A 1.452 kil¨®metros del Polo Norte y a 16.252 de la Ant¨¢rtida
En el fiordo de Hornsund, junto a un glaciar volcado al mar, hay una estaci¨®n polar polaca, dedicada a la ciencia, especialmente la geof¨ªsica. Est¨¢ permanentemente habitada, con inviernos de tres meses de oscuridad permanente y temperaturas de hasta 39,6 grados cent¨ªgrados bajo cero. Los 11 miembros de la base, que llevan un a?o en Hornsund y est¨¢n a punto de acabar su estancia, han recibido hoy a los integrantes de la campa?a oceanogr¨¢fica del buque Jan Mayen. El recibimiento no ha podido ser m¨¢s caluroso en ese lugar, exactamente a 1.452 kil¨®metros del polo Norte y 16.252 kil¨®metros de la Ant¨¢rtida (m¨¢s exactamente de la base polaca situada en la pen¨ªnsula Ant¨¢rtica, no lejos de la base espa?ola all¨ª).
El desembarco desde el Jan Mayen ha comenzado poco antes de las 10 de la ma?ana, con sol radiante, en lanchas neum¨¢ticas y todos pertrechados con trajes de supervivencia en fr¨ªo, hasta una playa pedregosa cercana a las instalaciones polacas. En la base polar, su director Marek Szymocha ha dado la bienvenida a los visitantes, con un desayuno preparado meticulosamente, incluidos dulces t¨ªpicos polacos cocinados la noche anterior.
La base polar polaca en el sur de esta isla de Spitsbrgen, la mayor del archipi¨¦lago Svalbard, fue creada en 1957, en ocasi¨®n del A?o Geof¨ªsico Internacional, y se mantuvo como estaci¨®n cient¨ªfica de verano hasta 1978, cuando se reconstruy¨® para convertirla en una base permanente, ha explicado Szymocha. Desde entonces, siempre esta habitada, con turnos de residentes de un a?o y recibiendo a numerosos cient¨ªficos internacionales (hasta 40), sobre todo en verano. La zona es un parque nacional donde las visitas est¨¢n limitadas por el efecto que el exceso de gente puede tener en la naturaleza virgen. La estaci¨®n es uno de los seis buques insignia europeo de biodiversidad, han explicado los cient¨ªficos residentes. El archipi¨¦lago de Svalbard es territorio internacional regulado por Naciones Unidas, bajo bandera de Noruega.
Los confortables edificios de la base albergan ocho laboratorios, pero gran parte del trabajo se realiza fuera, en el privilegiado entorno. A menos de dos kil¨®metros hay un impresionante glaciar de 16 kil¨®metros de largo que se asoma al mar. Matgorzaia Blaszczyk Tychi va una vez por semana desde la base para tomar mediciones del glaciar, que est¨¢ reduci¨¦ndose una media de 40 metros cada a?o desde hace un siglo. Ella reconoce que estar aqu¨ª un a?o es un poco aburrido a veces, pero que cada estaci¨®n es diferente en este rinc¨®n del ?rtico y, aunque ahora acaba su a?o de estancia en la base, espera volver.
"En los ¨²ltimos 20 a?os, la reducci¨®n de los glaciares es muy r¨¢pida", dice Szymocha. Adem¨¢s de glaciolog¨ªa, en la base polaca se realizan investigaciones de geomagnetismo, sismolog¨ªa, estudios atmosf¨¦ricos, meteorolog¨ªa, biolog¨ªa, ecolog¨ªa y geolog¨ªa. Su posici¨®n estrat¨¦gica entre el ?rtico eurasi¨¢tico y americano, hace que el lugar sea muy apropiado para investigar fen¨®menos geof¨ªsicos, la estructura de la litosfera terrestre, procesos geof¨ªsicos e incluso fen¨®menos de f¨ªsica extraterrestre como la transferencia de energ¨ªa entre el viento solar y la magnetosfera terrestre.
Durante el invierno, la base polaca permanece aislada, desde diciembre, que llegan las ¨²ltimas provisiones, hasta marzo, y s¨®lo en caso de extrema necesidad puede acercarse un helic¨®ptero o motos de nieve. En verano, la bah¨ªa est¨¢ abierta a la navegaci¨®n, hay luz permanente y el record de temperatura m¨¢xima registrada es 13,4 grados cent¨ªgrados.
Slawek Kwasniewski, uno de los cient¨ªficos especializado en zooplancton a bordo del Jan Mayen, pas¨® un a?o en base polar de Hornsund, en 1981. Desde entonces ha regresado otras veces para per¨ªodos m¨¢s cortos, y hoy ha sido el gu¨ªa privilegiado de sus colegas del proyecto de investigaci¨®n cambios bruscos en el ?rtico -de la UE con ayuda financiera de la Fundaci¨®n BBVA-.
A 400 metros de los edificios de la base hay una antigua caba?a de cazadores junto al mar. La fr¨¢gil tundra, helada en invierno, esta llena de flores min¨²sculas y en el paseo no se puede abandonar el camino ya pisado. La caba?a, igual que otras en la zona, era utilizada para vigilar las trampas de osos polares y de zorros que pon¨ªan los cazadores, ha explicado Kwasniewski. En las trampas de los osos se pone un trozo de carne -de foca, por ejemplo- atada con una cuerda al gatillo de un arma de fuego de manera que se dispara autom¨¢ticamente cuando el oso muerde el cebo. Las de los zorros est¨¢n hecha con un tabl¨®n y piedras sujetas por dos palos y un cebo; cuando el animal lo agarra, el tabl¨®n lo aplasta y as¨ª no se estropea la valiosa piel. La caza (con licencia) est¨¢ prohibida ahora en el parque nacional, pero no en otros lugares de la isla de Spitsbergen.
Este a?o, se han avistado 98 osos polares en los alrededores de la base polaca, ha contado Szymocha, tras consultar el registro que llevan de los animales. Por supuesto, es obligatorio salir al exterior con al menos un rifle por grupo como ¨²ltima medida de protecci¨®n frente a estos agresivos y peligrosos animales, y disuasorias pistolas de fogueo. Pero el peligro no se limita a los osos. Tambi¨¦n hay p¨¢jaros agresivos en Spitsbergen. "Son los 'artic tern', que tienen cr¨ªas en esta ¨¦poca y protegen sus nidos", comenta Helge Helgesen, uno de los experimentados miembros de la tripulaci¨®n del 'Jan Mayen', mientras se protege la cabeza con dos piedras picudas. La medida no es ninguna exageraci¨®n: los p¨¢jaros se lanzan y han picotear y llegan a picar las piedras de protecci¨®n, as¨ª que al menos hay que pasear con las manos en la cabeza. Adem¨¢s, sus picos son duros, advierten los polacos de la base. Desde luego son p¨¢jaros muy peculiares: "Pasan aqu¨ª el verano y luego viajan cada a?o a la Ant¨¢rtida, a pasar el verano all¨ª, as¨ª que viven casi siempre con d¨ªa constante, pero recorren m¨¢s de 24.000 kil¨®metros de ida y vuelta", dice Helgesen.
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