Los manuscritos de seda de Mawangdui
Las tumbas de unos arist¨®cratas chinos de hace 2.000 a?os, descubiertas en 1972, ocultaban el atlas sobre cometas m¨¢s antiguo
China, finales del siglo III o principios del II antes de Cristo: el arist¨®crata Li Cang, primer ministro del Estado de Changsha, hace planes con su esposa Xinzhui para el viaje que emprender¨¢n despu¨¦s de la muerte, anhelando la inmortalidad. Las tumbas que ordena construir ser¨¢n su residencia para la eternidad. M¨¢s de 2.000 a?os despu¨¦s, la excavaci¨®n de las mismas en una colina llamada Mawangdui, entre 1972 y 1974, dar¨ªa lugar a uno de los descubrimientos arqueol¨®gicos m¨¢s importantes del siglo XX. Se encontraron tres tumbas donde estaban enterrados Li Cang (fallecido en el a?o 186 a. C.), su esposa y otro var¨®n, posiblemente su hijo. Se hallaron en ellas m¨¢s de 3.000 objetos (recipientes de cer¨¢mica, figuras humanas de madera, ropas de seda, cajitas para cosm¨¦ticos...) que han aportado informaci¨®n de gran valor sobre la historia, cultura y vida social de la etapa inicial de la dinast¨ªa Han (202 a.C. - 220) de la antigua China.
Los tejidos de seda delicadamente decorados hallados en las tumbas de Mawangdui demuestran la alta sofisticaci¨®n alcanzada en las t¨¦cnicas de elaboraci¨®n y decoraci¨®n de la seda en la ¨¦poca inicial de la dinast¨ªa Han. Entre los objetos elaborados con seda se halla una exquisita colecci¨®n de manuscritos dedicados a filosof¨ªa, historia, medicina... Dos de ellos tienen un inter¨¦s especial desde el punto de vista astron¨®mico. El primero, con un tama?o de 2,20 metros de largo por medio metro de ancho, contiene un estudio astrol¨®gico sobre la influencia del aspecto y posici¨®n de los astros en los asuntos humanos, acompa?ado de un registro minucioso de datos astron¨®micos obtenidos a lo largo de varias d¨¦cadas sobre los movimientos aparentes de los cinco planetas conocidos entonces (Mercurio, Venus, Marte, J¨²piter y Saturno). Como en tantas otras culturas, la creencia err¨®nea de que nuestro destino est¨¢ escrito en los astros estimul¨® enormemente el desarrollo de la astronom¨ªa.
Interpretaci¨®n de fen¨®menos meteorol¨®gicos
El segundo manuscrito, con un tama?o de 31 por 59 cent¨ªmetros, se cree que pudo completarse en el a?o 223 a.C, pocos antes del comienzo de la dinast¨ªa Han. Se dedica tambi¨¦n a la adivinaci¨®n mediante la interpretaci¨®n de diversos fen¨®menos astron¨®micos y meteorol¨®gicos. Contiene unos 250 dibujos realizados con tinta roja y negra que representan nubes, arco iris, estrellas, cometas... Son de especial valor los dibujos de 29 cometas (ver la foto) que constituyen el atlas sobre cometas m¨¢s antiguo que ha llegado hasta nosotros.
Los cometas son objetos errantes del Sistema Solar que describen ¨®rbitas el¨ªpticas muy elongadas, a veces parab¨®licas. El n¨²cleo del cometa, formado por hielos y polvo, suele tener un di¨¢metro de varios kil¨®metros. A medida que se acerca al Sol, la sublimaci¨®n de los hielos (es decir, el paso directo de s¨®lido a gas) hace que se forme la coma, una envoltura de gas y polvo de varios miles de kil¨®metros de di¨¢metro. De ella nacen dos o m¨¢s colas en direcci¨®n opuesta al Sol que pueden llegar a medir muchos millones de kil¨®metros.
El terror de los cometas
Los cometas inspiraban terror, pues se consideraban portadores o mensajeros de grandes desgracias. En los manuscritos de seda de Mawandgui, cada esbozo de un cometa aparece acompa?ado por un texto breve que previene sobre el mal que causar¨¢ (hambruna, derrota en una batalla, epidemias...). A pesar de su sencillez, estos dibujos muestran la gran variedad de formas que pueden presentar los cometas, as¨ª como sus partes fundamentales (n¨²cleo, coma y colas). El pavor que inspiraron result¨® ser el principal motor para ahondar en su conocimiento.
M¨¢s de dos milenios despu¨¦s de que se elaboraran los manuscritos de seda de Mawangdui, los cometas siguen fascinando al ser humano, que es capaz de enviar misiones espaciales para estudiarlos in situ, pues son objetos que han evolucionado muy poco desde su formaci¨®n y por ello nos aportan informaci¨®n sobre la ¨¦poca m¨¢s primitiva del Sistema Solar.
Los tesoros de las tumbas de Mawangdui se exhiben en el Museo Provincial de Hunan (China).
Montserrat Villar es investigadora del CSIC en el Instituto de Astrof¨ªsica de Andaluc¨ªa y coordinadora del A?o Internacional de la Astronom¨ªa en Espa?a
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