Los bares usan sistem¨¢ticamente el derecho de admisi¨®n como t¨¦cnica racista, seg¨²n la UB
Los locales deniegan el acceso de algunos inmigrantes alegando motivos de indumentaria o argumentando que es precisa una invitaci¨®n o que el aforo est¨¢ completo
Un estudio de campo elaborado por la Universidad de Barcelona (UB) ha constatado que la mayor¨ªa de locales de ocio nocturno del centro de la capital catalana usan "de manera sistem¨¢tica" el derecho de admisi¨®n como t¨¦cnica de discriminaci¨®n racista. Los inmigrantes de origen marroqu¨ª y argelino, as¨ª como las personas identificadas como "extranjeros pobres", son quienes m¨¢s sufren estas pr¨¢cticas de exclusi¨®n al ser relacionados con la delincuencia y considerados una fuente de "inquietud, contaminaci¨®n y peligro".
Los autores del trabajo, que durante diez meses han estudiado la forma de proceder de numerosos bares de copas del barrio del Raval, han comprobado que los locales recurren a diferentes estrategias para seleccionar a su clientela, como instalar porteros en la entrada o cerrar las puertas, abri¨¦ndolas s¨®lo a las personas deseadas. El objetivo, en todos los casos, es garantizar que los clientes aceptados no est¨¦n en contacto con otros que, presuntamente, pueden amenazar la convivencia en el bar o simplemente perjudicar su imagen p¨²blica, seg¨²n destacan los responsables del estudio, Manuel Delgado y Jordi Carreras, del Grupo de Investigaci¨®n en Exclusi¨®n y Control Sociales de la UB.
J¨®venes de entre 25 y 35 a?os, de clase media y nacionalidad espa?ola
Los clientes habituales de estos bares son, a grandes rasgos, j¨®venes de entre 25 y 35 a?os, de clase media y nacionalidad espa?ola, que tienen un nivel de estudios universitario y que ejercen como profesionales liberales en ¨¢mbitos como la cultura, la educaci¨®n, la econom¨ªa o la salud. "De igual manera, se puede constatar que entre las personas usuarias de los bares de noche del Raval no encontramos a casi nadie que se asocie a la categor¨ªa de inmigrante o trabajador pobre procedente de pa¨ªses de lo que se conoce como Tercer Mundo", subrayan los investigadores.
Ello se debe a que estos locales ejecutan "de manera sistem¨¢tica" el derecho de admisi¨®n con criterios que "podr¨ªan cualificarse de racistas". En algunas ocasiones, los bares deniegan el acceso de algunos inmigrantes al recinto alegando motivos de indumentaria o argumentando que es precisa una invitaci¨®n, que se celebra una fiesta privada o que el aforo est¨¢ completo. Dado que negar la entrada a un inmigrante por el hecho de serlo es inconstitucional, algunos propietarios optan por permitir su acceso al local, pero sometiendo a la persona en cuesti¨®n a una intensiva vigilancia por parte del personal del bar, para poder echarla a la m¨¢s m¨ªnima excusa bajo el amparo del derecho de admisi¨®n.
"Siempre se puede argumentar la expulsi¨®n"
Carreras y Delgado aseguran que "siempre se puede argumentar la expulsi¨®n" de un individuo, aunque los motivos que se aleguen sean discutibles o indemostrables. "Los propietarios de los bares siempre podr¨¢n seleccionar arbitrariamente su clientela, ya que los clientes indeseables se encuentran, a menudo, en una situaci¨®n de indefensi¨®n legal", explican los investigadores, que remarcan que, en el caso de los inmigrantes, pesa tambi¨¦n el miedo a denunciar al no gozar de una situaci¨®n administrativa regular.
Otro de los sistemas que se utilizan para seleccionar la clientela es el de la puerta cerrada, que resulta "muy c¨®modo y efectivo" para los trabajadores del bar, dado que les ahorra el embarazoso tr¨¢mite de comunicar a alguien que no puede acceder al local. Se use la pr¨¢ctica que se use, lo cierto es que los inmigrantes y, muy especialmente, las personas de origen magreb¨ª, son v¨ªctimas continuas de este trato discriminatorio. Seg¨²n los investigadores, ello es consecuencia de una serie de falsos prejuicios y estereotipos que "se fundamentan en una asociaci¨®n de los norteafricanos con todo tipo de actividades delictivas, insalubres o sencillamente inconvenientes".
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