Flabelus, la empresa espa?ola de zapatillas que naci¨® en plena pandemia y aspira a dise?ar ?las nuevas Converse?
Despegaron en pleno estallido del coronavirus y sus ¡®slippers made in Spain¡¯ ya est¨¢n presentes en m¨¢s de 32 puntos de venta alrededor del mundo.

¡°El mercado, de alguna manera, lo estaba pidiendo. Siempre hab¨ªa querido emprender y pens¨¦ que era el momento¡±, cuenta la fundadora de Flabelus, Beatriz de los Mozos, a S Moda. Licenciada en derecho y sumergida en un sector alejado del mundo de la industria de la moda, arrancaba este proyecto hace un a?o cuando llam¨® su atenci¨®n la cantidad de slippers con alma italiana que ve¨ªa en los pies de las viandantes. A partir de entonces despegaba su proyecto desde Londres, donde trabajaba en una startup, con la misi¨®n de reinventar este modelo de calzado italiano y convertirlo en indispensable en el armario de cualquier mujer.

¡°Lo que hicimos fue intentar mejorar peque?as cosas de las tradicionales Furlane. Adaptar un dise?o italiano que nos parec¨ªa muy elegante y vers¨¢til a la calidad que ofrece el calzado espa?ol¡±, recuerda. Pero el inicio, lejos de ser alentador, se convirti¨® en un verdadero reto. Tras meses investigando sobre c¨®mo fabricar y despu¨¦s de localizar la producci¨®n en Alicante, el pasado marzo se topaban con un escenario de urgencia mundial que nunca hubieran imaginado. ¡°Nos pill¨® el estallido del coronavirus en pleno proceso de fabricaci¨®n y ¨¦ramos el ¨²ltimo mono para sacar adelante nuestra producci¨®n¡±, explica. Como consecuencia de la pandemia, las fabricas ralentizaron los tiempos al un¨ªsono que se vaticinaba su cierre inminente. ¡°No hab¨ªa tiempo suficiente. No hab¨ªamos visto la ¨²ltima muestra, pero nos arriesgamos y lanzamos primera producci¨®n¡±, recuerda.
A esa situaci¨®n se sumaba la incertidumbre sobre cu¨¢ndo la fabrica podr¨ªa retomar su actividad, y despu¨¦s de sopesar opciones, entendieron que precisaban de un empuje econ¨®mico para continuar, ya que contaban con las ventas de esa primera tirada -de la que a¨²n no dispon¨ªan- para producir un nuevo stock que resultaba sustancial para la temporada estival. Finalmente lanzaron una campa?a de crowdfunding en la plataforma Kickstarter con la misi¨®n de reunir los fondos necesarios. ¡°En una semana tomamos muchas decisiones y muy arriesgadas. La gente reaccion¨® muy bien sin siquiera ver la muestra final. Nos apoyaron much¨ªsimo y lo conseguimos: cerramos la ronda de financiaci¨®n y eso nos permiti¨® fabricar una segunda reposici¨®n que es la que nos ha salvado el verano. Si nos hubi¨¦ramos plantado en la primera producci¨®n, no hubi¨¦ramos tenido stock para continuar¡±, resume.
No es de extra?ar que cuando nos encontramos por primera vez con unas zapatillas Flabelus, se imponga en nuestra cabeza la imagen de una cl¨¢sica zapatilla de estar por casa. Su dise?o parte de las Furlane, el cl¨¢sico calzado italiano que naci¨® como una necesidad para lidiar contra el fr¨ªo de invierno en los hogares despu¨¦s de la segunda guerra mundial. ¡°Para ellos resultaba muy econ¨®mico: utilizaban terciopelo -que lo produc¨ªan all¨ª- y rueda de bicicleta para la suela¡±, nos cuenta. La sorpresa lleg¨® cuando este calzado abandonaba el ¨¢mbito del hogar y se popularizaba entre los gondoleros de Venecia debido a su comodidad. El salto a otros escenarios de la vida social ser¨ªa solo cuesti¨®n de tiempo. ¡°Fue hace cinco o seis a?os cuando la gente empez¨® a utilizarlas para salir a la calle. Se pusieron muy de moda en Italia, y luego llegaron a otros sitios como Francia, Espa?a¡¡±, recuerda la fundadora de Flabelus.

Para de los Mozos parte del ¨¦xito de su producto reside en el car¨¢cter de sus zapatillas: la capacidad de adaptarse a diferentes escenarios y congeniar con estilos dispares. ¡°Nuestro dise?o es cl¨¢sico, pero al mismo tiempo rompedor. Atemporal, pero tambi¨¦n de temporada. Es como las Converse: yo me pongo unas Converse en cualquier situaci¨®n y cualquier persona las puede llevar¡±, detalla. La fundadora de la firma defiende que la mujer Flabelus se identifica con la mujer real del S.XXI; lejos de la imagen que -todav¨ªa- nos dicta la sociedad. ¡°Nos bombardean constantemente con que la mujer tiene que ser perfecta en todas las facetas de su vida: salir vestida impoluta, ser la m¨¢s sexy, la m¨¢s guapa y la mejor maquillada. Pero en realidad hay mucho m¨¢s detr¨¢s. Somos capaces de ir a trabajar, mantener una casa, cuidar a los ni?os y acudir m¨¢s tarde a un evento¡ La mujer Flabelus es una femme fatale, una mujer todoterreno, independiente y trabajadora: la mujer de hoy en d¨ªa¡±.
¡°Todo lo que lleva la etiqueta sostenible suena fenomenal, pero la mayor¨ªa desconoce lo que verdaderamente implica. M¨¢s que sostenibilidad, deber¨ªamos hablar de responsabilidad: si eres responsable, eres sostenible¡±, defiende Beatriz. En su clara apuesta por un modelo de negocio responsable, fabricar en nuestro pa¨ªs fue definitorio para asegurar la trasparencia en cada fase de producci¨®n. ¡°Trabajamos en Alicante con peque?a y mediana empresa, lo que nos permite tener un trato muy cercano con cada persona que forma parte del proceso¡±. Un cuidado modelo de fabricaci¨®n tanto en el plano ecol¨®gico como econ¨®mico y social que se respira a lo largo y ancho de su proyecto. ¡°Utilizamos los recursos de manera eficiente para que nuestros nietos puedan seguir disponiendo de ellos, as¨ª como materiales 100% veganos. Por otro lado, cuando algo es manual implica mano de obra, y la mano de obra conlleva sostenibilidad social y econ¨®mica. El proceso artesanal es mucho m¨¢s sostenible que un proceso mecanizado¡±, apunta.
El coronavirus y el confinamiento con su consecuente par¨®n social, afianz¨® -a¨²n m¨¢s si cabe- el poder de las redes sociales para intensificar las relaciones marca-cliente. Pero la fundadora de la firma confiesa como en la decisi¨®n de compra de sus consumidores a¨²n prioriza el tradicional face-to-face. ¡°No dejamos de ser calzado y seguimos necesitando las tiendas. Nuestras Flabelus son un producto que la gente sigue queriendo probarse antes de comprar¡±, se?ala de los Mozos. En tan solo cuatro meses de vida ¨C lanzaron su primera colecci¨®n a principios del pasado julio- la marca que reinventa el calzado cl¨¢sico veneciano est¨¢ presente en 32 puntos de venta f¨ªsicos en ciudades como Londres, Biarritz, Berl¨ªn, Miami o Comporta. Y aunque reconoce que la presencia internacional va in crescendo, el grosso de sus compras todav¨ªa se concentra en nuestro pa¨ªs. ¡°Espa?a sigue siendo muy importante, seguido de Francia y Reino Unido¡±.
Su inclinaci¨®n por la literatura se ha convertido en punto de partida a la hora de desarrollar sus dise?os. ¡°He crecido rodeada de libros y me inspiro en personajes literarios que me han ayudado a crecer. La colecci¨®n inaugural gira en torno a mujeres que han influido en la forma de hacer las cosas hoy en d¨ªa y en las diferentes luchas, mujeres que de una manera u otra aportan¡±, detalla Beatriz. Su nueva l¨ªnea, que saldr¨¢ a la luz el pr¨®ximo 13 de noviembre, se ha inspirado en Charles Dickens, porque ¡°en esta ¨¦poca es necesario recordar la obra de Dickens y algunos de los mensajes escondidos en sus historias¡±.
En cuanto al futuro y con un despegue que ha superado sus expectativas, desde Flabelus subrayan como prioridad posicionarse en el mercado internacional sin perder el esp¨ªritu familiar que les caracteriza. Conseguir que su car¨¢cter vers¨¢til y atemporal eleve a las slippers con alma italiana a la altura de las cl¨¢sicas zapatillas blancas a las que recurrir en nuestro d¨ªa a d¨ªa. ¡°Nos gustar¨ªa convertirnos en un zapato de fondo de armario, conseguir que todo el mundo tenga unas Flabelus como sustituto de Converse¡±, concluye.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.