El "tal Bl¨¢zquez" que se gan¨® el respeto del nacionalismo moderado
T¨ªmido, pol¨ªglota e inteligente, el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal atesora una vasta cultura
Aunque fue recibido por el entonces presidente del PNV, Xavier Arz¨¢lluz, como "un tal Bl¨¢zquez", por su origen castellano, Ricardo Bl¨¢zquez P¨¦rez se ha ganado en los ¨²ltimos diez a?os el respeto del nacionalismo moderado, fustigado por el hasta ahora presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, lo que ha podido darle los votos de los prelados vascos y catalanes.
Ricardo Bl¨¢zquez P¨¦rez naci¨® en Villanueva del Campillo (?vila) el 13 de abril de 1942. El 18 de febrero de 1967 fue ordenado presb¨ªtero y fue ascendido a la dignidad de obispo el 29 de mayor de 1988. Durante cuatro a?os, entre 1988 y 1992, fue obispo auxiliar del propio Rouco en Santiago de Compostela y hasta 1995 presidi¨® la di¨®cesis palentina. Para su cargo actual de obispo de Bilbao fue nombrado el 8 de septiembre de 1995.
Pr¨®ximo al Opus Dei y al movimiento neocatecumenal, fundado por Kilo Arguello, Bl¨¢zquez es un pol¨ªglota consumado (domina el alem¨¢n, el italiano y tiene amplios conocimientos de franc¨¦s, ingl¨¦s, gallego, hebreo y, ahora tambi¨¦n, euskera). Quienes le conocen le definen como una persona "inteligente, t¨ªmida y cordial, aunque poco popular" y sobre todo destacan que atesora de una vasta cultura. No en vano, seg¨²n fuentes de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, es uno de los principales te¨®logos espa?oles en la especialidad de eclesiolog¨ªa. Desde febrero de 1993 preside la Comisi¨®n Episcopal para la Doctrina de la Fe, en la Conferencia Episcopal Espa?ola.
Obispo "de todos"
Desde el momento de su elecci¨®n como obispo de Bilbao expres¨® su deseo de sintonizar con la forma de ser y sentir de Euskadi. "Quiero ser obispo de todos: de los nacidos ah¨ª y de los llegados de otros lugares, dejos que tienen leg¨ªtimamente una opci¨®n pol¨ªtica y otra. El ministerio episcopal es, por definici¨®n, un servicio a la unidad de la Iglesia". "Voy como obispo de Bilbao, enviado por el Papa. He aceptado el encargo apoyado en Dios, y desde que he conocido el nuevo destino he invocado la ayuda de la Virgen de Bego?a", dijo entonces.
Tras su llegada a la capital vizca¨ªna Bl¨¢zquez gan¨® en consideraci¨®n a los ojos del PNV pero su labor pastoral comenz¨® a recibir cr¨ªticas de los sectores precisamente m¨¢s cr¨ªticos con el nacionalismo, en especial del PP. Tambi¨¦n tuvo que lidiar en 2002 con el espinoso caso del p¨¢rroco de Maruri, Jaime Larr¨ªnaga, el primer sacerdote con escolta en el Pa¨ªs Vasco. Larr¨ªnaga en principio le reproch¨® falta de apoyo aunque termin¨® agradeciendo que el obispo se acercara a solidarizarse con ¨¦l en la misa dominical.
Durante su permanencia en la diocesis bilba¨ªna, monse?or Bl¨¢zquez ha pedido reiteradamente el fin de la organizaci¨®n terrorista ETA y ha brindado su reconocimiento a las v¨ªctimas y los amenazados por la banda. Sin embargo, en verano de 2002 una pastoral en la que los obispos vascos criticaban la ley de Partidos produjo la ruptura defintiva con el Gobierno de Aznar. El entonces ministro de la Presidencia, Juan Jos¨¦ Lucas, hizo entonces suyas las palabras de Arz¨¢lluz: "El tal Bl¨¢zquez, la verdad es que cre¨ª que era un hombre de m¨¢s convicciones". Poco despu¨¦s los obispos vascos, incluido Bl¨¢zquez, no firmaron el documento que aprob¨® la plenaria del Episcopado en noviembre de aquel a?o titulado Valoraci¨®n moral del terrorismo en Espa?a, sus causas y consecuencias.
Firme defensor de la doctrina del Vaticano en materias como el matrimonio homosexual o el aborto, se ha mostrado sin embargo cr¨ªtico con el rumbo de la Iglesia en los ¨²ltimos tiempos. Hace menos de un mes, Bl¨¢zquez, los otros tres obispos vascos y el de Navarra publicaron una pastoral en la que lamentaban ser "una Iglesia evang¨¦lica y apost¨®licamente debilitada en una sociedad poderosa". "La Iglesia vive momentos de apretura. El descr¨¦dito de la instituci¨®n eclesial nos preocupa. El presente es crudo; el futuro es sombr¨ªo", afirma la carta.
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