Menos calor¨ªas para retrasar el envejecimiento
Un estudio realizado en monos sugiere que la dieta controlada puede alargar la vida
Un estudio realizado durante 20 a?os con monos sugiere que el consumo reducido de calor¨ªas en la dieta retrasa el envejecimiento y alarga la vida en los primates. La restricci¨®n cal¨®rica aplicada a los sujetos de la investigaci¨®n es de un 30% aproximadamente respecto a la norma, lo que est¨¢ muy lejos de la malnutrici¨®n, advierten los investigadores autores del trabajo, que se da a conocer en la revista Science. Investigaciones precedentes con levaduras, gusanos, moscas y roedores ya hab¨ªan sugerido que la reducci¨®n de calor¨ªas pod¨ªa tener un impacto positivo en la salud. Ya en 1935, un estudio indicaba este efecto, pero "dados los obvios paralelismos entre macacos Rhesus y humanos, los efectos beneficiosos de una dieta baja en calor¨ªas bien pueden darse tambi¨¦n en personas", afirman los autores del trabajo en su art¨ªculo.
Los cient¨ªficos Ricki Colman y sus colegas iniciaron su estudio en 1989, en el Wisconsin National Primate Research Center, dividiendo los monos -de siete a 14 a?os de edad- en dos grupos: uno sometido a dieta de bajas calor¨ªas y otro normal, de control. El experimento comenz¨® fijando la dieta normal y luego se fueron reduciendo las calor¨ªas en la alimentaci¨®n del grupo de macacos Rhesus correspondiente en un 10% cada tres meses hasta alcanzar el 30%.
En concreto, en los 20 a?os del estudio, explican los investigadores de la Universdiad de Wisconsin, ha sobrevivido la mitad de los animales a los que se ha permitido comer libremente, mientras que siguen vivos el 80% de los que han recibido la misma dieta pero un 30% menos calor¨ªas. Los resultados indican que el 37% del grupo de control ha fallecido por causas relacionadas con el envejecimiento, frente al 13% del grupo de monos sometido a restricci¨®n de calor¨ªas. Esto significa, concluyen los investigadores, que los monos fallecidos del primer grupo -el que ha seguido una alimentaci¨®n normal- han sufrido una tasa de muerte tres veces superior a los otros debido a patolog¨ªas relacionadas con el envejecimiento, como diabetes, c¨¢ncer, enfermedades cardiovasculares y atrofia cerebral.
"Las marcadas similitudes anat¨®micas, fisiol¨®gicas y de comportamiento entre primates humanos y no humanos hace que los segundos sean especialmente apropiados para profundizar en el conocimiento de la biolog¨ªa del envejecimiento de las personas", explican los autores de la investigaci¨®n.
El experimento arranc¨®, en 1989, con 30 macacos Rhesus y en 1994 se a?adieron otros 46. Actualmente el estudio contin¨²a con 33, 13 de los cuales siguen comiendo libremente mientras que 20 est¨¢n con una dieta de bajas calor¨ªas. Los macacos viven, como media, una 27 a?os en cautividad y el m¨¢s viejo que sigue en la investigaci¨®n ha cumplido los 29.
Para realizar la investigaci¨®n, todo mono fallecido durante la misma fue sometido a una necropsia completa por parte de un equipo de pat¨®logos para diferenciar claramente la mortalidad por las causas se?aladas, relacionadas con la edad.
El efecto de la dieta controlada sobre la diabetes es notable. "Hemos observado un efecto total de prevenci¨®n de la enfermedad", afirma Richard Weindruch, uno de los cient¨ªficos del equipo. Tambi¨¦n la incidencia de tumores cancerosos y de enfermedades cardiovasculares -asociadas al envejecimiento tanto en monos como en humanos- ha sido la mitad en los animales a dieta que en los que han tenido una alimentaci¨®n libre. En cuanto a la salud del cerebro, es mejor en los animales que comen menos calor¨ªas. "Parece que la dieta conserva el volumen del cerebro en ciertas regiones. No es un efecto global, pero el hallazgo nos ayuda a comprender si este tratamiento nutricional tiene efecto en la p¨¦rdida de neuronas, en el envejecimiento", comenta el neur¨®logo Sterling Johnson, tambi¨¦n miembro del equipo.
Las regiones del cerebro responsables del control motor y funciones ejecutivas como la memoria y la resoluci¨®n de problemas, parecen mejor conservadas en los animales que consumen menos calor¨ªas, afirman los cient¨ªficos."Tanto la velocidad motora como la mental se ralentizan con la edad", explica Johnson. "Y estas son las ¨¢reas que hemos encontrado mejor conservadas. A¨²n as¨ª no podemos afirmar que una diferencia en la dieta est¨¢ asociada con cambios funcionales porque esos estudios no est¨¢n a¨²n concluidos. Lo que sabemos por ahora es que hay diferencias regionales en la masa cerebral que parecen estar relacionadas con la dieta".
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