Bacterias buenas

El intestino, adem¨¢s de ser el ¨®rgano por donde se asimilan los nutrientes, desempe?a un importante papel en la defensa del organismo. El tubo digestivo representa la principal v¨ªa de entrada de los microorganismos externos. De ah¨ª que est¨¦ muy protegido por el sistema inmunol¨®gico. De hecho, concentra el 70% de las defensas de todo el cuerpo.

La flora microbiana intestinal va colonizando el tracto del ni?o en sus primeros d¨ªas de vida y cambia con el tiempo por factores externos como la dieta, el clima, la medicaci¨®n o el estr¨¦s.

En los adultos, esta flora intestinal puede llegar a estar compuesta por unas 2.000 especies bacterianas diferentes, de las que s¨®lo 100 podr¨ªan llegar a ser perjudiciales. Un equilibrio bacteriano perfecto mantiene nuestro sistema natural de defensas. Pero este equilibrio puede verse vulnerado por enfermedades, cambios no favorables en la alimentaci¨®n, por el estr¨¦s, al envejecer...

Se estudia su utilidad en el control del colesterol

En la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XX, la industria alimentaria comenz¨® a desarrollar nuevos productos con funciones adicionales a las del alimento original gracias a la interrelaci¨®n de disciplinas como la biolog¨ªa molecular, la biotecnolog¨ªa y la nutrici¨®n. Nacen as¨ª los llamados alimentos funcionales, integrados en dos categor¨ªas: prebi¨®ticos y probi¨®ticos.

Seg¨²n la doctora Pilar Riob¨®, jefe asociado de endocrinolog¨ªa y nutrici¨®n de la Fundaci¨®n Jim¨¦nez D¨ªaz de Madrid, los prebi¨®ticos son sustancias no digeribles de la dieta que estimulan selectivamente el crecimiento y/o la actividad de uno o m¨¢s tipos de bacterias en el colon. ?stas, a su vez, son beneficiosas para el hospedador. Es el caso, por ejemplo, de la fibra diet¨¦tica (la inulina y la oligofructosa), que ayuda a regular el ritmo intestinal y a evacuar.

Los probi¨®ticos, seg¨²n puntualiza Riob¨®, son microorganismos vivos que, cuando se ingieren en cantidad suficiente, mejoran el equilibrio de la flora intestinal y resultan beneficiosos para la salud: protegen contra los microorganismos pat¨®genos, estimulan el sistema inmunol¨®gico y mantienen las funciones digestivas del intestino.

Para ser considerados probi¨®ticos, las bacterias deben resultar inocuas para la persona que las ingiere, llegar vivas al intestino (que es donde ejercen su funci¨®n), tener capacidad antimicrobiana y de modulaci¨®n de la respuesta inmunol¨®gica e influir positivamente en las actividades metab¨®licas. Adem¨¢s, tienen que ser capaces de establecerse por s¨ª mismas, aunque sea temporalmente, en la flora intestinal y ser encontradas despu¨¦s en las deposiciones. Es el caso de los Lactobacillus acidophilus, los b¨ªfidus y las bacterias del yogur. "Las leches fermentadas que contienen estas bacterias son tambi¨¦n alimentos probi¨®ticos", apunta Riob¨®.

Al menos lo son "en teor¨ªa", como advierte la endocrin¨®loga. "Si el fabricante cumple estrictamente todos los requisitos que se exigen para ello y, por supuesto, si no se rompe la cadena de fr¨ªo hasta que llegan al consumidor", puntualiza. Cabe preguntarse, entonces, qu¨¦ cantidad de yogures tendr¨ªa que consumir diariamente una persona sana o una persona con problemas digestivos para obtener los beneficios de los que antes se hablaba. Desgraciadamente, es algo que todav¨ªa no est¨¢ claro. A¨²n no hay estudios concluyentes al respecto.

Se est¨¢ investigando la utilidad de algunos probi¨®ticos en la prevenci¨®n y tratamiento de diarreas agudas, producidas por los microorganismos conocidos como rotavirus. Los estudios iniciales indican que las bacterias probi¨®ticas ayudan a mantener un equilibrio bacteriano saludable, estimulan la inmunidad intestinal y evitan la aparici¨®n de organismos pat¨®genos que causan las alteraciones intestinales y la diarrea.

"Adem¨¢s, se est¨¢n llevando a cabo otros estudios sobre el posible papel de las sustancias probi¨®ticas en la prevenci¨®n de la alergia, en la mejora del ritmo intestinal, en la regulaci¨®n de los niveles de colesterol y en el control de la formaci¨®n del c¨¢ncer", a?ade.

Se ha observado, en palabras de esta experta, que ciertas enfermedades se relacionan con cambios en la composici¨®n o funci¨®n metab¨®lica de la flora intestinal, como los procesos diarreicos agudos o el s¨ªndrome del intestino irritable. En experimentos con animales se ha demostrado que las bacterias intestinales pueden desempe?ar un papel determinante en el c¨¢ncer de colon y en la aparici¨®n de la enfermedad inflamatoria intestinal.

Muy recientemente han aparecido preparados probi¨®ticos (en pastillas), complementados con vitaminas y minerales, de venta en farmacias. Su verdadera acci¨®n est¨¢ por demostrar, aunque los estudios cl¨ªnicos son favorables.

La pol¨¦mica est¨¢ en la calle y las autoridades competentes han tomado parte en el asunto. No se trata de echar por tierra las virtudes de estos productos, sino de que todo quede "cient¨ªficamente demostrado". De hecho, la Agencia Europea de Salud Alimentaria ha solicitado la retirada de 350 anuncios de productos alimenticios que no demuestran ser beneficiosos para la salud, pese a que la publicidad lo afirme. Esto exigir¨¢ un mayor rigor a la industria alimentaria tanto al elaborar los alimentos como al anunciarlos a trav¨¦s de los medios de comunicaci¨®n.