La sanidad p¨²blica operar¨¢ la cara a 6.000 personas con VIH

M¨¢s de 6.000 personas (hasta 6.635) con VIH ser¨¢n tratadas en los pr¨®ximos tres a?os por la sanidad p¨²blica de uno de los efectos adversos m¨¢s evidentes de los antivirales: la lipoatrofia facial. Esta complicaci¨®n consiste en una p¨¦rdida de la grasa de la cara que produce una grave demacraci¨®n, y que es fuente de discriminaci¨®n y dificulta la integraci¨®n laboral y social de las personas infectadas. La decisi¨®n la ha tomado el Consejo de Ministros.

La norma regula el uso tutelado de los tratamientos (una cirug¨ªa reparadora), y est¨¢ dotada con 3,2 millones de euros anuales. A los tres a?os se revisar¨¢n los resultados y se estudiar¨¢ la inclusi¨®n de esta prestaci¨®n en la cartera com¨²n de servicios que deben prestar los servicios sanitarios p¨²blicos. Eso no quiere decir que todos los hospitales lo tendr¨¢n que hacer, pero s¨ª se fijar¨¢n centros de referencia. Esta pr¨¢ctica es habitual en patolog¨ªas o terapias que no son muy frecuentes, porque permite concentrar a los especialistas, y les garantiza un volumen de trabajo suficiente para que perfeccionen su t¨¦cnica.

La inclusi¨®n de este tratamiento en la cartera de la sanidad p¨²blica es una vieja reivindicaci¨®n de los colectivos de afectados. Ya en 2006 la Fundaci¨®n Formaci¨®n e Informaci¨®n sobre Tratamientos (FIT) para el VIH organiz¨® un grupo de trabajo, en el que participaron, entre otros, el Ministerio de Sanidad y EL PA?S, para definir los criterios de inclusi¨®n de los pacientes en los ensayos. A partir de esa fecha, ha habido varias comunidades que, por propia iniciativa, han empezado a ofrecer a las personas con VIH la posibilidad de rellenarse la cara si estaban muy afectadas. La diferencia, a partir de ahora, es que si este uso tutelado sale bien, no se tratar¨¢ de una acci¨®n voluntaria, sino que deber¨¢n incluir este servicio en sus prestaciones.