Las mil caras de la psoriasis
Cr¨®nica y caprichosa, esta enfermedad de la piel afecta a un mill¨®n de espa?oles. Hace 15 a?os no exist¨ªan terapias. Hoy cada vez hay m¨¢s alternativas para tratarla y tambi¨¦n para paliar las secuelas psicol¨®gicas que deja a veces
Antonia Mart¨ªn, secretaria, de 50 a?os, ha llegado a tener hasta el 85% de su cuerpo cubierto por placas de psoriasis. Pertenece a ese 5% de pacientes graves. Hoy irradia vitalidad: las placas van disminuyendo, pero ha habido etapas duras de tristeza y soledad. La soriasis se le manifest¨® por primera vez a los 19 a?os en el cuero cabelludo. Luego se extendi¨® a los codos, t¨®rax, brazos y piernas y le cambi¨® la vida.
"Opt¨¦ por ocultarla, nunca me puse falda y me encerr¨¦ en mi cascar¨®n. En estos casi 33 a?os me he encontrado con algunos m¨¦dicos insensibles que no han sabido explicarme mi problema. He tomado todo tipo de tratamientos. La situaci¨®n hoy es muy diferente. Se conoce la enfermedad, contamos con especialistas que quieren ayudarnos y, aunque a¨²n no hay cura, existen m¨²ltiples alternativas para tratarla", cuenta Mart¨ªn, que es delegada en Madrid de Acci¨®n Psoriasis, sociedad a la que pertenecen m¨¢s de 1.300 pacientes.
El factor hereditario est¨¢ presente en un tercio de los casos
La psoriasis afecta a casi un mill¨®n de personas en Espa?a. Es una enfermedad de la piel de origen inmunol¨®gico que se desencadena por infecciones, medicamentos, traumatismos o estr¨¦s. El factor hereditario est¨¢ presente en la tercera parte de los casos. Es cr¨®nica y caprichosa. Unas veces se presenta de forma violenta y hay ¨¦pocas en las que no se manifiesta. No es contagiosa, como insisten en repetir los expertos, pero muchas veces produce rechazo social y laboral y condiciona la vida de los pacientes. Los nuevos avances cl¨ªnicos y terap¨¦uticos pueden mantener controlada la enfermedad.
"Conocer al paciente y saber c¨®mo le afecta la enfermedad es muy importante y a veces lleva a modificar el tratamiento. La parte psicol¨®gica es fundamental, sobre todo cuando la psoriasis se expresa en la cara, en las manos o en los genitales. Luego, cada paciente tiene una respuesta de rabia, tristeza, optimismo o, por el contrario, de miedo o culpabilidad. En funci¨®n de estas tendencias, tambi¨¦n se puede sufrir otra patolog¨ªa", se?ala Aurora Guerra, jefa de la secci¨®n de dermatolog¨ªa del hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y presidenta de la Secci¨®n Centro de la Academia Espa?ola de Dermatolog¨ªa y Venereolog¨ªa (AEDV).
Las psoriasis se clasifican por el tipo de lesi¨®n, localizaci¨®n, s¨ªntomas y extensi¨®n. La m¨¢s frecuente es la psoriasis vulgar o en placa, en la que predomina la placa rosada o roja cubierta de una escama blanquecina. Afecta a codos, rodillas y cuero cabelludo. Otras variantes son la psoriasis puntata, con placas parecidas a gotas peque?as; invertida o flexural, con placas de color rojo que afectan a los pliegues inguinal, anal y axilar y a la cara lateral del cuello, y pustulosa, en la que predominan peque?as ves¨ªculas.
"Hasta hace 15 o 20 a?os no hab¨ªa pr¨¢cticamente tratamientos para la psoriasis. Hoy tenemos unos ocho escalones de terapias que se van introduciendo paulatinamente y pueden evitar que se manifieste en la piel. La mala fama de la psoriasis viene dada por un 5% de los pacientes que sufren el tipo m¨¢s severo e invalidante, pero en el 95% restante se puede controlar. Adem¨¢s, en los ¨²ltimos a?os hemos avanzado mucho en el tratamiento de los casos m¨¢s graves", sostiene Juli¨¢n Conejo Mir, jefe de servicio de dermatolog¨ªa del hospital Virgen del Roc¨ªo y presidente de la AEDV.
Las terapias contra la psoriasis son de dos tipos: c¨ªclicas, es decir, tratamientos cortos e intermitentes, y rotatorias, en las que se suceden los tratamientos. Tambi¨¦n pueden ser t¨®picas o locales, que tienen pocos efectos secundarios pero una eficacia limitada. Entre las llamadas intermedias se encuentra la fototerapia, en la que se expone la piel a radiaciones ultravioleta del tipo A y B. Son muy eficaces, pero aumentan el riesgo de padecer c¨¢ncer cut¨¢neo. Afortunadamente, ya se est¨¢n introduciendo cabinas que utilizan rayos ultravioleta B de banda estrecha, que no perjudican a la piel.
Los tratamientos sist¨¦micos o generales son muy eficaces, pero tambi¨¦n tienen importantes efectos secundarios, como la toxicidad renal y pulmonar y la inmunodepresi¨®n.
Las terapias biol¨®gicas han revolucionado el tratamiento de las psoriasis m¨¢s rebeldes. Son f¨¢rmacos dise?ados para actuar contra los mecanismos que originan la enfermedad y no para paliar sus efectos. El primero se comercializ¨® en 2005. Es inyectable y se administra una o dos veces por semana. El ¨²ltimo, lanzado en agosto de 2009, se debe tomar cada tres meses, lo que da un respiro al paciente. Los f¨¢rmacos biol¨®gicos pueden tener efectos secundarios, como infecciones, la reactivaci¨®n de la tuberculosis o la activaci¨®n de la esclerosis m¨²ltiple.
En los ¨²ltimos a?os se ha descubierto que la psoriasis afecta m¨¢s a los ni?os de lo que se pensaba. La literatura cient¨ªfica evidencia que m¨¢s de la mitad de los pacientes han padecido s¨ªntomas antes de los 16 a?os. Un 4% de los pacientes infantiles tiene afectado m¨¢s del 40% de la superficie corporal. En el lactante, la psoriasis m¨¢s caracter¨ªstica es la del pa?al.
Adem¨¢s de por herencia gen¨¦tica, infecciones de garganta debidas a una bacteria denominada estreptococo, traumatismos, estr¨¦s o ciertos medicamentos como la hormona del crecimiento, la psoriasis infantil se puede desencadenar si se padecen los s¨ªndromes de Turner o de Down, dolencias provocadas por alteraciones cromos¨®micas. Las terapias son las mismas que para los adultos pero con dosis menores. S¨®lo se ha aprobado uno de los medicamentos biol¨®gicos, y muy recientemente. Se administra a partir de los ocho a?os.
"El ni?o tiene que seguir un tratamiento para toda la vida; por tanto, el dermat¨®logo debe sopesar los riesgos y los beneficios de cada terapia. Adem¨¢s, el tratamiento tiene que estar relacionado con la vivencia de cada paciente: una persona puede estar muy afectada con dos plaquitas, y otra, llevarla muy bien aunque la tenga muy extendida", agrega Jos¨¦ Carlos Moreno, jefe de dermatolog¨ªa del hospital Reina Sof¨ªa de C¨®rdoba y presidente electo de la Academia Espa?ola de Dermatolog¨ªa y Venereolog¨ªa.
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