Pedro Duque: "El sistema Galileo es mucho mejor que el GPS y tiene requisitos diferentes"
El astronauta e ingeniero aeron¨¢utico Pedro Duque est¨¢, estos d¨ªas, pendiente no tanto de naves espaciales tripuladas o viajes a la Estaci¨®n Espacial Internacional, sino, sobre todo, de un sat¨¦lite mucho m¨¢s peque?o. Es un sat¨¦lite de observaci¨®n de la Tierra, el Deimos I, dise?ado para dar servicios de teledetecci¨®n a usos m¨²ltiples, desde agricultura de precisi¨®n hasta vigilancia del territorio, control de incendios o de plagas, etc¨¦tera. Duque es director de la empresa Deimos Imaging que ha creado ese sat¨¦lite y que est¨¢ lista para empezar su explotaci¨®n. Pero tras 20 a?os de trabajo en la Agencia Europea del Espacio (ESA), y 14 de ellos como astronauta (dentro de unos d¨ªas ir¨¢ a Alemania a pasar sus ex¨¢menes y pruebas para mantener su cualificaci¨®n como astronauta, aunque ahora est¨¦ en excedencia), Duque sigue muy de cera toda la actividad espacial, en cualquiera de sus facetas. Hoy ha asistido a la presentaci¨®n del concurso europeo de aplicaciones comerciales del sistema europeo Galileo, de posicionamiento por sat¨¦lite, celebrada en Madrid.
Pregunta: Europa est¨¢ embarcada en su programa Galileo con todas sus velas desplegadas, como uno de los m¨¢s importantes emprendidos en actividades espaciales. Sin embargo, ah¨ª est¨¢ el GPS estadounidense funcionando desde hace a?os y utilizado por millones de usuarios. ?Es realmente novedoso el Galileo o se trata de lo mismo pero en versi¨®n europea?
Respuesta: Galileo es completamente diferente, aunque tambi¨¦n sea localizaci¨®n por sat¨¦lite, porque est¨¢ concebido y construido desde el principio para un uso que requiere alta fiabilidad constante, controlable y demostrable en todo el mundo. El GPS estadounidense es un sistema militar, controlado por las fuerzas armadas, que cubre sus necesidades de fiabilidad en un momento determinado en una zona determinada, pero que no tiene por qu¨¦ serlo siempre y en todas partes. En concreto, el Galileo est¨¢ pensado para utilizarlo en la navegaci¨®n a¨¦rea civil y eliminar las actuales restricciones de los caminos del cielo.
P. ?Qu¨¦ va a cambiar en el tr¨¢fico a¨¦reo?
R. Los aviones ahora vuelan de faro a faro, esos faros son instalaciones electr¨®nicas en tierra, lo ¨²nico fiable para indicarles su recorrido. De un faro a otro van por caminos muy restringidos y se crean atascos. Galileo, sin embargo, va a permitir que los aviones vuelen sin depender de los faros en tierra.
P.?No se puede hacer con el GPS de EE UU?
R. Es que no es fiable en todo momento y en todo lugar, y puede pasar que un avi¨®n no sepa exactamente d¨®nde est¨¢ en un momento dado. El GPS tiene tres modos de funcionamiento diferentes: el de alta precisi¨®n, que exige unos receptores espec¨ªficos que solo tienen los militares estadounidenses; el civil abierto normal, que es el que usan los coches y los aviones ahora, y que podr¨ªa usarse para controlar el tr¨¢fico a¨¦reo, si no existiera el tercero, el civil con error aleatorio, que puede introducir en cualquier momento el responsable militar estadounidense. Si se hace a los sat¨¦lites funcionar en este ¨²ltimo modo, todos los receptores de GPS del mundo dar¨ªan errores de cientos de metros.
P. ?Realmente podr¨¢n fiarse los aviones completamente de las se?ales Galileo?
R. Tiene que ser una se?al estable y buena hasta el punto, como se define t¨¦cnicamente, de confiarle la vida de las personas (de los pasajeros), lo que exige unos sistemas inform¨¢ticos, de software, cuya fiabilidad sea de categor¨ªa similar, por ejemplo, a la de los aparatos m¨¦dicos, como los de cirug¨ªa robotizada, y en este software est¨¢ trabajando la industria espa?ola de alt¨ªsimo nivel. El sistema Galileo es mucho mejor que el GPS y m¨¢s moderno; adem¨¢s tiene requisitos diferentes.
P. Tambi¨¦n el GPS se est¨¢ modernizando.
R. Si, claro, pero es imposible poner en marcha un sistema en el que se apoye y base el control del tr¨¢fico a¨¦reo, si los responsables de ese tr¨¢fico a¨¦reo no tienen la m¨¢xima autoridad del sistema.
P. Se cuenta con muchas m¨¢s aplicaciones de Galileo.
R. Es que una vez que logras tener una se?al totalmente fiable para poder guiar el tr¨¢fico a¨¦reo, encuentras muchas m¨¢s aplicaciones en otros usos que tambi¨¦n necesitan se?ales de posicionamiento fiables. Por ejemplo, puedes optimizar y abaratar los tr¨¢ficos mercantiles, los desplazamientos de coches y de flotas de camiones, etc¨¦tera.
P. Las previsiones de rentabilidad econ¨®mica del sistema Galileo parecen apabullantes. Se habla de cientos de miles de millones de euros.
R. S¨®lo con extrapolar todas las posibles aplicaciones y contar el n¨²mero de usuarios y de receptores, todos los coches...
P. Usted se dedica ahora a la observaci¨®n de la Tierra desde sat¨¦lites. ?Se complementa esto de alguna manera con el Galileo o son dos ¨¢reas de actividad independientes?
R. Son complementarias. Con el sat¨¦lite de teledetecci¨®n, por ejemplo, podemos ver qu¨¦ actividades agr¨ªcolas se necesitan en un lugar determinado y el GPS conducir¨¢ las maquinarias a ese sitio. Es lo que se llama agricultura de precisi¨®n y en ella se combinan ambos servicios: la teledetecci¨®n te dice d¨®nde abonar y cu¨¢nto, y Galileo lleva la m¨¢quina exactamente al lugar donde hay que abonar. Esto supone un importante ahorro porque ganas eficacia ya que no echas abono de m¨¢s, reduces costes y contaminas menos. Desde luego para esto no necesitas la precisi¨®n de posicionamiento que exige el tr¨¢fico a¨¦reo pero s¨ª supone un avance importante. Los agricultores solo se pondr¨¢n en manos de la localizaci¨®n cuando vean que es confiable.
P. Usted ha resaltado en su presentaci¨®n que Europa invierte en actividades espaciales la s¨¦ptima parte de lo que invierte EE UU.
R. S¨ª, y es una estimaci¨®n conservadora. Son los datos del Libro Blanco del Espacio Europeo, pero en la comparaci¨®n deja de lado la inversi¨®n espacial militar estadounidense, que supone la mitad del total all¨ª. Esto significa que, como en Europa el gasto espacial militar es s¨®lo el 10% o el 20% del total, la desigualdad real es muy superior a esa s¨¦ptima parte.
Europa no ha dado al espacio la prioridad que le ha dado EE UU. Nosotros somos muy buenos, avanzamos muy r¨¢pido, somos eficaces tanto desde el punto de vista organizativo como de las personas, porque nos hemos tenido que espabilar ante tal desigualdad de inversi¨®n, pero la distancia que nos lleva EE UU en el espacio es cada vez mayor. Esto es grave por muchos motivos, incluido el hecho de que el espacio es un sector clave para crear vocaciones de ingenieros y de cient¨ªficos, adem¨¢s del impacto econ¨®mico que tiene en la aparici¨®n, siempre impredecible, de nuevos m¨¦todos, conocimientos y tecnolog¨ªas.
P. ?No es un poco un mito esto de las aplicaciones de las actividades espaciales fuera del entorno espacial? Se habla mucho de esto pero a veces cuesta identificar esos efectos.
R. No es un mito. El espacio tiene un efecto enorme en muchas ¨¢reas, algunas insospechadas. Por ejemplo, hay grandes arquitectos que est¨¢n utilizando el programa Catia, dise?ado por Marcel Dassault para dise?ar estructuras aeroespaciales. Frank Gehry utiliz¨® el Catia para hacer el museo Guggenheim de Bilbao; le permiti¨® calcular la forma correcta de los anclajes para, con esas formas tan imaginativas, no superar la resistencia de los materiales de ese edificio. T¨² creas cualquier forma mec¨¢nica y el Catia te indica c¨®mo fabricarla. Pero, adem¨¢s de las aplicaciones directas de desarrollos espaciales en telecomunicaciones, navegaci¨®n o teledetecci¨®n, el espacio fomenta una cultura de la exactitud, del ahorro y de los equipos que tienen que funcionar a la primera sin fallos. La verdad es que en la industria, en general, falta todav¨ªa mucha cultura de la ingenier¨ªa aeroespacial por lo que ¨¦sta supone de exactitud, seguridad y eficacia.
P. Usted tambi¨¦n ha apuntado otro dato comparativo: China e India juntas invierten ya en espacio lo mismo que Europa.
R. S¨ª, y, teniendo en cuenta que en China los costes de personal son mucho m¨¢s bajos que en Europa, en realidad est¨¢n ya muy por delante de nosotros. El espacio es en China un objetivo de Estado dirigido en las tres l¨ªneas: aumento del conocimiento, desarrollo econ¨®mico e inspiraci¨®n. ?En qu¨¦ regi¨®n del mundo hay tortas por entrar en las escuelas de ingenier¨ªa y en las facultades de ciencias? En China.
P. ?Europa deber¨ªa reaccionar y multiplicar su esfuerzo espacial?
R. S¨ª, desde hoy. El programa Galileo, como el GMES de observaci¨®n de la Tierra (Cop¨¦rnico), van en esa direcci¨®n y la visi¨®n de la Uni¨®n Europea suple en cierta medida las dificultades de los Estados para variar la asignaci¨®n de los recursos ¨¢gilmente.
P. ?Esta afectando la crisis econ¨®mica al sector espacial?
R.P. Pese a que hay mucha actividad espacial de empresas privadas, parece que sigue siendo una actividad dependiente sobre todo de la inversi¨®n p¨²blica.
El espacio depende de que el desarrollo de conocimientos, los primeros pasos y lo m¨¢s dif¨ªcil se haga con financiaci¨®n p¨²blica, que tiene que empujar la rueda para que luego siga rodando sola. En telecomunicaciones ha sido as¨ª y el sector ya est¨¢ rodando por s¨ª mismo; en navegaci¨®n por sat¨¦lite estamos lejos a¨²n pero deber¨¢ ser igual en el futuro. En teledetecci¨®n, al menos esa es la apuesta que hemos hecho; los servicios b¨¢sicos de agricultura y control del territorio tambi¨¦n pueden generar suficientes beneficios para que el sector empresarial desarrolle sus propios sistemas espaciales.
P. ?C¨®mo va el sat¨¦lite Deimos I, de su empresa Deimos Imaging?
R. Est¨¢ listo, empaquetado y esperando el lanzamiento. Estamos pendientes de que Roskosmos nos comunique la fecha.
P. ?C¨®mo se siente trabajando en el sector privado despu¨¦s de 20 a?os en la ESA y de ellos 14 como astronauta?
R. Bien. Es trabajar en el espacio de otra manera, pero igualmente trabajar en el espacio. La experiencia de gesti¨®n es dura, pero como todo lo dif¨ªcil muy enriquecedora, y la apuesta que hemos hecho genera mucha ilusi¨®n.

Ideas para Galileo
El nuevo sistema europeo de navegaci¨®n por sat¨¦lite, Galileo (un programa conjunto de la Agencia Europea del Espacio y de la Comisi¨®n Europea), abre una amplio panorama de aplicaciones que sus responsables quieren explorar. Como las buenas ideas no tienen por qu¨¦ surgir exclusivamente en un pu?ado de centros especializados, sino que las mentes creativas pueden estar muy repartidas, se ha puesto en marcha un concurso abierto de ideas de aplicaciones de Galileo, y hoy se ha presentado en Madrid la nueva edici¨®n del concurso (www.galileo-masters.eu), la sexta, de la mano de la Comisi¨®n Europea y la Comunidad de Madrid.
Dos sat¨¦lites experimentales de Galileo, el Giove A y el Giove B, est¨¢n ya en ¨®rbita (desde 2005 y 2008, respectivamente), ha recordado Jaques Huguet, representante de la Comisi¨®n Europea en Espa?a. Otros cuatro sat¨¦lites iniciales se lanzar¨¢n entre 2010 y 2011, y poco despu¨¦s empezar¨¢ el lanzamiento de los 26 sat¨¦lites que conformar¨¢n el sistema. "El mercado de productos y servicios derivados de Galileo puede llegar a alcanzar un valor de 400.000 millones de euros hasta el a?o 2025, seg¨²n el Libro Verde de la CE", ha destacado en el acto Antonio Beteta, consejero de Econom¨ªa y Hacienda de la Comunidad de Madrid.
Las ideas sobre c¨®mo y para qu¨¦ se puede usar Galileo se multiplican constantemente. Los ganadores del concurso del a?o pasado han propuesto un sistema de rescate y seguimiento de personas que se caigan de un barco, es decir, en situaciones de hombre al agua. Ha recibido uno de los galardones un sistema propuesto desde Espa?a, en concreto de los ingenieros del INTA Rafael Olmedo y Pablo de Miguel, que han ideado un sistema denominado e-warning "para alertar a los conductores con suficiente antelaci¨®n sobre la presencia de obst¨¢culos, como un veh¨ªculo averiado, en la carretera. Esto no s¨®lo debe mejorar la seguridad en carretera, sino tambi¨¦n aliviar la congesti¨®n del tr¨¢fico que un incidente de este tipo suele producir".
La convocatoria de este a?o, cuyo primer premio est¨¢ dotado con 20.000 euros, se abrir¨¢ el 1 de mayo y se cerrar¨¢ el 31 de julio. Pueden presentarse empresas, institutos de investigaci¨®n, universidades y particulares.
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