Qui¨¦nes ganan y qu¨¦ perdemos con el fallo del Supremo

Dice la LOE, articulo 32: 3: "El bachillerato comprende dos cursos (...) 4. Los alumnos podr¨¢n permanecer cursando bachillerato en r¨¦gimen ordinario durante cuatro a?os... (y) se organizar¨¢ de modo flexible...." Art¨ªculo 36: "Los centros educativos deber¨¢n organizar las consiguientes actividades de recuperaci¨®n y la evaluaci¨®n de las materias pendientes".

Si el bachillerato comprende dos cursos y los alumnos pueden cursarlo durante cuatro a?os, quiere decirse que para el legislador el concepto de "curso" no coincide exactamente con el de "a?o". ?ste es unidad de tiempo, mientras el curso es unidad de organizaci¨®n de los contenidos secuenciados del curr¨ªculo. Si se puede permanecer hasta "cuatro a?os" para superar "dos cursos", ?por qu¨¦ no imaginar para todos la organizaci¨®n del contenido de los dos cursos de modo flexible en m¨¢s de dos a?os? Al t¨¦rmino "curso" le damos el sentido de tiempo, pero tambi¨¦n el de "estudio sobre una materia, desarrollada con unidad". Es normal la falta de correspondencia entre el tiempo f¨ªsico previsto para lograr una titulaci¨®n y el tiempo personal que los estudiantes, voluntaria o forzosamente, emplean para superar el contenido de la misma. En la universidad se ve como normal el que una titulaci¨®n o "carrera" conste de "x" a?os de estudio, pudiendo cursarla en m¨¢s tiempo. La estad¨ªstica muestra que en la Universidad espa?ola se tarda una media de dos a?os m¨¢s de los estipulados, dependiendo de los estudios.

En muchos casos la dilaci¨®n se produce por razones econ¨®micas, personales, familiares, de trabajo... Nadie se extra?a por ello. Es normal dejar asignaturas de un curso o a?o para otro, arrastrar materias de cursos anteriores o parar de estudiar y reanudar los estudios m¨¢s tarde. Ahora con el formato de los cr¨¦ditos se permite una gran flexibilidad. Que algunos estudiantes se tomen m¨¢s tiempo del previsto no es, en este caso, motivo para ser calificado como estudiante fracasado o anormal, ni por ser varios a?os mayor que la media se les dice que van retrasados. Dosificar el curr¨ªculo no rebaja el nivel, sino la carga de trabajo del estudiante y la posibilidad de que, repartiendo ese curr¨ªculo, distendi¨¦ndolo en el tiempo, sea m¨¢s accesible.

En la universidad no se cuestiona que, una vez ha sido aprobada una materia, no se pierde ese logro porque el estudiante haya suspendido otras. Ni mucho menos tendr¨¢ que repetir curso.

Todo profesor o profesora de primaria y de secundaria han vivido esa cultura o estilo pedag¨®gico cuando fueron estudiantes y hasta, seguramente, se habr¨¢n aprovechado de ella. Se producen abusos por parte de los rezagados que es preciso corregir, pero no creemos que la supresi¨®n de estas pr¨¢cticas flexibles diera como resultado una mejora de la calidad de la educaci¨®n. Suprimirlas llevar¨ªa a la expulsi¨®n a una parte importante del alumnado. ?Por qu¨¦ llevar ritmos diferentes es factible en el nivel universitario que, a priori, tendr¨ªa que ser m¨¢s selectivo y no es posible en bachillerato, que es un nivel b¨¢sico en la actualidad? ?Por qu¨¦ una buena parte del profesorado no acepta para el alumnado las ventajas que ellos disfrutaron? ?Por qu¨¦ ir contra la permisi¨®n de permanecer m¨¢s tiempo a los estudiantes con m¨¢s dificultades, sin repetir?

En Espa?a la tasa bruta de acceso al bachillerato es del 55,8%, produci¨¦ndose notables diferencias entre territorios y seg¨²n el capital cultural de origen familiar y social. Esa cifra var¨ªa hasta m¨¢s de 25 puntos entre algunas comunidades aut¨®nomas. La poblaci¨®n de 18 a 24 a?os que no ha completado el nivel de Ense?anza Secundaria 2? etapa y no sigue ning¨²n tipo de educaci¨®n o formaci¨®n alcanza al 31%.

?Qui¨¦nes ganan y qui¨¦nes pierden con la sentencia del Tribunal Supremo [que rechaz¨® la posibilidad de que los alumnos que suspendan tres o cuatro asignaturas en 1? de bachillerato puedan repetir s¨®lo las suspendidas y completar el a?o escolar estudiando dos o tres materias de 2?]?

Sabemos quienes lo han aplaudido. El fallo legitima a aqu¨¦llos que son incapaces de imaginar formas de organizaci¨®n distintas a las conocidas, a los que no ven los problemas en clave moral antes que con un enfoque t¨¦cnico-burocr¨¢tico. Y es favorable a los centros que se evitan tener que organizar un sistema de atenci¨®n a alumnos con dificultades. Ahora pueden seguir reconduci¨¦ndolos a centros p¨²blicos, desde donde sin otra atenci¨®n especial, pasar¨¢n a la categor¨ªa de los "sin t¨ªtulo" o de los que abandonan, Se disfraza lo que es una brutal selecci¨®n acad¨¦mica y social, como si los perdedores saliesen por la puerta por su propia voluntad. ?stos son los que no ganan. Pierde el Ministerio que tuvo la oportunidad de introducir la flexibilidad aludida claramente en la LOE y no lo hizo. Recuperando, ayudando, ofreciendo sucesivas oportunidades dentro y fuera de los centros para no expulsar a quienes abandonan, es como se gana en calidad con justicia. ?C¨®mo aumentar los titulados en Bachillerato si no recuperamos a estos perdedores? Desde luego, no pidiendo m¨¢s esfuerzo a quienes reclaman ayuda. ?C¨®mo queremos hacer del "aprender a lo largo de toda la vida" algo m¨¢s que ret¨®rica?

Jos¨¦ Gimeno Sacrist¨¢n es catedr¨¢tico de Did¨¢ctica de la Universidad de Valencia