n, fundadora de MaMagazine, revista trimestral sobre maternidades en diversos ¨¢mbitos.?
Una escena posterior en el mismo episodio, entre Shiv y Caroline, lo deja claro: este privilegio de que su hijo no sea un impedimento en su carrera es heredado. ¡®Yo ni lo ver¨¦, es la tradici¨®n familiar¡¯, vuelve a remachar Shiv, no exenta de resentimiento, ante la sorpresa de la madre ante su embarazo. Crecer rodeada de tatas y salus te hace interiorizar que las cosas son as¨ª, que la madre por excelencia es una madre que delega, aunque delegar para triunfar no sea en absoluto exclusivo del 1%: la mujer que desarrollar una carrera profesional exitosa en competitivo mundo corporativo contempor¨¢neo con frecuencia no puede ser una madre presente, independientemente de si puede costear a la cuidadora de sus v¨¢stagos con m¨¢s o menos facilidad econ¨®mica o con m¨¢s o menos sentimiento de culpa. Para Sandra Obiol el hecho de delegar no implica que trabajen menos: ¡®Obviamente tienen una posici¨®n de privilegio. No s¨®lo por los recursos econ¨®micos que tienen, sino por la posibilidad que seguramente tendr¨¢n de gestionar su jornada laboral. Hay como acomodaciones a las normas sociales. Pueden ser maternidades intensivas pero con las que se negocia. No paso tanto tiempo con mi hijo como deber¨ªa pero paso mucho tiempo eligiendo los mejores colegios, las mejores actividades, las mejores cuidadoras¡¡¯.
La investigadora y activista pro equidad Laura Sagnier lleva tambi¨¦n a?os analizando las tensiones que la desigualdad laboral produce econ¨®mica y emocionalmente en la vida de las mujeres en los entornos de direcci¨®n ¨Cella misma fue directiva durante seis a?os, antes de caer en un burnout de libro que le oblig¨® a alejarse del trabajo¨C, y si hay algo que han dejado patente sus investigaciones, es que: ¡®La maternidad es much¨ªsimo m¨¢s f¨¢cil cuando tienes dinero¡¯. A mayor nivel econ¨®mico, se abandona menos el trabajo, y al acceder a cargos mejores, se puede tener toda la ayuda necesaria en casa¡¯. Desde el punto de vista de Sagnier, necesitamos que estas mujeres abanderen la causa de la corresponsabilidad y la conciliaci¨®n, tal y como hace Susan Wojcicki, CEO de Youtube. ¡®Pero ellas viven una realidad ficticia, que no se parece en nada al d¨ªa a d¨ªa de las mujeres, estas mujeres son muy importantes para la causa pero son ejemplos muy irreales. Su trabajo podr¨ªa ser transformador desde sus lugares de poder si entendieran bien que la vida de las otras mujeres no son como las suyas. A veces he escuchado a mujeres de mucho privilegio que no han conocido la maternidad real ¨Caqu¨ª menciona el libro Maternidades precarias de Diana Oliver¨C. ?C¨®mo van entonces a comprender las tensiones que conlleva?¡±. De todos modos, Laura se atreve a apostar a la carga mental, lo que ella denomina la losa de hormig¨®n, la siguen llevando ellas, como una suerte de dobles CEO. ¡°Apostar¨ªa a que la organizaci¨®n de lo que pasa en la casa y en los hijos la gestionan ellas¡±.?
Siguiendo con la cuesti¨®n de clase y abriendo el foco a los dem¨¢s personajes de la serie que miran desde abajo a Shiv, observamos que las directivas intermedias de Waystar Royco no son madres. Gerri no tiene hijos, Cyd no tiene hijos, Karolina probablemente no los vaya a tener. O al menos, no son presentadas como madres. En su mundo no hay sitio para los cuidados, no hay menci¨®n a las maternidades. Sin duda entre las guionistas de la writer¡¯s room de Succession tiene m¨¢s presencia la gravedad de las losas de hormig¨®n y los sesgos inconscientes de g¨¦nero de la cultura empresarial hacia la maternidad que los brillos despejados de los techos de cristal de Shiv, y eso se nota en los conflictos que dibujan. Georgia Pritchett, guionista y productora ejecutiva de la serie, quien se ha significado en m¨²ltiples ocasiones contra la desigualdad de g¨¦nero del mundo audiovisual, reconoce c¨®mo tuvieron que empaparse de toda una serie de c¨®digos de la vida cotidiana de las ¨¦lites, ignota para el pueblo llano. Al fin y al cabo son guionistas asalariados escribiendo sobre la vida de los ricos. La ¨²ltima vuelta de tuerca del g¨¦nero Eat the rich ser¨ªa contarnos qui¨¦n y c¨®mo cuidan al hijo de Tom y Shiv. Me gustar¨ªa ver a Georgia Pritchett cont¨¢ndonos los conflictos de una maternidad ¨Ctan desconocida para nosotros como el resto de su mundo¨C privilegiada al otro lado del techo de vidrio templado. Quiero ver ese spin-off antes de asumir que a Shiv Roy lo ¨²ltimo que le ha penalizado ha sido su incipiente embarazo.
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